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Charles Bradley: La increíble historia del soñador del soul

charles_bradley_sofa_sonoroLa vida de Charles Bradley está llena de drama, de momentos duros, de golpes y fatalidad, pero también de lucha, de esperanza, de sueños. Charles Bradley vivió en el metro de Nueva York cuando solamente era un niño, apenas sabe leer o escribir, y ha visto la muerte de cerca cuando se llevó a su hermano y recientemente a su madre. Sin embargo, el destino ha querido premiar el empeño de este hombre bueno con un golpe de suerte. Tras pasar cuarenta años como imitador de James Brown, al que Charles vio en su mítica actuación del 62 en el Apollo de Harlem,  Bradley debutó en la música en 2011 con ‘No time for dreaming’ un álbum fabuloso que se coló entre lo mejor del año para los medio especializados.

Aquel magnifico álbum llegó de la mano de Daptone Records, el sello de Brooklyn que desde hace un década se ha convertido en el gran impulsor del soul con artistas como Lee Fields o Sharon Jones. Charles se acercó un día a las oficinas del sello y pidió un trabajo, una oportunidad. Aquel gesto supondría un giro tremendo en la vida de este músico aficionado. “Alguien le recomendó que se pusiera en contacto con nosotros porque estaba haciendo sus imitaciones de James Brown y le dijeron que llamara a Gabe Roth”, explica Neil Sugarman, cofundador de Daptone a la Cadena SER. “Así fue como nos conocimos por primera vez, nos dejó un VHS suyo imitando a James Brown y unos meses después, cuando necesitamos a un cantante para una sesión, pensamos en llamarle. Sonaba muy bien y salió en el primer disco de The Sugarman 3”, añade.

Charles comenzó a frecuentar Daptone, de hecho ayudó a construir el estudio de la vieja casa de tres plantas que ocupan en Bushwick, y allí entabló amistad con Tom Brenneck, uno de los jóvenes músicos de la Menahan Street Band, el grupo que ahora acompaña a Bradley. “Charles es una persona extremadamente cariñosa que ha tenido una vida complicada y es muy inspirador conocer a alguien que ha pasado por ese infierno y que tiene esa perspectiva positiva y tanto amor”, explica Tom por teléfono a ‘Hora 25’.

Todas las personas que conocen a Charles Bradley hablan de él con mucho cariño, con respeto por su empeño en cumplir su sueño. “Es un tipo duro. El modo en el que ha vivido es increíble. Ha sido analfabeto toda su vida y tiene mucho mérito lo que hace. Le ha ido muy bien y es una persona íntegra que ama lo que hace, que se siente muy orgulloso de lo que ha conseguido y es una persona hermosa, una de las personas más especiales que he conocido en mi vida”, nos cuenta Tom.

Tras hacerse amigos, Tom empezó a ayudar a Charles a escribir las canciones que darían forma a su debut. Desde hace unos años, Charles está dando clases para aprender a leer y a escribir, pero la ayuda de Brenneck resulta imprescindible. “Normalmente las canciones salen de una conversación, de tomar algo y de hablar de las cosas jodidas que suceden en la vida. Charles tiene tendencia a contarte las cosas más locas del mundo, cosas que le han sucedido a lo largo de su vida. Vamos hablando hasta que dice algo que me suena a una buena letra y partimos de ahí. Las canciones salen de buenas conversaciones y de ir tocando algo y de sentirlo”, confiesa el músico.

El sentimiento es otra de las claves de Bradley, alumno privilegiado de James Brown. Cuando canta, Charles se entrega con la fuerza del hombre que persigue un sueño que está cerca de cumplirse. “Charles es pura emoción, lo puedes escuchar cuando canta. Hay algo en su voz que es tan puro… su tono es redondo y grande y sus emociones siempre están presentes al 100% en cada canción”, explica Neil Sugarman desde las oficinas de Brooklyn.

bradley22Mientras el debut de Charles Bradley se cocinaba en las oficinas de Daptone, Poull Brien rodó ‘Soul of America’, un documental que muestra los meses previos a la salida del disco. En aquellos meses Charles Bradley acompañó de gira a Sharon Jones, la gran estrella de Daptone. “Charles es más mayor que yo y haberle visto crecer hasta convertirse en Charles Bradley ha sido increíble. Charles había sido toda su vida un imitador de James Brown y costó mucho que dejara de serlo para ser él mismo. Le dimos mucho la lata para que dejara de imitarlo. Estoy muy orgullosa de él, ya lleva dos discos y las cosas le van bien. Le deseo lo mejor con todo mi corazón porque se lo merece, poca gente se lo merece más que él. Cuando tenga 63 o 65 años quiero estar retirada no empezando como Charles. Tres años después está viviendo su sueño. Gracias a Dios por los Dap-Kings y por Daptone porque sin ellos su sueño, o el mío, no se estarían cumpliendo”, explicaba Sharon Jones a Sofá Sonoro hace un mes.

En 2012 llegó a las tiendas ‘Victim of Love’, el segundo álbum de Bradley no solo confirmaba que su debut no fue casual sino que en muchos aspectos lo superaba. Charles comenzó a viajar por el mundo presentando su música a un público entregado por su historia y conquistado por su pasión sobre el escenario. En abril de 2012, Charles Bradley atendía nuestra llamada desde un hotel de Londres para hablar de su música y de la vida. “Mi primer disco fue para mí como salir de la oscuridad y poder hacer otro ha significado mucho, es una señal de que el primer álbum gustó y eso es mucho ya”, explicaba Bradley con una voz rota y sin apenas vocalizar.

La historia de Bradley está repleta de mensajes, los de un hombre duro, como le define Tom, que nunca se ha rendido y que ya de mayor está viviendo el sueño de su vida con inagotable energía. Su vida tiene todos los elementos de una buena historia y en ‘Hora 25’ decidimos contarla. Llamamos a Daptone Records para que nos contarán cómo fue aquella mañana en la que Charles llamó a su puerta, también dimos con Tom para que nos contase cómo se apañaba a la hora de hacer canciones con él. Después de muchas llamadas y correos encontramos también a Charles, que se emocionó cuando le contamos que un programa de radio de España, un programa no musical, iba a dedicar un tramo a contar su historia. Su madre acababa de morir y Charles estaba triste. Nuestra llamada le alegró. Su voz seguía siendo cavernosa y no vocalizaba mucho más que en nuestro primer encuentro, pero seguía siendo un hombre cariñoso lleno de pasión, un hombre honesto y agradecido a Dios por la oportunidad que le había dado la vida. Después de charlar un rato le dije a Charles que solamente quería hacerle dos preguntas. Sencillas. Le pregunté que de qué estaba orgulloso en la vida después de haber conseguido cumplir su sueño. “Me gusta que hay gente que me dice que me necesita, que mi música les trae cosas positivas. Cuando me dicen que escuchan mis letras y que sienten que aporto un sentido a la vida... eso es lo que me hace querer seguir tocando. Lo que me llena de orgullo”, contestó Charles. La otra pregunta fue una petición, que eligiese una canción suya para cerrar el programa y que explicase los motivos. Eligió ‘Victim of love’, la canción que da nombre a su segundo álbum. “A veces quiero con tanta profundidad que me da miedo, que da la sensación de que me voy a perder en ello. Así que esa canción es una de mis favoritas”. Sus dos respuestas, murmuradas al teléfono, definen a este soñador, a un hombre que está repleto de pasión, de amor, dos cosas que su voz transmite con nitidez cuando suenan sus canciones, las canciones de un hombre que debutó en la música de mayor por empeño, por coraje, porque a veces, no muchas, los sueños se cumplen.

 
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