Los Presupuestos anticipan prestaciones más bajas y más subvenciones a las empresas
Los recursos destinados a prestaciones y subsidios caen un 15%, mientras que el número de parados solo mengua un -8%
El Gobierno anticipa recuperación y más empleo para el año 2015, pero sus propias cuentas evidencian que la situación irá a peor para los que continúen desempleados. La cuantía de las prestaciones seguirá mermando, y lo hará a un ritmo más rápido de lo que baja el desempleo, lo que quiere decir que los que sigan parados tendrán prestaciones de peor calidad. Por otro lado, las cifras de los Presupuestos evidencian que el Gobierno sigue apostando más por subvencionar la contratación a las empresas que por la formación, y que el Ejecutivo prevé que en 2015 se despedirá a menos gente que en 2014, pero los despidos serán más caros (lo que quiere decir que afectarán a gente con más salario y antigüedad en las empresas).
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El proyecto de Presupuestos de 2015 muestra que el Estado va a gastar menos dinero en prestaciones y subsidios para parados: 25.002 millones de euros, frente a los 29.429 millones presupuestados para 2014. Una caída del 15%, que el texto atribuye en primer lugar al "efecto positivo de las medidas adoptadas por el Gobierno en materia laboral, que tiene su reflejo en la reducción de la tasa de paro", pero que a continuación también admite que se debe a que los parados, a medida que pasan más tiempo en desempleo, pasan de prestaciones a subsidios y ven por tanto reducirse la cantidad que cobran.
Porque la caída en el número de personas que cobran la prestación contributiva, la de mayor calidad y cuantía, es muy superior a la caída prevista en el número de parados: 22% en el primer caso, 8% en el segundo. Mientras, los Presupuestos prevén una subida en el número de perceptores del subsidio (+0,8%) pero, sobre todo, de los que reciben la Renta Activa de Inserción, que aumentan casi un 30%. En total, prevé el Gobierno que en 2015 haya 5.237.900 parados, de los que menos de la mitad cobrarán prestación o subsidio (2.572.000) y, de ellos, poco más de un millón cobrarán la prestación contributiva (1.010.000).
Más subvenciones a las empresas
Mientras que el presupuesto de prestaciones y subsidios baja un 15%, el dedicado a fomento del empleo sube un 16% pero -aparte de tratarse de una cantidad mucho más modesta, 4.700 millones- el reparto de esa cantidad entre los distintos programas indican cuál es la apuesta del Gobierno para estimular la creación de empleo. Y las cifras dejan claro que el ejecutivo sigue confiando más en subvencionar a las empresas para que contraten que en la formación, justo lo contrario de lo que le recomendaba el día anterior la Organización Internacional del Trabajo en un informe sobre empleo en España.
De los 670 millones más que el Gobierno dedicará a fomento del empleo en 2015 frente a 2014, 278 millones (más del 40%) irán a subvencionar empresas que contraten. Otros 110 millones irán a las agencias de colocación privadas, una vez que se ha consagrado su papel de colaboradoras de los servicios públicos de empleo (que recibirán 85 millones para modernizarse, por cierto). Sólo 76 millones de euros se destinarán a formación para el empleo y 86 millones para orientación profesional. Otros 82 millones de euros irán a parar al Plan de Garantía Juvenil, que busca dar oportunidades de empleo y formación a los jóvenes.
Menos despedidos, mejor indemnizados
Los Presupuestos de 2015 incluyen también una cifra difícilmente explicable, que se encuentra en la Memoria de Beneficios Fiscales, el documento que detalla lo que el Estado deja de ingresar por las exenciones que hay en los diferentes impuestos. Este texto indica que el Gobierno prevé que el año que viene haya 797.573 personas afectadas por despidos que podrán aplicarse la exención para no tributar por la indemnización que les corresponda. Es un -33% de afectados por despidos que los que el Gobierno preveía para este año (1.189.125).
Lo extraño es que el Gobierno prevé que lo que las arcas del Estado dejarán de ingresar en 2015 por esta exención sumará 151,67 millones de euros, frente a los 137,34 millones que calculaba para 2014. Es decir, Hacienda calcula que habrá menos afectados por despidos el año que viene, pero que se beneficiarán de una exención superior. La única explicación que tiene este dato aparentemente contradictorio es que el Gobierno considere que los despedidos el año que viene tendrán mejores salarios o más antigüedad en la empresa que los que perdieron su trabajo por despido en el año 2014.