Jalis de la Serna: "Soltar dinero es, a veces, la única manera de contar una historia de injusticia"

"Autodefensas en México, el sicariato y narcotráfico en Colombia, el yihadismo, el conflicto en Ucrania… La gente conoce bien los temas que vamos a tratar. Lo que hemos hecho es profundizar más y verlo desde los ojos de españoles que lo ven muy de cerca". Así habla Jalis de la Serna de lo que él y Alejandra Andrade han reportajeado para 'En tierra hostil', la serie documental de Antena 3 que se adentra en algunos de los lugares más peligrosos del planeta. Enclaves en los que la vida humana vale muy poco.

Las cámaras de 'En tierra hostil' muestran una realidad muy cruda, de la que incomoda emitir en el prime time; especialmente en el de cualquier cadena generalista cuyas apuestas en horario de máxima audiencia suelen ser ficción o entretenimiento.

Antena 3 estrenó este mes 'En tierra hostil' y la serie documental ha golpeado las consciencias de sus espectadores registrando comentarios muy positivos en redes sociales. Se han emitido hasta el momento 2 de los 11 capítulos que conforman esta primera -quien sabe si única- temporada con buenos datos de audiencia (más de 3,2 millones con un 16,3% de media)

Jalis y Alejandra ya llamaron la atención del espectador el año pasado con 'Encarcelados' (laSexta), otro factual que les llevó a recorrer las cárceles más duras del planeta. Buscaban españoles en ellas para dotar de cercanía con el espectador aquella lejana y áspera realidad. Es la misma fórmula empleada para 'En tierra hostil', un producto aún más impactante y redondo, tanto desde el punto de vista periodístico como televisivo.

Jalis de la Serna, mucho mejor reportero que entrevistado, evita pisar terrenos farragosos durante esta entrevista. Responde a las preguntas con la prudencia que aconseja la labor promocional de un producto televisivo. ¡Qué complicado es entrevistar a un periodista!

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La fuerza de 'En tierra hostil', por lo que hemos visto, no es tanto el tema que aborda como la historia que cuenta…¿Cómo se llega a esas historias?

Sí, exacto: la historia que hay dentro de estos temas. Se consiguen trabajando incesantemente, que es la manera de llegar a cualquier parte del mundo [ríe]. Pues desde Twitter, hasta teléfono directo, pasando por alguien que conoce a alguien que ha vivido en Ucrania que conoce a alguien allí que habla español y que conoce a un miliciano pro ruso que nos mete en el cuartel general de los pro rusos en Donestk.

Tenemos a tres personas (Mark Weiting, Marcela Morales y Elena Pérez) que han hecho un trabajo de producción extraordinario. Evidentemente, no te puedes ir a la aventura a un país como estos. Hemos ideo a esas zonas con un trabajo previo impresionante.

¿Cuántos meses lleváis con el proyecto?

En enero de 2014 empezamos a producir: seleccionar personas, elegir temas, países, localizar españoles dispuestos a hablarnos… Empezamos a viajar en abril-mayo para realizar los reportajes.

A la hora de producir estos reportajes, cuando intentáis tener acceso a según qué lugares y contactar con según qué protagonistas, imagino que unas veces lo tendréis más sencillo que otras y que os encontraréis también con negativas. ¿Alguno de esos noes se ha transformado en síes por una determinada cantidad de dinero?

Más allá de que haya noes que una suma de dinero los transforme en un sí, lo que hemos encontrado han sido personas que directamente pretenden extorsionarte por hacer tu trabajo. Por ejemplo, hemos llegado a una mina y pese a tener el permiso y estar hablado, nos dijeron "¿Dónde vas con la cámara?" y te meten en un cuartillo y te dicen "¿Quieres grabar? ¿Quieres que cumpla la palabra que te había dado? Pues eso te va a costar 350 dólares".

Evidentemente, nuestro trabajo que es contar historias con la mayor cercanía posible, nos desagrada mucho tener que soltar dinero o tener que plegarnos ante una extorsión, pero a veces es la única manera de contar una historia de injusticia o violación de derechos humanos.

En el primer capítulo, el del reportaje sobre las minas de coltan en el Congo, dices una frase impactante: que los que controlan todo eso "obligaban a padres a violar a sus hijas". Cuando vives algo así, por más que se trate del trabajo, ¿se duerme bien por la noche?

Son cosas que no te dejan indiferente. Tenemos una sensibilidad y una serie de valores que cuando ves atrocidades como esta que me dices y la grabas en lugares en los que parte de la sociedad obliga a los hombres a violar a sus hijas te produce dolor, susto, miedo, repugnancia…

Lo que sí creo es que somos periodistas y trabajamos para que el mundo conozca esto. Cuanta más gente lo conozca, más voluntades se unirán para que esto deje de producirse. Sería un error recrearse en el dolor o en la mala sensación que me producen situaciones intolerables que he reportajeado. Como periodista, debo enseñarlo al mundo para que pongamos los medios para cambiarlo.

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Estamos hablando de territorios ya de por sí hostiles. ¿Lo son más cuando uno va a ellos con una cámara?

Sin duda. En muchos casos, el hecho de ir con la cámara constituye una provocación para determinadas personas. Y si esas personas van armadas con un kalashnikov, pues ir con una cámara en determinados entornos, realmente, es una actividad peligrosa.

¿Hasta qué punto pasas miedo?

Realmente, en las grabaciones estás muy concentrado en intentar sacar adelante el trabajo; rara vez te paras a pensar si siento miedo o no. Miedo te pueden dar muchas cosas, lo que hay que hacer es tener claro que la situación de peligro se puede bordear echándole algo de cabeza.

Lo que nos enseñan algunos de los temas que tratáis es que para que en occidente se viva bien y funcione el consumismo a las mil maravillas, en otros países se cometen auténticas atrocidades ¿Van a resultar incómodos estos reportajes para el espectador?

Sí, es inevitable que la sociedad tome consciencia de que se están produciendo muy cerca situaciones de violencia y de violación de derechos humanos. No nos podemos hacer los ciegos y los sordos ante lo que veamos y escuchemos.

¿A quién pueden sonrojar estas realidades que mostráis?

Yo no voy a señalar a la ONU. Son instituciones supranacionales que cumplen un papel de coordinación de movimientos de paz en el mundo o de movimientos militares en busca de la paz. Si como en el Congo llevan 15 años y el problema se ha enquistado, más allá de sonrojarles les debería hacer ponerse las pilas o buscar una mayor efectividad en su trabajo.

Con vuestro reportaje en Corea del Norte se ha armado un poco de polémica ya que el contacto con el que tramitasteis los permisos, Alejandro Cao de Benós [ver más], ha despotricado en Twitter contra lo que habéis podido grabar. ¿Por qué se ha molestado Alejandro Cao de Benós con 'En Tierra hostil' si no ha visto aún lo que se va a emitir de Corea del Norte? ¿Tiene motivos para estar molesto?

No tengo ni idea de por qué surge el enfado de Alejandro Cao de Benós con 'En Tierra Hostil'... Es el país más hermético del mundo. Nadie puede entrar , ni siquiera como turista, sin el permiso expreso del gobierno del país. Fue arduo conseguir el permiso para entrar a grabar... Pero nosotros no hemos hablado de miedo durante nuestra estancia allí.

¿Qué se verá de vuestro paso por allí?

Creo que los espectadores podrán ver un reportaje muy diferente. Recomendamos a todos que no se lo pierdan!!

¿Qué hay que hacer para convencer al gobierno coreano para poder meter una cámara de televisión y poder salir de allí sano y salvo? ¿Qué condiciones se os pusieron?

Alejandro nos citó en Beijing, antes de partir hacia Corea del Norte y, al entregarnos los visados nos puso cuatro condiciones muy concretas (textuales):

- No está permitida la entrada de dispositivos de comunicación de larga distancia, o sea teléfonos u otro tipo de elementos de comunicación vía radio o vía satélite.

- Espero que comprendáis que, para nosotros, nuestros líderes son, básicamente, como los padres de la sociedad... Por ejemplo, grabar sólo cortando sus caras, esto se considera como un desprecio.

- No voy a tolerar preguntas que al final son afirmaciones - manipulaciones.

- Una norma muy importante: no podéis salir solos del hotel. Como sabéis, estamos en guerra oficial con Estados Unidos, así que, para nosotros, lo más importante es evitar todo tipo de espionaje sobre la nación. Si vemos que eso sucede volveréis en el primer tren que venga a China y os quedaréis sin material. Eso en el mejor de los casos... En el peor, quedaros 10 años a trabajos forzados.

¿Te sorprende que una televisión generalista y privada apueste por este tipo de contenidos?

No me sorprende porque ya lo hicieron con 'Encarcelados' [sonríe]. Es una decisión valiente. Es bueno que un grupo como Atresmedia decida programar en alguna de sus dos cadenas nacionales más importantes un espacio como 'En tierra hostil' porque son temas importantes en el mundo que todos deberíamos conocer.

Siendo 'En tierra hostil' una serie documental pensada para laSexta, ¿cómo valoras el éxito de audiencia en un canal "mayor" como es Antena 3?

Con el éxito del programa estamos felices.

Has comentado en alguna ocasión que prefieres que la historia que cuentas quede siempre por encima de tu nombre. ¿Cuál era la historia de Jalis cuando tenía 20 años, quería contar este tipo de reportajes?

Pues no lo sé, tampoco voy a inventar un pasado. Soy una persona interesada en las preocupaciones sociales del mundo, en el periodismo y en ciertos valores. He tenido la suerte de que mi trabajo me ha traído hasta aquí, hasta poder hacer reportajes en los que reflejamos situaciones de violación de derechos humanos y siempre lo hacemos desde la vocación de cambiar situaciones de injusticias en el mundo. Estoy contento de poder hacerlo.

Os habéis metido con la cámara en estos países, auténticos infiernos a cielo abierto, como los defines… ¿Crees que hay otros lugares, donde la gente viste de etiqueta y corbata, en los que meterse con una cámara podría ser aún peor?

Pues… no lo sé.