Arabia Saudí, un reino sin derechos humanos
La nueva ley antiterrorista incrementa la represión en un país en el que 9 millones de mujeres son tratadas como menores legales
En el 2013 hubo al menos 60 ejecuciones por decapitación, mientras se penaliza con latigazos y cárcel el ejercicio de las libertades
La represión en Arabia Saudí va en aumento. La reciente condena a diez años y mil latigazos dictada contra el fundador de una web de debate aviva la preocupación por los derechos humanos en un país en el que las mujerescarecen delestatus de ciudadanas. Human Rights Watch denuncia que los intereses económicos acallan las críticas de occidente
Más información
Raif Badawi creó hace dos años 'FreeSaudi Liberals'una web de debate religioso y político. Tras pasar estos dos años en la cárcel, acaba de ser condenado a 10 años más y a recibir 1.000 latigazos. "Es triste que se pueda recibir una sentencia así, incluyendo castigo corporal", explica Adam Coogle, de Human Rights Watch, "por delitos en esencia relacionados con la libertad de expresión".
La represión además va en aumento, tras la aprobación en enero de una ley "antiterrorista" que puede utilizarse para criminalizar las libertades de expresión, asociación y reunión. En la definición de terrorismo se incluye, por ejemplo, dañar la reputación del reino, gobernado por una misma familia, los Saud, desde su fundación. Todo el poder reside en el rey Abdullah, enfermo en la actualidad. La mayoría de los ministros son príncipes de la familia que permanecen en sus cargos durante décadas.
La mujer necesita la aprobación de un "guardián" para realizar acciones básicas como casarse, acceder al sistema de salud, tener un pasaporte o viajar fuera del país. Ese guardián puede ser su padre, su marido o incluso su hijo. En Arabia Saudí hay 9 millones de mujeres, todas sometidas a esta tutela que, como recuerda Human Rights Watch, "crea un sistema donde son consideradas menores legalmente durante toda su vida". Un caso notable de esta discriminación es la cautividad de 4 princesas, que han pasado prácticamente toda su vida encerradas en sus palacios por su propio padre, el rey Abdullah, tras romper con una de sus esposas, Alanoud Alfayed, actualmente exiliada en Londres.
Los activistas y luchadores por las libertades de Arabia Saudí nocuentan conel apoyo de las potencias occidentales. "Muchos países tienen una relación económica: o importan petróleo o tienen intereses comerciales", recuerda Adam Coogle. "Por desgracia, para EEUU y muchos países europeos, priman estas prioridades u otras estratégicas".
En los últimos años miles de personas han sido víctimas de juicios injustos y detenciones arbitrarias, según las organizaciones de derechos humanos, quelamentan las condenas a defensores de esos derechos por llevar a cabo protestas pacíficas y por pedir reformas políticas.
La pena de muerte es otra relevante violación de los derechos humanos. El año pasado entre 60 y 80 personas fueron ejecutadas. "Lo más problemático", dice Adam Coogle, "es que normalmente las ejecuciones se llevan a cabo por decapitación en público". "En algunos casos además, el cuerpo es exhibido en público tras la ejecución. Creo que es el único país del mundo en el que esto ocurre".