El Congreso justifica la subvención de sus gin-tonics tras la polémica por su precio
La Cámara alega que compensa a la concesionaria de la restauración porque las características especiales de la institución hacen deficitario ese servicio
No solo son los gin tonics de la polémica. La mayoría de los productos que se venden en los restaurantes y cafeterías de la Cámara Baja son mucho más baratos que en las calles de alrededor. El Congreso compensa a la concesionaria del servicio por sus pérdidas, aunque explica que éstas no se deben a los pequeños precios sino a que el servicio en la Cámara requiere, entre otras cosas, mucho personal. La compensación se cifra, como máximo, en un millón de euros.
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El Congreso de los Diputados acaba de convocar un concurso público para adjudicar su servicio de cafetería y restauración en sus diversos edificios. Un servicio que hasta ahora presta el grupo Cantoblanco, actualmente investigado por presunto pagos a sus empleados en dinero negro tal y como destapó la Cadena SER.
En el pliego de condiciones del concurso aparece la lista de precios máximos que la empresa concesionaria deberá respetar. Por ejemplo: 9 euros el menú del día, un café 0,85, un pincho de tortilla 1,40, una caña de cerveza 0,95, o un gin-tonic 3,45 si es de Larios y 5,05 euros si es de Beafeater.
La polémica por los precios, especialmente por los de las bebidas alcohólicas, ha obligado al Congreso a explicar por qué subvenciona parte del coste del servicio. Desde la Cámara señalan que el adjudicatario debe hacerse cargo de nueve espacios de restauración en varios edificios y, además, tiene que atender las necesidades de las múltiples comisiones que se celebran semanalmente. Un servicio que requiere mucho personal con horarios muy amplios. Además, en el pliego de condiciones se especifica que la adjudicataria debe asumir todo el personal que trabaja ahora mismo en los restaurantes y cafeterías respetando su antigüedad.
El Congreso compensa a la concesionaria del servicio por sus pérdidas, aunque explica que éstas no se deben a los pequeños precios sino a que el servicio en la Cámara requiere, entre otras cosas, mucho personal. La compensación se cifra, como máximo, en un millón de euros. Desde el Congreso recuerdan además que no solo se benefician de los precios los 350 diputados. Calculan que en un día de pleno pasan por la cámara más de 1.000 personas entre políticos, periodistas, ujieres, funcionarios, empleados públicos y personal de seguridad del Estado.
La Izquierda Plural denuncia el "trato de favor" para los parlamentarios y los trabajadores de la Cámara Baja. "La gente no sé si lo entiende, yo no lo entiendo", afirma el portavoz José Luis Centella. El PSOE no cree que se trate de un "privilegio especial". Soraya Rodríguez señalaba que cree "que la razón es que sea viable un establecimiento con un horario y una apertura totalmente diferente a uno de la calle abierto al público".
La pregunta que queda en el aire es por qué se subvenciona el alcohol o incluso por qué se venden en el Congreso bebidas de alta graduación, algo prohibido en muchos los centros de trabajo.
Macaronesian: la ginebra canaria elaborada con agua volcánica (SER Consumidor, 12/05/13)
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