La lucha eterna del soñador
Lee Fields, que en junio presentará ‘Emma Jean’ -en honor a su madre muerta en 1993-, debutó en la música con ‘Bewildered’, un tema de éxito que editó a finales de los sesenta, cuando tenía 17 años. Después de aquello pasó a ser uno de los referentes de la nueva oleada del funk y llegó a ser conocido como ‘Little J.B’ (por James Brown). Luego la música cambió y Fields quedó en tierra de nadie tocando en sitios pequeños de pueblos alejados del circuito mientras seguía editando álbumes que se adentraban en todos los géneros de la música estadounidense sin demasiado acierto. Esos fueron los días en los que el rencor crecía en un padre de familia que veía como sus sueños se alejaban, como su público le daba la espalda, como el destino le señalaba el camino más largo. Pero la vida da muchas vueltas. Tanto que todo vuelve, se repite, resurge. Esas vueltas llevaron a Fields a Brooklyn a principios de este siglo para conocer a la gente de Truth and Soul Records, un sello pequeño que creyó en sus posibilidades y que siete años después de ‘Problems’ editaron ‘My world’ (2009), un disco que devolvió la gloria perdida al veterano cantante de Carolina del Norte. Después de aquello vendría ‘Faitful man’ y el mundo entero se rindió a la magia de un artista que se dejaba la vida en cada canción a sabiendas de que aquella oportunidad no se le podía escapar.
Aquella noche de primavera en Brooklyn, Lee Fields estaba pletórico después de colgar el cartel de entradas agotadas. El músico había invertido su suerte, había dado una vuelta muy larga por un camino arenoso y repleto de trampas, pero había vuelto a la cima, a contar con el respeto de la crítica, con el apoyo de los medios. Y Fields, relajado tras el concierto, saludaba a la gente agotado pero luciendo esa sonrisa de satisfacción que deja el trabajo bien hecho. Meses después, cuando hablamos por teléfono, el cantante no renunciaba a su pasado ni lamentaba sus errores, tenía claro que su esfuerzo había merecido la pena. “Me gustaría ser recordado como un hombre auténtico, como un hombre que persiguió sus sueños”, apuntó Fields.
Ahora el soulman regresa a las tiendas y lo hace con un álbum mayúsculo, más intenso incluso que sus predecesores. Sus nuevas composiciones son historias de personas normales, historias sencillas de gente que se enamora, que busca el amor, que pelea, lucha y sueña. Son relatos de amor de un hombre que lleva 45 años casado con la misma pareja pero que ha pasado mucho tiempo observando al hombre y a la mujer, su forma de acercarse mucho y de alejarse para siempre. “Algunas personas, no muchas, consiguen encontrar a la persona ideal, el resto se pasa la vida saltando de una relación tóxica a la siguiente. Es parte de la vida”, me confesó entonces el cantante. Ese es el campo en el que Fields siembra y recoge sus canciones, unas historias que se agrandan con la voz de Fields y que crecen hasta sonar inmensas y poderosas a través de la fuerza de The Expresions, una banda fabulosa que en este álbum gana protagonismo. “Sigues intentándolo e intentándolo pero no puedes ganar”, canta el músico estadounidense en los primeros versos de la canción que abre el disco. Una pequeña muestra del empeño de un hombre que ha seguido ahí a pesar de todo, luchando y luchando con la seguridad de que algún día las cosas buenas le sucederían a él.
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