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El último juicio de Franco se convierte en un debate de arte contemporáneo

Visto para sentencia el juicio contra el artista Eugenio Merino por usar la cara del dictador en un 'punching-ball' en una exposición

'Punching Franco' de Eugenio Merino.(EFE)

Este viernes ha quedado visto para sentencia el juicio impulsado por la fundación 'Francisco Franco Presente' contra el artista Eugenio Merino por su obra 'Punching Franco', en la que utilizó la imagen del dictador en un saco de boxeo en una exposición. Durante la única sesión de juicio oral, la Fiscalía ha pedido el archivo de la demanda mientras que la fundación solicita que Merino tenga que indemnizarles con 12.000 euros por vulnerar su derecho al honor.

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El arte le ha ganado el protagonismo al honor de Franco este viernes en los juzgados de Plaza de Castilla. Ha quedado visto para sentencia el juicio impulsado por la fundación 'Francisco Franco Presente' contra el artista Eugenio Merino por su obra 'Punching Franco', en la que utilizó la imagen de la cara del dictador para ponerla en un 'punching-ball' en una exposición. En una única jornada de juicio en la que se ha hablado más de arte - ha salido a colación incluso Marcel Duchamp - la fundación franquista ha pedido una indemnización de 12.000 euros por entender que Merino vulneró el derecho al honor del dictador fallecido. La Fiscalía no ha dudado en solicitar la libre absolución del demandado por entender que "objetivamente" colocar la cara de Franco en un 'punching-ball' no vulnera su honor, a pesar de ser "un personaje histórico".

Un juicio visto para sentencia en el que sólo han declarado dos personas: el propio Eugenio Merino y Jaime Alonso, presidente de la fundación que enaltece la figura del dictador. Un debate que ha abarrotado de público la pequeña sala de vistas, que en un principio ha sido más cercano a lo que podría esperarse de una clase de Bellas Artes: "¿Qué es para usted el arte?" ha sido la primera pregunta que han trasladado a Merino y Alonso. "¿Considera usted la obra como algo ilimitado?", han preguntado desde la acusación al artista. Explicaciones sobre lo que cada individuo plasma de sí mismo en sus obras, y sobre si es el espectador o el artista quien da significado "real" y objetivable a una creación.

El presidente de la fundación Francisco Franco ha podido dar su propia definición de arte contemporáneo: "Es toda creación de una persona que tiene un concepto de la vida y que lo expresa, esa plasmación de sus sentimientos, y que tiene unas cualidades innatas o adquiridas, en cualquier caso no puede ser denigratorio ni ofensivo ni buscar la notoriedad a base de ofender e injuriar a personas que han sido de notable relevancia en la nación, en Europa o en el universo". Para Jaime Alonso, en el arte "es subjetivo lo que el artista cree, siente y expresa" y ha llegado a equiparar a Franco con los niños: "Lo que no es objetivo es el resultado: cuando se denigra a la mujer o al niño se retira".

Un puñetazo artístico

Según ha explicado Merino ante la jueza, había una "actitud artística detrás del puñetazo que le dábamos a Franco, la pieza era una forma de terapia para aquellos que han sufrido la dictadura, esa era la única finalidad de la obra". Según la fundación denunciante, "¿Un punching-ball le parece la mejor forma para representar al anterior jefe del Estado?". "Toda obra debe tener un fin agresivo. Yo le llamo dictador y es la mejor forma que me parece a mí.", ha reiterado el artista. "¿Y si fuera su padre?", ha zanjado Alonso.

En lo tocante al honor de Franco y su posible vulneración en 'Punching Franco', los esfuerzos de la fundación han ido conducidos a poner sobre la mesa el matiz antifranquista de la exposición en la que se presentó la obra, "Jornadas contra Franco". Una exposición montada en apoyo precisamente a Eugenio Merino, que en esos momentos afrontaba otro proceso judicial por meter una representación del cadáver de Franco en una nevera de refrescos, "Always Franco". Según han declarado Jaime Alonso y la acusación, "un aquelarre, una cosa del siglo XIX" en el que no pudieron entrar bajo amenaza de agresión de los asistentes, y en el que pudo ver más obras relativas a Franco: "Todo lo que diga es poco. Era más que ofensivo, alguien se sacó sangre y la tiró en un retrato de Franco, y eso le parecía una manifestación artística".

El juicio ha quedado visto para sentencia. Debates artísticos al margen, la fundación franquista ha pedido una indemnización de 12.000 euros a pagar por el artista Eugenio Merino, mientras que la defensa ha pedido su libre absolución por entender que no existió una vulneración del derecho al honor de Franco.

"¿Cómo va a definir mi trabajo si no sabe de arte?"

El debate sobre arte ha seguido a la salida del juzgado. En declaraciones a la prensa, Merino ha dado su visión del asunto: "Para él, el arte contemporáneo es lo mismo que el arte clásico, no entiende el arte contemporáneo, para él es denigrante cualquier actitud del artista. No podría entender ni a Marcel Duchamp ni nada, y eso deslegitima su visión de lo que yo he hecho. ¿Cómo va a definir mi trabajo si no sabe de arte?".

"Yo hago arte político, y ¿qué hay más político que venir a un juzgado a hablar de arte?" Se preguntaba el artista Eugenio Merino a la salida de los juzgados de Plaza de Castilla. No es la primera vez que tiene que ir ante un juez para defender sus creaciones, reclamado por esta fundación: Eugenio Merino ya fue absuelto hace unos meses después de haber metido una representación del cadáver de Franco en una nevera de refrescos, bajo el título "Always Franco" en la feria ARCO. Entonces, la justicia no observó una vulneración del derecho al honor del dictador, pero según fuentes cercanas al artista "consiguieron que la feria no llamara al artista para el año siguiente". Este año, Merino ha estado en ARCO, pero sin plasmar su arte sobre la figura del dictador.

La Fiscalía pide archivar la demanda

En su alegato final, la representante de la Fiscalía, que no ha querido formular preguntas, ha interesado el archivo de la demanda civil y la libre absolución del artista. Ha recordado la fiscal que el derecho al honor "no es un derecho absoluto" y que hay que tener en cuenta "los usos y costumbres sociales en los que se inscribe la creación", concluyendo que "objetivamente" no ha existido una vulneración al derecho al honor de la fundación que lleva el nombre del dictador.

Además de solicitar la libre absolución de Eugenio Merino, su abogada también pide que se imponga una multa a la fundación franquista por entender que han actuado "de mala fe" durante el procedimiento judicial.

"¡Esto no es una cafetería!"

La joven jueza que ha llevado la batuta en la jornada judicial de este viernes ha tenido que aplicarse a fondo para mantener a todos los presentes en sus asientos. Magistrada en prácticas, ha pasado por alto la primera pregunta que ha formulado el letrado de la fundación franquista, visiblemente preocupado cuando se ha enterado de que sería ella quien dirigiría el juicio: "Pero, ¿quién va a escribir la sentencia?". Teniendo que mandar callar en varias ocasiones al presidente de la fundación, pidiendo respeto tanto para la abogada defensora como para ella misma, ha llegado a exclamarle "¡Esto no es una cafetería, no me replique!". Las caras de extrañeza de la jueza titular, sentada a la izquierda de la magistrada de carrera que dirigía el juicio, reflejaban lo que Merino ha definido a la salida como "intentos de desacreditar a la jueza".

 
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