Economia y negocios

La hipoteca se arma de paciencia

Los notarios constatan la prudencia de ciudadanos y entidades antes de suscribir un contrato hipotecario, tras años de "excesiva alegría", y los registradores recomiendan hacer valer derechos y consultar previamente "hasta la última duda"

El número de hipotecas es ahora cinco veces inferior al de 2007, cuando su importe medio duplicaba al actual. La cautela a la hora de firmar un contrato hipotecario ha sido comprobada por notarios y registradores, sin los cuales, este documento no tiene validez. Defienden su papel durante la formación de la burbuja inmobiliaria y presentan iniciativas para paliar las consecuencias de su estallido, como estadísticas de desahucios y el reciente Órgano de Control de Cláusulas Abusivas, con el que los notarios pretenden adelantarse a las sentencias judiciales y advertir a clientes y entidades.

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"Hoy en día hay dificultades a la hora de obtener un crédito, pero también ha aumentado la prudencia por parte de las entidades y del consumidor, que se piensa más las cosas, las mira con mucho más detenimiento y es más consciente de las obligaciones que asume", observa Alfonso Cavallé, presidente del nuevo Órgano de Control de Cláusulas Abusivas (OCCA) creado por los notarios para compartir información y promover un control preventivo.

Cavallé cree que "ha cambiado mucho la mentalidad" de clientes y bancos. Apunta a que "hace unos años, había una excesiva alegría en esta contratación. Los préstamos se habían convertido en un producto de consumo al que se accedía con una facilidad tremenda y el volumen que se dio con anterioridad a 2007 fue creciendo de una manera muy grande. Eso significó también un relajamiento por parte de quienes daban el préstamo a la hora de exigir criterios, limitar cuantías, seleccionar a quién lo daban y hasta qué cantidad".

En su opinión, también cundió en el consumidor "un sentimiento excesivo sobre la facilidad a la hora de pedir un préstamo, con lo que el endeudamiento ha sido enorme", reflexiona. Ahora nota "mayor paciencia en los ciudadanos para recibir información y buscar consejo", mientras que antes, "funcionaban de forma más rápida e impulsiva". También las entidades van en este momento "con pies de plomo".

De hecho, en julio de 2007, el importe medio de una hipoteca en Madrid (la más elevada) era de 359.000 euros y se constituyeron 12.700 contratos. Seis años más tarde, en julio de 2013, el capital medio es de 185.000 euros y se han firmado 2.300 hipotecas, según los últimos datos del Consejo General del Notariado.

En cuanto al papel que han jugado los notarios en la formación y el estallido de la burbuja inmobiliaria, el presidente del OCCA considera que "en general se ha trabajado de manera seria", pero ahora "existe una mayor sensibilidad por parte de todos, incluidos los notarios".

Por ello, han creado el nuevo órgano de control, para adelantarse a que el juez declare abusiva una cláusula. "El problema que ha habido y que sigue habiendo es que los notarios sólo podemos denegar la autorización en caso de cláusulas abusivas declaradas en sentencia firme". Cavallé lamenta que "nos hemos encontrado con un sistema poco eficaz que nos ha maniatado. Por eso la idea es buscar soluciones proactivas y que hagan real un control preventivo, que ambas partes tengan conocimiento y se les pueda advertir con una opinión avalada por un colectivo, por un órgano independiente", resume.

Registradores

Los registradores defienden que siempre han mirado con lupa las hipotecas. "Siempre hemos cumplido la ley, antes y después de la crisis", asegura la ex ministra de Vivienda Beatriz Corredor y actual directora de Relaciones Institucionales del Colegio de Registradores. "Los registradores tenemos la función de controlar la legalidad de todos los documentos que acceden al registro y uno de los documentos más importantes es la hipoteca", explica.

Tras los cambios normativos en materia hipotecaria (como la llamada 'ley antidesahucios'), los registradores "tenemos que mirar específicamente si se cumple la legalidad en un conjunto de temas", como que en el contrato se incluya si la hipoteca es sobre vivienda habitual, en cuyo caso hay nuevos límites para los intereses de demora y se amplía el periodo de impago antes de la ejecución, entre otras novedades.

Corredor recomienda a los ciudadanos que "utilicen todos los derechos y fuentes de información que tengan a su alcance", que consulten al notario y al registrador, porque "estamos al servicio del ciudadano para orientarle". La hipoteca "es un contrato complejo", por lo que "deben preguntarnos hasta la última duda que tengan", aconseja.

 
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