El desmantelamiento de la cooperación española en dos décadas del 0,7
La ayuda en cooperación está en peores niveles que hace veinte años
El Movimiento 0,7% supuso el despertar de la conciencia social por la lucha contra la pobreza. En 1994 un grupo de jóvenes acampó frente al ministerio de Economía para exigir al Gobierno el compromiso de destinar parte del PIB a los países en vías de desarrollo. Fue el aldabonazo que se convertiría en una verdadera política de Estado. La ayuda en cooperación está en peores niveles que hace veinte años. En 1994 España destinaba el 0,24% del PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo, en 2014 aportará el 0,17%.
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¿Cómo era el mundo de la cooperación hace veinte años? ¿Qué pedían las ONGs? ¿Han evolucionado desde entonces? Si la sociedad es cada vez más solidaria ¿Por qué estamos peor que hace dos décadas? Han pasado veinte años desde la primera movilización que despertó la conciencia social con los países en vías de desarrollo. Era 1994 y el Movimiento 0,7% acababa de nacer. Universitarios, cristianos de base, grupos de izquierdas salían a la calle para exigir al Gobierno un compromiso firme para combatir la pobreza. La explosión del movimiento, como en el reciente 15M, comenzó con unas tiendas de campaña. Ariel Jerez, profesor de Ciescias Políticas de la Complutense, recuerda aquel momento: "Nos encontramos que tras la amplia desmovilización durante los años ochenta, aparece un nuevo repertorio muy llamativo de protesta. Las acampadas congregaron miles de tiendas, en algunas ciudades llegaron a durar un mes y medio".
Como en la Puerta del Sol en mayo de 2011, quienes exigían al Gobierno en 1994 un compromiso contra la pobreza pasaron de llevar a cabo una huelga de hambre a decidir acampar frente al ministerio de Economía, conectando con un malestar generalizado hacia el Gobierno de Felipe González - eran sus últimos años de mandato- y la falta de políticas del ejecutivo socialista para abordar la desigualdad entre países.
Aquel septiembre de 1994, tras un verano de aparente calma, la solidaridad prendió en distintos estratos sociales. "Se planeó acampar un viernes por la noche y la primera intención era aguantar el fin de semana, el propósito era hacer presión frente al ministerio de Economía porque es quien tiene en su mano la elaboración de los presupuestos". Así lo recuerda Pablo Osés, sobrino del cura jesuita Pablo Osés, artífice de la acampada que se reproduciría en más de sesenta ciudades españolas. Entonces, el sobrino de aquel líder jesuita implicado en trabajos sociales en el extraradio de Madrid, era un joven universitario y uno de los portavoces de la plataforma, hoy es el coordinador de la Plataforma2015 y uno de los expertos más reconocidos en materia de cooperación.
Junto a Pablo Osés trabaja en la Plataforma2015 Nacho Martínez, responsable de estudios de la organizacion. Él también estuvo allí, yendo y vieniendo de la facultad a la acampada del paseo de la Castellana. Como Osés, entendieron qué estaba pasando: "Parte de la simbología era la reivindicación del 0,7% del PIB pero el movimiento era mucho más. Reclamaba una política de cooperación de mayor calidad y fundamentalmente cambios estructurales".
Como analiza profesor y miembro de PODEMOS Ariel Jérez, que dedicó su tesis doctoral a analizar el Movimiento 0,7%, "las dinámicas de la movilización y la crítica social tienen elementos comunes. Son ciclos en los que se acumulan situaciones que despiertan indignación y que en determinado momento sobrepasan un umbral de saturación moral que activa esta contestación".
¿Qué Gobierno se ha implicado más en cooperación?
En 1991, en los albores del Movimiento 0,7%, España es declarada donante por el Comité de Ayuda al Desarrollo. Desde entonces, la aportación total respecto de la riqueza del país es constante salvo en tres excepciones. La primera, de 1990 a 1993, con un incremento del 0,10% al 0,25% concentrado en un periodo de tres años y que se mantiene constante durante una década. El incremento histórico se produce bajo el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. En términos absolutos la cantidad de la ayuda prácticamente se triplica y se duplica en términos porcentuales hasta rozar el 0,5%. Era la primera vez que España retomaba seriamente el compromiso del objetivo del 0,7% establecido por Naciones Unidas. El declive comenzó en 2010, cuando Zapatero incluyó la cooperación en el paquete de las nueve medias de recorte social, el ajuste económico más impopular de la historia reciente, los países en vías de desarrollo dejarían de recibir 600 millones de euros de la ayuda española. El tercer momento supone una inflexión en negativo y sin precedentes hasta hoy. El sociólogo Ignacio Martínez, portavoz de Plataforma2015, resume: "Estamos entre el año 89 y el año 90, en esos dos años pasamos del 0,15% al 0,20%, estamos en ese momento".
Con estos datos, son muchas las voces que apuntan al desmantelamiento de la política de cooperación. "Quizá lo más relevante es que además del desmantelamiento de los recursos, que han descendido como nunca lo habían hecho y más que en ningún otro país, hay otros elementos que anuncian ese desmantelamiento, entre ellos, el debilitamiento de las organizaciones y los actores que tradicionalmente han defendido las políticas del desarrollo" apunta Martínez.
¿Cómo estamos respecto a Europa?
Lo cierto es que España, si bien consiguió salir de su atraso histórico y superar la media de los países donantes del CAD (Comité de Ayuda al Desarrollo) entre los años 2006-2010, en los últimos cuatro años ha descendido muy por debajo del promedio actual.
En el año 2003 España era el 11º donante mundial en términos absolutos y el 16º en términos relativos; en 2009 España ocupa el 6º y 11º lugar respectivamente; y en 2003 cae al puesto 15º y 21º. Una caída de hasta 5 puntos en diez años. Como analiza Igancio Martínez, España ha vinculado lo que destina en cooperación a la situación económica nacional. Los sociólogos consultados subrayan que la cooperación es una decisión política y señalan cómo Irlanda, un país que tuvo que acudir al Fondo de Rescate Europeo, ha mantenido la ayuda que destina al desarrollo en un 0,5% a pesar de la crisis, frente a los países que más aportan -los tradicionales países nórdicos- con Suecia a la cabeza con un 0,98% y Luxemburgo con un 0,94% del PIB. España, según los datos de la OCDE, está al nivel de Grecia o Italia (0,17%, 0,16% y 0,19% respectivamente).
¿En qué se ha destinado la ayuda?
En cuanto a cómo destina España la Ayuda Oficial al Desarrollo, durante estos veinte años, los únicos países a los que se han enviado fondos de manera constante han sido Afganistán y Palestina. El primero inmerso en una guerra y el segundo con fuertes lazos con España. Bolivia y Senegal, aunque no de manera constante, también han sido principales receptores de fondos. Los sociólogos consultados califican de significativo el hecho de que el capítulo de transporte e infraestructuras se lleve casi el 10% de la cooperación. Y otro dato llamativo, casi la mitad de los fondos que da España de Ayuda al Desarrollo van al capítulo de Deuda, es decir, "les ayudamos para que nos devuelvan lo que nos deben" aclara gustavo Zaragoza, sociólogo de la Complutense.
En este contexto ¿hacia dónde va la Cooperación?
Las organizaciones y organismos consultados son bastante pesimistas. Para Pablo Aler, portavoz de la Plataforma 0,7%, considera que el abandono de la Cooperación en los presupuestos "es un signo de que no interesa, es más fácil poner una valla más grande que atajar los problemas por los que la gente tiene que saltar esa valla. Creo que no hay más, el Gobierno no tienen ningún interés" De hecho "no hemos mejorado mucho, en pocos meses se cumplen los objetivos del milenio y todo indica que no se van a cumplir" apunta.
Para el coordinador de Plataforma2015, Pablo Osés: "Es importante transmitir la idea de que el mundo no se explica bien desde las miradas nacionales. Podemos pensar en la gestión de la deuda externa, la gestión de las cuentas fiscales, en el acceso a la liquidez financiera, el derecho al agua, la vivienda, el cambio climático... Hay muchos asuntos que exigen la cooperación entre Estados y otros actores". Según Nacho Martínez, desde la Plataforma2015, "el proyecto ambicioso de los derechos humanos es el que está en juego".
La posible remontada en materia de cooperación no va a ser fácil. Las ONGs implicadas en diseñar y materializar los proyectos de ayuda han sufrido cierta burocratización e institucionalización. Una "dependencia", califican algunos expertos, que en muchos casos no les permite la autonomía necesaria para llevar a cabo un trabajo eficaz entre los gobiernos y la sociedad civil. En ese reto, definir el nuevo marco de relación, están inmersas -en plena crisis- los principales organismos nacionales e internacionales que trabajan por el desarrollo.
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