Israel acusa a Suecia de hacer una política exterior tipo ikea

Madrid

El ministro de Asuntos Exteriores Israelí, Avigdor Liberman, visiblemente molesto, ha lamentado la decisión del gobierno de Suecia de reconocer el estado Palestino. Dice el canciller, que el país escandinavo se ha metido en un asunto mucho mas complejo que montar un mueble del Ikea. “El gobierno Sueco debería entender que las relaciones en Oriente Medio son mas complejas que una pieza de ensamblaje manual de un mueble del Ikea y que el asunto debe ser manejado con responsabilidad y sensibilidad”. Esta frase la escribió el propio Lieberman en su página de Facebook.

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Es difícil que este comentario poco afortunado haga cambiar la decisión de Estocolmo, quien tras conocer estas declaraciones y por boca de su ministra de exteriores Margot Wallstrom le contestaba: “Me sentiré feliz de enviar al canciller Israelí un paquete de Ikea que incluya un montaje. Verá que para ensamblarlo la mayoría de las veces se requiere un socio, cooperación y un buen manual”.

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Israel ha convocado a su embajador ante Suecia, tras el anuncio oficial de reconocimiento por parte de Suecia del Estado Palestino. El país escandinavo es el primer miembro de la Unión Europea en hacerlo, y el tercero del viejo continente tras Chipre y Malta.

La política del conservador israelí, Benjamín Netanyahu de anexionarse territorio palestino e instalar colonias de judíos subvencionados por el estado en estos lugares, le ha acarreado sanciones y distanciamiento de los líderes europeos, mientras mantiene el respaldo de Estados Unidos.

Sobre el tema del reconocimiento sueco del Estado Palestino, Estados Unidos se distancia un tanto de la posición israelí y se limita a señalar por boca de la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki: “Creemos que el reconocimiento internacional del estado Palestino es prematuro. Apoyamos la solución de los dos estados, pero esto solo puede venir vía negociadora, con una resolución del status final y el reconocimiento por ambas partes.”

Los palestinos tienen cada vez más apoyo, mientras consiguen posicionar su caso ante los organismos internacionales como Naciones Unidas, donde ha conseguido el status de Estado observador, a pesar de las objeciones de Israel y Estados Unidos.