Ocio y cultura

El encanto de ser un perdedor, como Jon Hamm

Los Emmy, como tantos premios más, nos dejan cada año un reguero de ganadores y supuestos perdedores

El actor interpreta a Don Draper en la serie de AMC

Con expresiones del tipo "el gran ganador de la velada", "la triunfadora", "El mejor", "la reina"... es como los diferentes redactores, periodistas y críticos de todo el mundo nos referimos a los galardonados en las innumerables galas de premios de cine y televisión -válido también para los musicales-.

La de anoche en el teatro Nokia de Los Ángeles no fue la excepción. La 65 edición de los Emmy dejó, en miles de redacciones, un pequeño grupo de ganadores y un buen puñado de derrotados, de perdedores. Y así, quizá, es como se sintieron aquellos que pisaron la alfombra roja como aspirantes y salieron con las manos vacías.

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Los Emmy tienen además la peculiaridad de ser unos galardones a los que no les importa repetir ganador edición tras edición por un mismo trabajo; lo que provoca que quien coincida en tiempo con tal afortunado actor, actriz, showrunner... puede ver cómo es nominado una y otra vez sin llegar a tocar nunca la estatuilla.

Así, la gala dejó ese puñado de perdedores: 'American Horror Story: Asylum' (17 nominaciones, 1 galardón) 'Juego de Tronos' (16 nominaciones, 0 galardones), 'Mad Men' (12 nominaciones, 0 galardones), 'Boardwalk Empire' (10 nominaciones, 1 galardón), '30 Rock' (13 nominaciones, 1 galardón), 'The Big Bang Theory', Kevin Spacey, Aaron Paul, Sofia Vergara, Jessica Lange, Jon Hamm...

Para este grupo, las expresiones acuñadas en las crónicas son del tipo: "el gran derrotado", "se fue con las manos vacías", "se vio superado", "el gran perdedor"... Perdedores. ¿Perdedores?

El lustre de las estatuillas, el resplandor de los focos, la tormenta de micros y cámaras, los gritos de fotógrafos, las felicitaciones de compañeros... frente a todo esto: el silencio que le rodea en medio del guirigay a quien no oye pronunciado su nombre tras la apertura del sobre. A más de algún productor/a, creador/a, actor, actriz... le recorrerá esa sensación de desilusión, de desazón, de decepción por lo que pudo ser y no fue. Otros se lo tomarán con resignación. Supongo que será la resignación que provoca el convertir en habitual la derrota.

El perdedor de Hamm

Y si hay un actor que puede personificar bien este sentimiento es Jon Hamm. Luciendo una frondosa barba negra, con un ajustado esmoquin de chaqueta blanca, pajarita negra, Hamm sólo pudo esbozar una sonrisa al oír que este año, sexto en el que estaba nominado al Emmy como mejor actor dramático, tampoco lograría ganar el galardón. Jeff Daniels -por 'The Newsroom'-, contra todo pronóstico lo ganó dejando como 'perdedores' al propio Hamm, a Spacey, a Lewis o a Bonneville.

Debió pensar nuestro Don Draper que, cuando su serie arrasaba y él era el claro favorito no lo ganaba. Ahora que las apuestas apuntaban a otros, tampoco. Ese gran perdedor, Jon Hamm: 6 nominaciones, ninguna 'victoria'.

Una derrota que eclipsa el logro de mantener su trabajo como Don Draper, año tras año, como uno de los más valorados y respetados. El logro de convertir a su personaje en un mito de la historia de la televisión como ya lo serán para siempre Tony Soprano, el doctor House, Colombo, Walter White...

Es lógico que Jon Hamm dibuje una sonrisa cuando, por enésima vez, vuelve a ser el 'perdedor'. Debe preocuparle muy poco, a sus 42 años, el no ganar tal o cual premio cuando hace poco más de una década trabajaba de atrezzista en películas porno. Vivía sin un dólar en el bolsillo, durmiendo en su coche o en el sofá del apartamento de algún amigo. Antes de eso, ocupó su tiempo en trabajar de camarero. Era el Jon Hamm que conocemos ahora. Durante su adolescencia y juventud anduvo cerca del teatro, interesado en el mundo de la interpretación. Pero en el mundo del espectáculo, no todo brilla igual que una estatuilla de las que dan en las galas. Jon Hamm vio como alguna potente agencia de representación le daba la patada tras mandarlo a decenas de castings en los que -vaya usted a saber- no fue elegido en ninguno.

Cumplidos ya los 30 comenzó a aparecer en algún episodio de alguna serie o a ser poco más que figuración especial en alguna película.

Que Don Draper se cruzase en su vida tiene mucha culpa el creador de 'Mad Men', Matthew Weinner, que se emperró en que Jon lo encarnase pese a que una ejecutiva de AMC -cadena que la produce- se oponía. Tuvo que reunir a ambos, pedir a Jon que desplegase todos los encantos de Draper y convencer así a esta escéptica de que el papel debía ser suyo. Y, curiosamente, la confirmación la obtuvo Hamm tras esa cena en uno de los ascensores del hotel. Con un escueto "el papel es tuyo", lo despachó antes de que se abriera la puerta del elevador. Tal cual ocurre en la serie con su personaje en no pocas veces.

Con el personaje de Don Draper ha ganado infinidad de premios, seguramente todos los más importantes salvo el Emmy, incluido un Globo de Oro en 2008. Ahora es uno de los actores mejor pagados de la televisión y más cotizados. Para la pequeña pantalla, además de comenzar dentro de nada a grabar la séptima y última temporada de 'Mad Men' tiene previsto estrenar la segunda temporada de 'Diario de un joven doctor'. Serie de la BBC en la que comparte protagonismo con Daniel Radcliffe y en la que nos hace olvidar por completo a Don Draper. De hecho, Hamm ha admitido en varias ocasiones que recibe decenas de guiones para dar vida a ejecutivos elegantes, trajeados, serios y distantes y que, decenas de veces, decide declinar las propuestas.

¿De verdad que Jon Hamm es el "gran perdedor"? Idéntica preguntas nos podríamos hacer en el caso de Kevin Spacey o de Bryan Cranston, de Emilia Clarke... o de Anna Gunn estos años de atrás. También fue el caso, en otras ediciones, de gente como Hugh Laurie -ganador de dos Globos de Oro por su papel de Dr. House y ningún Emmy-, Angela Lansbury -protagonista de 'Se ha escrito un crimen', nominada 18 veces a los Emmy sin ganar ninguno. Sí ganó por este papel 4 Globos de Oro-. Una de las mejores comedias de todos los tiempos, 'Friends', tuvo que esperar a su octava temporada para recibir un Emmy... ¿En serio es 'Juegro de Tronos' una de las grandes perdedoras? ¿Qué perdió? ¿Vieron su espectacular última temporada?

Los flashes, los posados, las estatuillas, los premios, los titulares... no deben eclipsar la majestuosidad, plasticidad, estética, talento y calidad de estos perdedores y perdedoras que encierran -incluso en esta particular derrota- un entrañable y envidiable encanto: el de ser respetado y valorado por los compañeros, los fans y la crítica.

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