Cine y TV
ENTREVISTA

Asier Etxeandia: "Sin cultura, seremos borregos a los que engañar"

Entrevista al actor y cantante Asier Etxeandía, que interpreta en 'Velvet' al diseñador Raúl de la Riva.

Asier Etxeandia es Raúl de la Riva en 'Velvet' / ATRESMEDIA

Por poco, pero Asier Etxeandía nació en la España de Franco. Contaba con apenas unos meses cuando el dictador murió, pero el gris de esa España franquista siguió muchos años más impregnando la sociedad, algo que complicó bastante las cosas para un niño raro, como se define el propio Asier.

En esta entrevista cuenta que lo pasó mal de crío. Que se sentía diferente y que todos lo veían así. Diferente, distinto.

Lo que tenía de distinto ese Asier niño es el fuego interior que convertía en necesidad el expresar, el compartir un mensaje, el volar sobre un escenario. Lo que ese Asier niño tenía de raro era sentirse como lo que es, un verdadero artista. Y sabía también Asier algo que ya advirtió García Lorca, que "la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida".

Tenía claro que no iba a poner grilletes a su alma de artista, por muchos quebrantos que eso causase en él, su alma nació para volar sobre un escenario o delante de una cámara. Transmitir emociones, empatizar. Tiene Asier Etxeandía la grandes virtudes que solo los artistas excelsos poseen. Una especial sensibilidad para conectar con el que tiene enfrente, como para abstraer al público del lugar y hacerle sentir lo que él está sintiendo.

En medio del plató de la serie 'Velvet', sentados en dos sillas que forman parte del decorado real de la ficción de Antena 3, Asier Etxeandía vuela sobre el bullicio, salta por encima de su personaje en la serie -el excéntrico diseñador Raúl de la Riva- y consigue que su mensaje traspase la grabadora. Habla con el corazón, con el alma.

"He trabajado repartiendo propaganda en portales, detrás de barras, hasta en un sex shop, pero mi objetivo claro era ser actor, cantante… ser un artista.", confiesa. Se sentía distinto de pequeño. Es distinto Asier Etxeandía. Porque, en medio de todo lo malo, siempre creyó que los sueños se cumplían. Y los sigue haciendo.

ATRESMEDIA

Llegaste para 3 ó 4 capítulos y, desde entonces, no se puede entender 'Velvet' sin Raúl de la Riva, tu personaje…

Yo estoy muy feliz. Desde la primera separata que me dieron dije "¡qué personajazo! ¡Qué maravilla!" y se me dispararon todos los resortes creativos. Pocas veces veo desde el principio tan claro cómo tiene que ser un personaje. Con Raúl de la Riva desde el principio supe cómo respiraba, qué ego tenía, que en el fondo era un payaso, que era un artista sublime y que llegaba ahí a conciliar.

Ego, ser payaso, artista sublime… De todo esto que has dicho de tu personaje, ¿qué podrías tener tú en común con él?

Tengo un ego terrible [ríe]. Creo que el ego no es malo en esta profesión. No seríamos actores si no tuviéramos una necesidad de tener un testigo. Mi vida sin testigos no tiene mucho sentido. Es algo que tiene que ver con ser artista, con algo que te arde de dentro.

El ego hay que saber colocarlo y que, en vez de cegar, sirva para iluminar porque yo creo mucho en la responsabilidad de los artistas con la comunidad. El ego es importante como lo es saber reírse de uno mismo.

Por eso yo decidí que Raúl de la Riva fuera una extravagancia, una caricatura de una parte de mí.

Lo bueno de un personaje como Raúl de la Riva es que tras esa pose estrafalaria, tras ese éxito y tras esa superficialidad, hay un pasado duro, un tipo que ha sufrido mucho y que ha luchado para conseguir un sueño que se le negaba en la España de su adolescencia y juventud…

Sí, la fachada es un clown, un pavo real. Detrás hay un pasado muy gordo que yo he trabajado como una alegoría de lo que para mí sigue siendo España: una cultura que consiste en ningunear todo lo que sale de nosotros mismos.

En otros países están orgullosos de lo que sale de su país. Aquí tenemos la envidia marcada. Cuando alguien tiene éxito, aquí estamos deseando que se vaya a la mierda, que se dé el batacazo… cuestionamos todo lo que hace. Raúl de la Riva es un ejemplo claro: un gran artista que tiene éxito en Londres, París… y su país no se lo reconoce.

Esto lo vemos en el cine español: el español es el primero que ningunea al cine español, fuera de España, nuestro cine es de categoría.

En España, cuando alguien tiene éxito, deseamos que se dé el batacazo

Y que hay más movilización por un perro que van a sacrificar -Excalibur, el perro de Teresa Romero- que por el incremento del IVA Cultural, ¿a qué crees que responde esto: a ese envidia marca España o a una falta de progreso de nuestra sociedad?

Falta de conciencia, de empatía, de progreso y de civismo. La cultura no es para hacernos más listos, es para hacernos más empáticos con el de enfrente.

Yo hubiera estado en la manifestación por Excalibur (como he estado en tantas otras), pero creo que no nos movemos lo suficiente por cosas que tiene realmente importancia.

¿Por qué no cala entre la gente -por mucho que aparece en medios como reivindicación- eso de que el 21% del IVA a la cultura es muy perjudicial para toda la sociedad y no solo para el sector?

Porque realmente, este país -salvo una minoría- no sabe lo importante que es la cultura. No sabe que esto lo vamos a notar cuando, dentro de unos años, seamos todos una panda de borregos a los que puedan engañar con cualquier cosa, diciéndonos que el dinero va a ser nuestro (por ejemplo) y donde no tengamos salida porque ya no podamos pensar por nosotros mismos. Y no tendremos activados esos sensores de alerta que nos hacen entender las historias ajenas y la nuestra propia. Eso te da la cultura. Y por eso no luchamos por ese 21%.

En una entrevista a la SER, el actor José Luis García Pérez decía que un fracaso de esta sociedad es "mercantilizar la cultura al mismo nivel que vender vasos". ¿Qué parte de culpa hay en los empresarios o gente del sector que hace esto?

No puedo juzgar cómo funcionan las grandes productoras de televisión porque no lo sé. Yo ahora, junto con 3 socios más, hemos creado la Factoría Madre Constrikctor para crear nuestros propios espectáculos. Se llama productora, pero lo hemos hecho sin un duro, con la ayuda de otros profesionales que tienen le mismo nivel de trabajo que nosotros y que confiaban y creían en nosotros.

Nadie se enriquece del teatro. Es imposible. Si eres tu propio productor, como mucho te da para mantener la obra y poder expandirla lo más posible.

Nosotros creemos mucho en la responsabilidad del artista con la comunidad. Si tienes que pasar por una época que no te da para comer, te jodes y sigues trabajando si realmente estás seguro que lo que haces tiene un sentido. Sobre todo porque te arde dentro…

Me hablas de responsabilidad con la comunidad. ¿Qué piensas cuando dicen que un actor no tiene que hacer política? Y eso que quizá no es lo mismo ser responsable con la comunidad que enarbolar una bandera política públicamente…

Yo creo que un actor sí tiene que ser político, lo que no tiene que hacer un actor es panfleto. No creo en el panfleto ni me interesa. Mi forma de ser político es dando el mensaje encima del escenario y dando voz a personajes que crean contradicciones y que hacen ver a la gente que hay diferentes puntos de vista en la vida.

¿En qué mensaje crees para dar encima de un escenario?

En el mensaje de la libertad, en el mensaje de la revolución interna y en el mensaje de la comunidad. Creo mucho en que hay que explotar cierta cultura interna de cada uno. Pero no por ser más listos, sino por saber qué tengo yo que aportar a la comunidad.

No solamente a mi crecimiento como empresa o mío… todos queremos vivir bien, pero todos vivimos en comunidad.

Cuanto más globalizados estamos (un banco quiebra en EEUU y en 2 meses hay crisis en Europa, un brote de ébola aparece en África y en pocas semanas salta a España…), parece que más individualizada es nuestra vida y nuestras aspiraciones y valores…

Totalmente…

Además esto se muestra como lo normal, como lo correcto…

Llevamos así toda la vida. Nos han metido siempre en un redil: ser todos iguales, comportarnos de una manera igual… Yo no creo en el individualismo, sino en potenciar cómo es uno en diferencia con el resto, porque eso es bueno para la comunidad.

Y yo que te percibo distinto… ¿Tú te has sentido distinto alguna vez en tu vida?

Siempre, toda mi vida. Yo he sido un niño raro, he sacado muy deficientes, he recibido bullying, me han dado de hostias, he pasado por siete colegios diferentes, vengo de una familia desestructurada, no tenía amigos… y lo he pasado muy mal. Lo que no sabía es que me estaba preparando para ser actor.

Un actor tiene que ser político, lo que no tiene que hacer es panfleto

¿Cuándo descubres que te estabas preparando para ser actor con todas esas experiencias vitales?

Creo que desde que tenía uso de razón. Lo descubro cuando, por fin, lo que hago llega a un emisor y ese emisor vuela tanto como yo. Entonces me doy cuenta que todo tenía sentido.

¿Estás ahora en la mejor etapa de tu vida?

Estoy, por ahora, en una de las etapas más fructíferas de mi vida… pero la mejor viene después. Siempre. Siempre viene algo mejor.

¿De qué estás orgulloso?

Estoy muy orgulloso de mi factoría. De la gente de la que me rodeo. De tener cierta intuición para saber de qué gente me rodeo y de tener capacidad para juntarla; si tengo un don es que sé iniciar cosas, movimientos…

Y me hace muy feliz ver feliz a la gente. Es lo que más feliz me hace.

Pues para esto hay pocos sitios mejor que un escenario…

Claro, ahí es donde yo orgasmizo.

¿Por qué 'El intérprete'?

Porque lo necesitaba en mi vida. He cantado toda mi vida y quería cantar, pero también quería contar algo.

Prácticamente tengo 40 años y tenía que homenajear a mi infancia, un niño que lo pasó muy mal pero que fue ahí donde se gestó y se coció todo lo que hago ahora.

Quería homenajear a mi madre, que se fue hace 8 años, y que para mí es una información muy fuerte darme cuenta de lo que es una madre en la vida [se le entrecortar la voz]. Quiero transmitirlo. Quiero que los hijos adoren a sus madres.

A no ser que tengas una madre hija de la gran puta (que también las hay), por lo general, nadie te va a querer tanto como una madre. Quería homenajear a mis padres y a mi infancia. Y también dar el mensaje de que los sueños se cumplen; creo en que los sueños se cumplen.

He sufrido bullying, me han dado de hostias, no tenía amigos… y lo he pasado muy mal. Lo que no sabía es que me estaba preparando para ser actor

¿Con tu madre compartiste ese sueño de querer ser actor? ¿Qué te decía?

Mis padres hacían esa cosa de "¡Pero hijo!" [imitando una expresión de fastidio], pero ya me veían venir. Yo era un raro. Tampoco me lo negaron, pero era como "¡Por favor, Asier, siempre nos pones en ridículo!" [ríe]

No les sorprendía…

No y por eso no me lo negaron en ningún momento. Además, yo es que, por mis cojones. Recuerdo que le dije a mi padre señalando la típica enciclopedia que había en todas las casas: "Me da igual lo que tú pienses… yo voy a salir aquí" [ríe].

Ahora no pienso esto porque tengo otros motores, tenía mucha más ambición de pequeño como para que ninguna opinión me quitara esa sensación de querer trascender.

¿Qué pensaría ahora tu madre si te viera en televisión, en una serie de éxito, dando vida a Raúl de la Riva…?

Se le caerían las bragas, mi madre estaría orgullosísima [emocionado]. Mi madre era muy fuerte conmigo, tenía una obsesión brutal conmigo. Era una artista muy grande, aunque nadie la conociera. Cantaba, bailaba…

¿Qué has aprendido de ella?

Todo [tajante]. Raúl de la Riva es muy mi madre. También de mi padre. Yo soy un trozo de ellos. Como tú lo eres de tus padres. Creo que uno no prospera en la vida hasta que no te das cuenta de eso, de que hay que honrar a los padres. Entonces la vida te sonríe y te da.

Uno prospera en la vida hasta que no te das cuenta de que hay que honrar a los padres; nadie te quiere como ellos

¿Crees que una parte de culpa de que haya valores de esta sociedad que se están yendo a la mierda es que el mundo nos aboca a perder esa conexión con nuestros padres? Nuestro día a día parece diseñado para que vivamos nuestra vida lejos de ellos una vez que eres adulto…

Yo no puedo ir mucho a Bilbao, no veo mucho a mi padre y me da mucha pena. Pero hablo con él todos los días e intento darle el valor que tiene en mi vida y me siento muy orgulloso de parecerme cada vez más a él.

Para mí es muy importante de dónde venimos. No solo los padres, sino el árbol genealógico… así como saber lo que dejamos a los siguientes.

Para terminar. Has comentado que a tu padre le dijiste que "por cojones" ibas a ser artista… y habiéndolo conseguido. ¿Crees que ese Asier niño, ese Asier que sufrió bullying, que lo pasó mal… fue un chico con cojones?

¡Muchos! ¡Buah! Unos cojones como melocotones [ríe]. Me doy cuenta ahora. Haciendo 'El intérprete' me doy cuenta de lo valiente que era, de lo mal que lo pasé y de lo vehemente y echado para adelante. Y no era algo que tenía que ver con la inconsciencia de un chico… Me doy cuenta de que no era tan inconsciente como yo pensaba. Me doy cuenta de cómo hilé las cosas para conseguir lo que quería, de cómo intenté que las cosas en mi familia se calmaran… Sí, admiro mucho al Asier niño.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00