La quita de la deuda griega tiene precedentes
La reducción de la deuda o el cambio de condiciones para devolverla no es algo que haya afectado en Europa sólo a Grecia. El país con una reestructuración de la deuda más sonada fue Alemania
Madrid
La reesctructuración de la deuda pública, la que emiten los Estados cuando piden dinero prestado, es una constante en la historia económica. Son pocos los países que nunca han tenido que recurrir a reestructurar su deuda. Por reestructuración se entiende aplicar una quita, es decir, recortar parte de lo que se debe, alargar el plazo de devolución de préstamo o reducir el interés a pagar.
La deuda griega ya fue reestructurada por acuerdo de la Unión Europea, Grecia en octubre de 2011, e impuesta a los acreedores en 2012. Fue el momento en que se aprobó el segundo rescate a Grecia. Se determinó que el país heleno devolvería sólo el 47 por ciento de la deuda con los acreedores privado, casi todos bancos. Eso le libró de pagar 106.000 millones de euros. Su deuda se redujo, pero volvió a engordar en no mucho tiempo, porque con el del segundo rescate recibió más dinero prestado de la Unión Europea: en total 130.000 millones de euros. Y además Grecia debía aplicar nuevos ajustes, que deprimieron aun más su economía.
Pero la reestructuración de deuda más importante de la Europa moderna fue la de Alemania. Ocho años después de la Segunda Guerra mundial, se encontraba ahogada por el endeudamiento. Una parte correspondía a la deuda para pagar las reparaciones de guerra impuestas por los vencedores de la Primera Guerra Mundial. La otra eran préstamos obtenidos para la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Una veintena de países suscribieron el Acuerdo de Londres, el 27 de febrero de 1953 en el que se canceló la mitad de la deuda de entonces de la República Federal de Alemania, que alcanzaba los 30.000 millones de marcos. Se acordó además que el resto no tenía que devolverlo hasta que las dos Alemanias se reunificasen. No comenzó a devolver esos préstamos hasta 1990, 37 años después. Y las condiciones de esa devolución eran muy favorables para Alemania. Sólo se devolverían si tenía superavit comercial y además los reembolsos anuales no podían sobrepasar al 3 por ciento de las exportaciones alemanas. Entre los que perdonaron la deuda estaban España, Irlanda y Grecia. En octubre de 2010 Alemania realizó el último pago de esas deudas reesctruturadas.