Una agencia de la ONU alerta contra la recuperación basada en bajar salarios
La Conferencia para el Comercio y el Desarrollo alerta de que la austeridad y la contracción salarial pueden llevar a otra crisis como la actual
El modelo de recuperación basado en la austeridad, la contracción salarial y las inyecciones de liquidez no sólo es frágil y desigual, sino que puede estar sembrando las semillas de una futura crisis. Es el diagnóstico de un informe de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo, que a partir de dos modelos teóricos que ha desarrollado (uno que recoge las políticas actuales y otro basado en políticas de inversión y cooperación), sostiene que el crecimiento es mucho más sólido y generalizado con el segundo tipo de políticas que con las que se vienen aplicando hasta ahora.
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El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2014 critica con dureza las políticas para salir de la crisis como las adoptadas en Europa: la combinación de reducción del gasto público, bajadas salariales e inyecciones de liquidez. Argumenta el texto que con los salarios menguando y sin inversión pública -sin consumo, por tanto- el dinero inyectado en el sistema por los bancos centrales no acaba en inversión productiva, sino en inversiones financieras que acaban generando burbujas como las que estallaron a finales de la década pasada y que llevaron a la actual crisis.
El organismo de la ONU es especialmente duro con la adopción simultánea por parte de las economías desarrolladas de la estrategia de crecer vía exportaciones, iniciando para ello una carrera salarial a la baja. Estas economías, dice el texto, no reparan en que las exportaciones de unos las tienen que comprar otros para ser efectivas, y esto no sucederá si los salarios caen de forma generalizada. "En otras palabras" -se lee en el documento- "una estrategia basada sólo en la compresión de los salarios, si se lleva a cabo por un número importante de países, lleva al riesgo de exacerbar una trampa deflacionaria para todos ellos".
Vuelve el riesgo de endeudamiento
Los datos, de hecho, muestran que tan solo unos trimestres después de iniciar las políticas de moderación salarial, en 2010, el crecimiento de las economías europeas se detuvo, y el terreno que se ha ganado en materia comercial no es tanto por un avance de las exportaciones como por una caída de las importaciones (por la atonía de la demanda interna).
El informe alerta de que ya se están detectando subidas de precios en activos como acciones y viviendas en algunos países (Estados Unidos, Reino Unido, Australia o Canadá) al calor de la abundante liquidez. Mientras los salarios no suban -razona el texto- se incurre en el riesgo de un aumento de la demanda apoyada en el crédito, que ya se está apreciando en alguna de esas economías: es decir, una situación de exceso de endeudamiento y aumento de precios de ciertos activos a imagen de los que llevaron a la crisis.
Propuesta: más inversión y cooperación
Frente a estas estrategias de austeridad, menos salarios y más liquidez, la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo propone políticas de apoyo a la demanda y al crecimiento (tanto de rentas, como fiscales, como industriales), una mayor regulación de los mercados financieros y una reorientación del comercio mundial para apoyar el desarrollo. Para elaborar sus conclusiones, han diseñado dos modelos teóricos que recogen, el primero, políticas como las que se están aplicando ahora, y el segundo las propuestas de la organización de Naciones Unidas.
Los resultados muestran un crecimiento mucho más vigoroso y equilibrado en el futuro si se apuestan por las políticas de inversión: se calcula un crecimiento anual del PIB del 3,5% para las economías avanzadas en el periodo 2020-2024, frente al 2% que estiman si se sigue con las políticas de austeridad y contracción salarial. El crecimiento mundial sería también mucho más acentuado (5,5% para ese periodo, frente al 3,6% que arroja el modelo de políticas actuales) además de reducirse la brecha entre los países superavitarios y deficitarios comercialmente, gracias a un comercio mundial más coordinado.
El informe concluye pidiendo que se adopten políticas coherentes y que apoyen el crecimiento y la cooperación, no como hasta ahora: "la expansión monetaria debería venir acompañada de expansión fiscal, para evitar que la liquidez se atesore o se utilice especulativamente; los programas de impulso del empleo deberían ir acompañados de políticas de redistribución de ingresos para que la demanda agregada se apoye en unos ingresos de los hogares crecientes y no en deuda; y las políticas sobre inflación deberían acompañarse de medidas que vayan a la causa de la inflación, lo que debería poner el foco en incentivos a la producción y a la demanda interna".