Seis naciones en busca de un título ancestral

El Seis Naciones concentra en cinco jornadas toda la esencia del mejor rugby europeo. La primera arrancará con el mes de febrero y servirá para ver los duelos entre Gales e Italia y entre Francia e Inglaterra. Un día después se disputará el Irlanda-Escocia. Será solo el aperitivo de siete semanas de melés, placajes y ensayos que servirán para dilucidar cuál es el mejor equipo de Europa, un lugar que ahora le corresponde a Gales tras su victoria en la última edición.

El equipo de Gales es el encargado de defender un título que el año pasado obtuvo en la última jornada en un duelo épico ante Inglaterra. A los ingleses les valía con perder por menos de siete puntos para hacerse con la victoria final. Pero cuando todo el mundo pensaba que al equipo rojo se conformaba con una victoria moral ante el eterno rival, los galeses sorprendieron con un recital que acabó en paliza (30-3) y título. Era el segundo consecutivo después del cosechado en 2012 con un Grand Slam, es decir, un pleno de victorias.

Fue una victoria que resume la esencia de lo que significa este deporte y este torneo en el que no hay partidos de trámite y en el que parece que siempre está en juego ese honor tan presente en el rugby. Porque los equipos que juegan el Seis Naciones no solo aspiran a llevarse el título final, sino que también pelean por muchas otras distinciones honoríficas.

Una de ellas es el citado Grand Slam, el honor de los grandes campeones. Es para el equipo que hace un pleno de victorias en los cinco partidos disputados. El que más veces lo ha conseguido son Inglaterra (12), Gales (11) y Francia (9). Otra -aunque nadie la quiere-, es la cuchara de madera, la distinción que va para el conjunto que no logra ni un solo punto en la competición. Irlanda y Escocia son los equipos a los que se les ha dado en más ocasiones (13), pero Italia, que se incorporó al torneo en 2000, ya se ha hecho con cuatro.

Y es que Italia es la última incorporación de un torneo que jugaron por primera vez en 1883 Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales. Francia se sumó al grupo en 1910, aunque tardó más de cuatro décadas en conquistar su primer título, que compartió en 1954 con Inglaterra y Gales. Y es que Francia apareció y desapareció -acusada de profesionalismo- como lo hizo el mismo torneo por problemas políticos entre los contrincantes y por las dos grandes guerras del Siglo XX.

Pero después de 130 años de historia, la competición ya se ha consolidado como oficialmente como el Campeonato de Europa de Rugby, condición que adquirió en 1996, con seis equipos que se enfrentan en una liguilla de todos contra todos a partido único y con la peculiaridad de que el equipo que actúa como local en un único encuentro (un Inglaterra-Escocia, por ejemplo), lo hace como visitante al año siguiente (Escocia-Inglaterra).

En esta edición, la primera jornada arranca el 1 de febrero con los partidos Gales-Italia y Francia-Inglaterra. Un día después se celebrará el Irlanda-Escocia. Serán los tres primeros encuentros de un total de 15 que estarán divididos en cinco jornadas que se disputarán con solo dos fines de semana de descanso, el del 16 y 16 de febrero y el del 1 y 2 de marzo. La competición llegará al 15 de ese mes con tres partidos en los que se disputará un Italia-Inglaterra, un Gales-Escocia y un Francia-Irlanda.

Será el día en el que se conocerá el nuevo campeón, o en el que el que ya lo sea aspirará al Grand Slam, o en el que un equipo peleará porque no le den la cuchara de madera o en el que Gales y Escocia terminarán de decidir cuál es el mejor equipo británico de la temporada... Porque en el rugby y en el Seis Naciones siempre hay algo por lo que pelear. Quizá esa es la razón por el que en este deporte siempre se proyecta la sombra de un término tan absoluto como el honor.

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