Ana Patricia Botín, la saga continúa

Un viejo perfil periodístico de Ana Patricia Botín la señalaba como predestinada para hacerse cargo del gran buque insignia de la banca española, el Santander, pero añadía que en realidad ella quería ser periodista.

Un viejo perfil periodístico de Ana Patricia Botín la señalaba como predestinada para hacerse cargo del gran buque insignia de la banca española, el Santander, pero añadía que en realidad ella quería ser periodista.

En cualquier caso fue un viejo sueño incumplido, porque esta santanderina de 53 años, la mayor de la cuarta generación de los Botin, se graduó en Economía, adquirió galones en Harvard y trabajó siete años en la JP Morgan hasta que en 1988 regresó a España y comenzó a trabajar para el banco familiar, como consejera. Ha tenido presencia en los consejos de administración de varias entidades del grupo Santander, en Argentina o Venezuela, pero su papel más destacado fue al frente del ya extinto Banesto, desde 2002 a 2010, etapa en la que la entidad entró en el Ibex 35 y tuvo unos excelentes resultados.

Ana Patricia Botín conoce ya bien lo que es estar en la revista Forbes o en el ranking de mujeres más poderosas de Inglaterra, solo por detrás de la reina Isabel II. Es poco dada a hacer declaraciones, pero sí ha hablado, por ejemplo, de la crisis: "Quiero recordar que la crisis es una oportunidad, también para los empresarios, para posicionarse mejor, crecer, salir fortalecidos".

Afincada en Reino Unido, era en la actualidad consejera delegada del UK-Santander, primera filial del grupo por beneficios y lanzamiento de despegue, segun indican, por si algún día tenía que asumir el papel que hoy se le encomienda.

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Casada y con tres hijos, ha mostrado en más de una ocasión su sensibilidad acerca del papel de la mujer en el mundo laboral, destacando que el escaso número de mujeres directivas debía combatirse con políticas de integración para aumentar su participación a todos los niveles. "Si el talento está repartido a partes iguales, entre hombres y mujeres, deberíamos tender a ese porcentaje, dándolas apoyos especiales para no perder el talento de ese 50%".