Los testigos desmontan la coartada de Pujol Ferrusola
Una docena de sus supuestos clientes niegan que le conocieran ni realizara labores de intermediación por las que cobró más de tres millones
Madrid
Jornada preocupante para los intereses del primogénito del expresident Pujol, imputado por fraude fiscal y blanqueo por el juez Pablo Ruz en la Audiencia Nacional.
La estrategia de Pujol Ferrusola es que los pagos por más de 8 millones de euros de hasta 17 empresas contratistas con Cataluña, se debieron a labores de intermediación con otras sociedades. Él era una especie de conseguidor, y este jueves han declarado ante el juez Ruz como testigos, un total de 18 de los 'conseguidos' por los que habría cobrado 3.2 millones. Es decir, los representantes de empresas o propiedades que supuestamente buscó para sus pagadores y casi todos, excepto en tres de los casos, según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, han declarado que no conocían a Pujol Ferrusola y que éste no habría realizado las labores de mediación por las que las primeras firmas le abonaron comisiones millonarias.
La mayoría han coincidido en que los negocios eran sencillos, en algunos casos hasta burdos, y han asegurado que no se necesitaba mediación alguna, y que además contactaban con ellos directamente las empresas para ejecutar la operación, como el caso de una testigo a la que Copisa compró un inmueble en Madrid después de que pusiera un anuncio en el periódico. La defensa de Pujol Ferrusola ha insistido en su interrogatorio en que no tenían por qué conocer esas labores de mediación.
Sin embargo, fuentes de la acusación han asegurado que las declaraciones de hoy, unidas a las de ayer, en las que la mayoría de empresarios pagadores admitieron que no había constancia documental de los trabajos desarrollados por Pujol, refuerzan las sospechas de que las supuestas mediaciones eran falsas y que se estaba pagando al primogénito del expresident el "famoso 3 por ciento" por contratar en Cataluña.
Una testigo se sintió "estafada" al vender unos terrenos
Este jueves también ha declarado la empresaria Laura Cutillas, quien vendió en 2004 unos terrenos en L'Hospitalet de Llobregat a una filial de Copisa, habitual pagador de Pujol Ferrusola.
Cutillas ha rebajado sus declaraciones iniciales ante la policía en las que llegó a aseverar que había sido extorsionada para vender sus parcelas pero sí que ha admitido que históricamente tenían problemas para urbanizarlos, y que el suegro del hijo mayor de Pujol, con quien jamás habían contactado ni le conocían, se presentó tras la muerte de su padre exigiéndoles el 3% de la venta, que ascendió a 30 millones de euros. Finalmente, ante su insistencia y después de hablar con la empresa compradora, filial de Copisa, accedió a abonar el 1 por ciento.
Laura Cutillas ha afirmado, según las mismas fuentes, que se sintió "estafada" tras la venta porque al poco, el Ayuntamiento de L'Hospitalet, dirigido por el PSC, recalificó los terrenos que aumentaron su valor.
Esta versión se contradice con la del representante de Copisa, quien ha asegurado que en el valor de la venta estaba incluido el cálculo de la recalificación.
Cutillas, como hizo este miércoles el ya exsuegro de Pujol Ferrusola, Ramón Gironés, ha negado que el hijo del expresident interviniera en la operación.