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FÓRMULA 1

El triste adiós de un sueño incumplido

Alguien muy próximo a Alonso le dijo: “Cuando te retires de la F1, la afición te recordará más por haber sido piloto de Ferrari que por haber ganado dos títulos con Renault”

Alonso, feliz tras hacer podio en Australia / PAULO WHITAKER Reuters

Hace ya más de seis años, cuando Fernando Alonso estaba decidido a fichar por Ferrari, mantuvo conversaciones y reuniones con Red Bull y sabía que en Milton Keynes (la sede del equipo austríaco en Inglaterra) estaban haciendo un coche realmente competitivo para los próximos años.

No tenía la certeza absoluta de que sería un monoplaza tan dominador como el que resultó ser, pero sí sobrados indicios de que podían dar una gran sorpresa. A pesar de ello, el asturiano no dudó. Alguien muy próximo a él le dijo: “Cuando te retires de la F1, la afición te recordará más por haber sido piloto de Ferrari que por haber ganado dos títulos con Renault”. Seguramente, tampoco habría sido necesario tratar de persuadirle con esa frase lapidaria.

Él, como tantos otros pilotos desde que empiezan a subirse a un kart, soñaba con Ferrari. El cavallino rampante siempre ha ejercido un enorme poder de seducción sobre las estrellas del volante. En el caso de Alonso, ese amor ha terminado en atracción fatal, pero el legendario aura que rodea a la Scuderia sigue atrayendo a campeones como Vettel.

Aunque desde Italia pretendan ofrecer una visión distinta para preservar el orgullo rojo, la realidad es que nadie ha echado ni invitado a salir a Alonso sino que ha decidido marcharse él a pesar de que Ferrari siempre ha sido su sueño. Allí le han hecho sentirse como en casa y se ha sentido infinitamente más identificado con el equipo, los empleados y los dirigentes de lo que estuvo en McLaren, o incluso en Renault.

Ferrari ha sido para él una familia y, por ello, la despedida resulta dolorosa ¿Por qué se va entonces? En su decisión han influido factores como la marcha de Montezemolo y Domenicali (con quien mantenía una estrecha relación) más la llegada de Mattiaci (con el que nunca ha llegado a conectar), pero el motivo esencial, como él mismo dijo, es que quiere volver a ganar.

Después de cinco años decepcionantes (a pesar de los tres subcampeonatos y 11 victorias) y, con 33 años, Alonso necesita sentirse competitivo de nuevo. En Ferrari no lo es y, por los datos que conoce y lo que intuye sobre el coche de 2015, tampoco va a cambiar mucho el rumbo de manera inmediata. Se va con el dolor de no haber sido campeón con su equipo del alma y de dejar atrás una gran familia y muchos y buenos amigos pero su ambición ha ganado la batalla a su corazón. Solo el tiempo dirá si ha acertado.

 
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