Satur consigue su cura de la hepatitis C

Madrid

Satur llevaba muchos meses esperando este día. Ha vivido momentos muy duros. Su salud ha ido a peor. Se quedó sin trabajo. Tuvo que ver cómo su mujer se puso en huelga de hambre. Ha tenido que asumir que su hija se ha convertido en una activista más.

Así han sido las últimas semanas para la familia de Satur. Hasta hoy.

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Eran las diez y media de la mañana. Satur y Belén, su mujer, estaban dentro de la consulta, fuera Sintia, su hija, aguardaba la noticia que estaban a punto de darles. Desde este martes, Satur puede iniciar el tratamiento que le denegaron hace meses.

De la consulta, Satur salió con papel, una hoja manuscrita, con un sello, una firma, y un destino: la farmacia del hospital. Era su salvoconducto para librarse del virus de la hepatitis C.

Estaba nervioso, Satur, no encontraba la forma de bajar al sótano 3 del edificio, es la planta donde se encuentra la farmacia hospitalaria del Ramón y Cajal. Después de un laberinto de pasillos, de escaleras, por fin, dio con el departamento.

Satur salió casi más nervioso aún. Le temblaban las manos, sujetan un bote con pastillas de Sovaldi, que podrían salvarle la vida.

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“Estoy muy feliz, pero tengo un sabor agridulce”, según nos cuenta el propio Saturnino. Ese sabor agridulce tiene su explicación. Está feliz en lo personal, pero es incapaz de pensar en primera persona, para Satur los afectados por la hepatitis C son como una familia. “He conocido a gente que están peor que yo y todavía no lo tienen”, por eso Satur no quiere celebrar nada, lo hará “cuando vea que todos mis compañeros reciban el tratamiento”, hasta que eso no ocurra “no piensa dejar de luchar”.

“Si ves una foto de mi padre de hace unos años no lo conoces, tenía su barriga, estaba más grande…“, nos relata Sintia.

Es la imagen que recuerda de su padre. Nada tiene que ver con la de ahora. En los últimos años, Satur ha ido a peor, el virus empezó a hacer acto de presencia hace 25 años, y nunca hasta ahora ha llegado a recibir un tratamiento.

Hasta ahora, por fin, Satur ha conseguido que sus médicos le hayan dado el Sovaldi, un potente medicamento capaz de eliminar el virus de la hepatitis C.

Una buena noticia, aunque sus médicos tienen los pies en el suelo. Puede que el tratamiento no haya llegado a tiempo para evitar un trasplante. Su hígado está muy castigado. Tendrán que esperar para ver qué impacto tiene este tratamiento.

Satur no se olvida de los 30.000 cirróticos como él que dependen de un tratamiento como este para poder vivir.

Mientras Belen no sabe si romperá su huelga de hambre con un consomé, como le han recomendado, o si se atreverá con el cocido que le han preparado sus amigos para celebrar este día.