Cine y TV

El tío Phil, inmortal personaje

El personaje al que interpretaba el fallecido James Avey es uno de los más populares de la historia de la televisión.

Sus miradas intensas y amenazadoras, con los ojos fuera de las órbitas, mientras su rostro evidenciaba que aquel grandullón era una bomba de relojería activada por el joven e incorregible Will Smith, es ya un pedacito enorme dentro de la historia de la televisión. Philip Banks, el personaje al que el recientemente fallecido James Avey dio en 'El príncipe de Bel-Air', se ha ganado el cariño de audiencias de distintas generaciones en todo el mundo.

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Los años 90. Era la época en la que no se hablaba de ver una serie en versión original. Aceptábamos el doblaje como algo tan natural como el tener que acercarnos a las teclas del televisor para cambiar de canal. No era corriente encontrar paladares que degustasen con glotonería ficción televisiva del otro lado del charco tal cuál hallamos ahora por doquier. En España, la llegada de las cadenas de televisión privadas al inicio de los 90 vino acompañada con un buen puñado de series norteamericanas. Algunas se perdieron en la memoria de los espectadores; otras, como 'El príncipe de Bel-Air' ('The Fresh Prince of Bel-Air' en su versión original), aún hoy se emiten con éxito pese a haber pasado más de 17 años desde su último episodio.

Y, como suele ocurrir en esto de las series, para que una ficción adquiera el estatus de inmortal es condición obligatoria que algunos de sus personajes conecten tan bien con el público y con la esencia de la serie que sea imposible entender a la serie sin ellos y a ellos sin la serie.

En 'El príncipe de Bel-Air' ocurría con tres de ellos. Will Smith, joven de barrio obrero de Philadelphia, acostumbrado a vivir con muy pocos recursos y a hacer de la calle y sus amigos su verdadero entorno, llega a casa de sus tíos, una acomodada y modélica familia. Carlton Banks , el primo de Will que lo ha tenido todo desde que nació. Tremendamente responsable, hijo de papá que pelea por emular a su padre y que mira con desdén a su primo Will al que considera intelectual y culturalmente inferior. El tercero, Philip Banks. Era el tío político de Will y padre de Carlton y un maravilloso personaje creado por Jeff Pollack e interpretado por James Avey.

Más allá de tratarse de un elemento de una sitcom, Philip Banks (tío Phil) se mostraba como un personaje cargado de valores que, con mucho, esfuerzo -y no siempre éxito- trataba de inculcar a sus tres hijos. Phil era el enlace entre el mundo duro del chico pobre, representado por su sobrino Will, y el mundo de la opulencia y de las puertas abiertas, representado por su hijo Carlton.

Para Will su nueva vida, en aquella mansión, en aquel colegio de pijos, era todo un contraste a lo que él había conocido hasta la fecha. Carlton sufría ese mismo shock cada vez que intentaba conocer un poco más a su primo al que terminaba viendo como un bicho raro. Ambos se veían así. Philip Banks, sin embargo, conocía ambos universos.

En este personaje encontramos valores como el esfuerzo, la superación, la lucha por una meta y la disciplina como método para lograrlo. El tío Phil representaba a la perfección el sueño americano, pero sin querer nunca olvidar sus raíces.

Los orígenes de este mítico personaje eran muy humildes. Lucho por entrar en la universidad cuando aún no estaba bien visto en EEUU que una persona de color estudiase en un centro universitario. Ganó becas para estudiar en las universidades más prestigiosas. Se graduó en Derecho y se convirtió en un prominente y rico abogado de Los Ángeles -momento en el cual empieza la serie- que terminará logrando su plaza como juez.

Philip Banks se hizo a sí mismo. Luchó y derrotó a todo el que quiso ponerle piedras en su camino. Y ese es el motor que lo mueve y la razón que subyace tras cada regañina a su sobrino o a sus hijos. A su sobrino le pretendía explicar que, en cierto modo, si alguien se propone algo y trabaja por ello, puede dejar de ser un sueño, para convertirse en una realidad. A sus hijos, les quería hacer ver que, pese a que sus caminos iban a tener menos obstáculos que los de otros chavales de su país, no debían dejarse caer en la vida fácil e insustancial que convierte al dinero en el eje de todo.

El tío Phil era gruñón, capaz de echar de su casa a los amigos de Will lanzándolos como si fueran sacos, le gustaba tener todo bajo control, la educación refinada... pero, sobre todo, era uno de esos padres de familia que se desviven por los suyos. La serie nos dejó infinidad de momentos en los que bien con su esposa, con sus hijos o el resto de la familia, Phil era capaz de darlo todo por ellos.

Y a pesar de su seguridad, de su arrogancia -en ocasiones- y de su éxito, Philip Banks sabía pedir perdón. Decir "me equivoqué". Lo que engrandecía más a ese hombretón semi calvo y de espesa barba.

'El príncipe de Bel-Air' se emitió en la cadena norteamericana NBC de 1990 a 1996. Casi 150 episodios de poco más de 20 minutos. Mucho tiempo después, esos episodios siguen pasándose en multitud de países de todo el mundo. Los que en su día crecieron con esta comedia ven cómo sus hermanos pequeños o, incluso, sus hijos se ríen ahora con las simpáticas situaciones de la familia Banks. Todos esos espectadores agasajan de manera especial al tío Phil, un entrañable personaje al que James Avery logró convertir en inmortal.

 
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