Salvados gracias a los festivales de música

Localidades como Villarobledo, Cuevas de la Almanzora o Alcalá la Real hacen su agosto en verano gracias a los festivales de música. Municipios pequeños que prácticamente viven durante el año de los beneficios económicos que proporcionan este tipo de eventos.

Agosto toca a su fin y muchas localidades españolas hacen balance. Algunas zonas más pequeñas, tocadas por la crisis, salvan el año gracias a los festivales de música. Este fin de semana ha comenzado el festival de música 'Regee', 'Rototom', en Benicassim. Un acontecimiento que espera conseguir el éxito de ediciones anteriores, tal y como ha asegurado Oriana Brunori, organizadora del evento.

Los festivales de música suponen un balón de oxígeno para muchos municipios que necesitan del turismo en verano para poder sobrevivir en invierno. Lugares como Cuevas de la Almanzora, en Almería, aprovechan su playa para organizar el 'Dreambeach', un festival de música electrónica que en esta edición ha conseguido reunir a 60.000 personas. José Hurtado, responsable de comunicación del festival, asegura que la localidad ha conseguido recaudar 4 millones de euros y que "la afluencia de gente ha supuesto un impacto positivo para toda la zona".

Hay festivales repartidos por toda la geografía española. En Galicia se celebra cada mes de julio el de 'Ortigueira'. En julio más de 50.000 personas asistieron a esta cita con la música celta. Festivales tradicionales como el 'Viñarock', que se organiza en Villarobledo, en Albacete. Este 2013 más de 200.000 amantes del rock han visitado esta localidad.

En el norte de España también organizan festivales de música. Huesca vivie del esquí en invierno y en verano el festival de los 'Monegros' o el del 'Pirineo Sur' salvan la época estival. Este último, el del 'Pirineo Sur', ha reunido en esta edición a 55.000 personas. Su director, Luis Calvo, afirma que en invierno la afluencia de turistas es mayor que en verano, y eventos de este tipo favorecen la economía de la zona.

En tiempos de crisis, la cultura y la música siguen siendo un reclamo. Un flotador al que agarrarse en verano, para vivir algo mejor en invierno.