Jordi Évole: “Creo que ninguna tele hubiera coproducido 'Ciutat Morta'”

"Los esfuerzos políticos, mediáticos, policiales o judiciales para silenciar la historia de 'Ciutat morta' habrían triunfado en otra época. Pero ya no. Empujando desde abajo se puede lograr que una noticia silenciada por los de arriba llegue a ser portada". Jordi Évole dedica su columna de este lunes en El Periódico al documental 'Ciutat Morta' (de Xavier Artigas y Carlos Ortega) que, tras muchos meses, la Televisión Pública de Cataluña se decidió a emitir el sábado en uno de sus canales secundarios, el 33.

Cada vez más acostumbrado a poner el periodismo y la televisión al servicio de los ciudadanos como una herramienta de defensa ante abusos de los estamentos dominantes, Jordi Évole se rinde al documental 'Ciutat morta'; por la historia que cuenta y los hechos que denuncia. Reflexiona en su columna sobre ese altavoz llamado internet capaz de hacer llegar a todo el mundo lo que el poder quiere tapar.

En su columna [titulada 'Ciutat morta' (o cómo la mierda flota)], Évole habla en primera persona cuando se refiere al ostracismo al que los medios han relegado durante meses a esta película documental estrenada hace año y medio y premiada en diversos festivales. "Xavier Artigas y Carlos, Xapo, Ortega no lo tuvieron fácil", escribe Évole, "Intentaron, sin éxito, coproducirlo con TV-3. Pero para ser justos creo que no lo hubiesen logrado con ninguna tele: ni con otras públicas, ni con ninguna gran privada, incluido el grupo en el que trabajo. Lo hubiesen logrado si se hubiese sabido de antemano la enorme audiencia que tendría. El negocio -casi siempre- funciona así".

Una enorme audiencia (569.000 espectadores y 20% de share) pese -o gracias- a que se emitió una versión censurada del documental y pese a emitirse en un canal secundario de la Televisión Pública de Cataluña cuyo dato medio suele estar por debajo del 5%.

¿Qué cuenta 'Ciutat morta'?

La película de Xavier Artigas y Carlos Ortega narra una historia acontecida en Barcelona en 2006 en la que se denuncian abusos de poder de la Guardia Urbana y opacidad judicial y connivencia política ante esos abusos. Como los autores se han encargado de repetir en las entrevistas que les han realizado, la tesis de 'Ciutat morta' es lanzar la pregunta de quién vigila a los vigilantes y de por qué siempre la palabra de un policía vale más que la de un ciudadano.

Los hechos narrados en 'Ciutat morta' arrancan un 4 de febrero de 2006, en una noche en la que se celebraba una fiesta okupa en un edificio perteneciente al ayuntamiento de Barcelona, en el distrito de Ciutat Vella.

Tras una pelea entre los asistentes y agentes de la Guardia Urbana, una maceta lanzada desde la parte superior impactó en la cabeza de uno de los policías hiriéndolo de gravedad (acabó en estado vegetativo). Siete personas fueron detenidas. Quizá a causa de la reyerta, acabaron en el Hospital del Mar. Allí coincidieron con Patricia Heras y su amigo Alfredo, que habían tenido un accidente de bici, pero la policía pensó que también habían estado involucrados en los hechos del edificio okupa. Tras el juicio, fueron condenados a entrar en prisión. El Tribunal Supremo ratificó la sentencia y así Patricia Heras cumplió sentencia en 2010. Meses después, cuando pudo salir de la cárcel gracias al tercer grado, Patricia se quitó la vida saltando desde la ventana de su habitación. Ninguno de los condenados reconoció nunca haber participado en esos hechos. Patricia narró todo lo vivido en aquella noche del 4 de febrero en su blog, Poeta Muerta.

En 2011, dos de los agentes presentes aquella noche allí y cuyo testimonio sirvió para encarcelar a Patricia y al resto de condenados, se vieron involucrados en una paliza a un chico negro, hijo de un diplomático, siendo condenados. Fue el último empujón para que Artigas y Ortega dieran el paso de rodar esta película que arrancó gracias a una campaña de micro-mecenazgo en la que lograron 4.700 euros. Ese dinero unido a muchas horas de trabajo posibilitó la producción de este documental.

La polémica y la censura animó a su difusión masiva en redes

'Ciutat morta' se estrenó en 2013. Se ha proyectado en más de un centenar de salas -fuera del circuito comercial, obviamente- y se ha exhibido en distintos festivales de cine como el de San Sebastián o el de Málaga en el que recibió el premio al mejor documental. No ha sido el único galardón que Xavier Artigas y Carlos Ortega han recogido.

Sin embargo, el eco en medios de comunicación generalistas o especializados fue más bien escaso (el género documental suele venderse mal y la historia que 'Ciutat morta' cuenta resulta demasiado incómoda). Tampoco TV3 parecía dispuesta a emitirlo pese a su condición de televisión pública.

Tras presiones ciudadanas y después de que el diputado de la CUP David Fernández preguntase en diciembre al director de la tele catalana, Eugeni Sallent, sobre por qué TV3 no emitía 'Ciutat morta', la televisión pública se vio casi en la obligación de programar su emisión.

Una emisión que se fechó para el sábado 17 de enero, en el canal 33, dentro del espacio de cine 'Sala 33'. Pero en la película, que se puede ver íntegra en internet, se suprimieron algo más de 5 minutos debido a que un juzgado de Barcelona ordenó el corte al entender que emitir ese fragmento censurado podría suponer una violación del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen del denunciante, Víctor Gibanel, ex jefe de información de la Guardia Urbana .

La noticia de que TV3 emitiría 'Ciutat morta' censurada (anunciada desde el propio Twitter de la película)corrió como la pólvora en redes sociales provocando un doble efecto: que mucha gente se enterase de qué iba ese documental y cuándo se iba a emitir en televisión (de ahí su gran dato de audiencia) y que tanto la versión íntegra de 'Ciutat morta' como su fragmento censurado se difundieran masivamente por redes.

De esta forma, 'Ciutat morta' no solo consiguió varios trending topics el sábado. En poco más de un día, el vídeo en Youtube del fragmento censurado ronda las 350.000 reproducciones, mientras que el documental completo con subtítulos en castellano supera las 51.200 desde el sábado.

Números e impacto que apoyan lo que Évole afirma en el inicio de su columna: "A muchos que creían tenerlo todo muy bien atado, se les ha escapado el control de lo que no querían que se supiera". Él lo sabe bien, su especial de 'Salvados' sobre el accidente del metro de Valencia -que le valió el Premio Ondas- provocó una reapertura de la investigación de lo sucedido después de que se hubiese dado el cómodo carpetazo. Muchos fueron los que el sábado establecían parecidos entre el 'Salvados' de Évole y 'Ciutat morta' con la esperanza puesta en que, de nuevo, la Justicia reabra la investigación para arrojar luz a lo sucedido y no para llenarlo todo de cómodas sombras.