El PP pide a Torres-Dulce que se imponga
El Gobierno mantiene su “respeto” a las decisiones de la Fiscalía General del Estado mientras desde las filas populares claman por una reacción frente al 9-N
Madrid
Desde el Ejecutivo se ajustan al guión de siempre: “respeto” por las decisiones que adopte la Fiscalía General del Estado. Algo que en los últimos días ha repetido sin cesar Mariano Rajoy. El presidente ha defendido sus tiempos y su autonomía, asegurando que desde el Gobierno no se ha ejercido “ningún tipo de presión”.
Además, Rajoy siempre se ha negado a decir si Artur Mas o el Govern pudieron cometer un delito porque no es a él a quien le corresponde calificarlo. En la Moncloa están ahora pendientes de la reunión que ha convocado para el miércoles Eduardo Torres-Dulce, confiando en que imponga su criterio.
En las filas populares cayó como una bomba saber que los fiscales catalanes se oponían a la querella contra el president de la Generalitat. Están convencidos de que si fueran de cualquier otro lugar, ya habrían actuado.
“Si no lo hacen es porque temen el aislamiento social al que los somete el nacionalismo”, señala un miembro de la dirección conservadora. Otro dirigente del PP subraya que es “porque no quieren, al tenerle miedo a Mas, o porque nadie les obliga”.
Por eso mismo, recuerdan, que hay una dependencia jerárquica y que Torres-Dulce debería “ordenarles” los pasos a dar. Fuentes conservadoras dicen que en este tema, el Gobierno ha cumplido con su obligación, recurriendo ante el Constitucional. Y que desde el tribunal de garantías, se suspendió la consulta- También la alternativa. Por eso insisten en que ahora son ellos los que tienen que reaccionar y que, por tanto, en esta cadena son “los que están fallando”.
En el Partido Popular son muy críticos porque llevan esperando 9 días una reacción que no llega. “Esto es un desastre para el Gobierno. Porque se ha perdido legitimidad institucional. Ha dejado de ser una decisión jurídica para pasar a ser política”, destaca un alto dirigente del PP.
16 viajes en tres años
Muchos consideran que el jefe del Ejecutivo lo tiene cada vez más complicado. El presidente irá a Barcelona el próximo sábado 29 de noviembre. Con el fin de trasladar su mensaje a los catalanes, pero también para arropar a su partido, donde sienten que les ha dejado “abandonados”.
Desde que llegó al poder, Rajoy ha ido a Cataluña en ocho ocasiones, como presidente del Gobierno. Sobre todo ha acudido a reuniones con empresarios. Y otras ocho como líder del PP. Mucho en 2012, cuando fue a dar cuatro mítines por la campaña electoral catalana. En total, dieciséis veces, en tres años. La última vez que estuvo fue hace más de cinco meses, el 31 de mayo, en la clausura del círculo de economía en Sitges.
Ahora Rajoy volverá. Su intención es hacer pedagogía, pero no va a cambiar su posición. Ayer respondió a la carta que le envió Mas rechazando una “consulta definitiva” y recordándole, de nuevo, que la soberanía nacional “no es negociable”.
Los colaboradores del presidente cuentan que él puede hablar con el president de la situación económica y del bienestar de los ciudadanos, de esas 23 demandas con las que Mas se presentó por última vez, en julio, en la Moncloa.