El primer aullido de La Tribu del Lobo

Madrid

Hace apenas año y medio Sergio no conocía a Matteo y a Edu. Ahora presentan El Paso, su primer disco juntos. Los tres llevan años haciendo música en distintas formaciones pero reconocen que lo suyo fue un flechazo: “Somos muy diferentes pero juntos somos dinamita. En otros grupos todos van al mismo punto y al final te chocas”, afirma Sergio Huelves, el cantante de La Tribu del Lobo.

Tres instrumentos bastan para recrear sonidos que llevan hasta Woodstock (Flor de Woodstock), un grupo de indios reunidos en mitad del bosque (Lamento chamánico), la melancolía de Detroit (Despedida en clave de soul) o aires genoveses (Duole). Distintos ritmos que van empastando como si fueran uno solo y que parece que van fluyendo de forma natural aunque detrás haya mucho trabajo: “Nos tomamos la música muy en serio. Los ensayos son sagrados, posponemos cualquier cosa si hemos quedado”, cuenta Edu Rosado, el que marca esos ritmos con su cajón.

Durante mucho tiempo -y muy a pesar de sus vecinos- ensayaron en casa de Matteo Piu, que hace 6 años dejó su país, Italia, para venirse a vivir a Madrid. En la maleta trajo su guitarra eléctrica sin saber que le traería tantas alegrías. Primero, en la calle, donde empezaron a compartir su música: “Fuimos un par de días a El Retiro. El primero vino bastante gente pero el segundo día nos echó la policía”, recuerda Edu. Uno de esos días, pasaba por allí un famoso crítico musical y le gustó mucho lo que escuchaba: “Nos dijo “¿qué hacéis aquí tocando en la calle?, grabad un disco ya y me lo pasáis”, cuentan que ese fue el empujón que necesitaban. Desde entonces, se pusieron a darle forma al material que tenían y, para que sonase como ellos querían, necesitaban dinero.

El siguiente paso era lograr financiación a través de crowdfunding: en cuatro días consiguieron el primer objetivo que se habían marcado, 2.500 euros. Con un poco más de ayuda de los mecenas, acabaron grabando vídeos. Ahora, con el disco en la mano, reconocen que tampoco les habría venido mal reservar algo de ese dinero para promoción.

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Poco antes de meterse a grabar, el grupo tomó una decisión clave que les obligó hasta a cambiar de nombre. Ya no serían The Wolves Trio ni cantarían en inglés. “Íbamos a conciertos de otra gente a los que musicalmente no teníamos nada que envidiarles y todo el mundo estaba entregado coreando porque la gente se sabía las canciones. Ahora todo el mundo se sabe también nuestras letras porque les entra mucho más fácil que en inglés”, explica Edu.

Sergio es el letrista del grupo y, aunque siempre había compuesto en inglés, sabía que estaba tomando la decisión adecuada al cambiar al castellano: “Hubo un momento que me afectó un poco porque para mí es importante que las letras lleguen a la gente y no se estaba consiguiendo”. Adaptar esas nuevas letras a sus melodías no le resultó difícil: “Las letras no las hago yo. Yo tengo contacto con otras realidades. Te conectas con algo, no sé el qué, y vienen rápido”, confiesa.

Ahora no se ponen muchas metas más allá de tocar. Están disfrutando el proceso y, como el título de su disco, saben que cada paso es importante. En la sala Honky Tonk de Madrid se oirá el aullido de estos lobos el próximo viernes.