Cine y TV
CRÍTICA DE SERIES

Del aprobado raspado de 'Madam Secretary' al suspenso de 'Asuntos de Estado'

Las dos series, estrenadas otoño en EEUU, se emiten en España a través de plataformas de pago

Foto promocional de la serie 'Madam Secretary' / CBS

A veces, las series se hacen únicamente para entretener, sin mayor pretensión que esa. No se buscan trasfondos, ni miradas variadas de una misma realidad, ni que el espectador se rompa la cabeza en un intento sesudo de comprender lo que acaba de ver. Series simplemente para entretener; lo cual, por definición, no tiene que ser malo… siempre y cuando se consiga.

La de entretener suele ser la premisa básica para series que se emiten en los grandes canales de tele americanos con audiencias millonarias. Hay que buscar públicos menos específicos que los que intentan seducir muchos productos de FX, HBO, Showtime… y se suele apostar por tramas de más ritmo que peso. Obviamente, hay excepciones.

Desde hace pocas semanas se están emitiendo en España dos series estrenadas con éxito en EEUU y que aún no han acabado la emisión de su primera temporada: 'Madam Secretary' y 'State of Affairs' ('Asuntos de Estado'). La primera se encuentra en Movistar Series, la segunda es emitida en Calle 13, con lo que está disponible en diversas plataformas de pago como la propia Movistar TV o Digital Plus.

'Madam Secretary'

Subió el telón en septiembre, en la CBS que ya ha confirmado una segunda temporada. Está escrita por Barbara Hall, que pasó por 'Homeland' y, de momento, se han emitido 13 episodios en los que la audiencia se ha mantenido estable en torno a los 12 millones y medio de espectadores, con casi 2 puntos en demográficos [segmento de público preferido por los anunciantes] y mejores datos que 'The good wife', serie también de la CBS que la sucedía en la parrilla. Pero lo cierto es que entre la calidad ambas hay un abismo. Por más que estas dos ficciones de CBS presenten a una madre de familia inteligente y trabajadora dentro los complicados mundos de la alta política o el derecho.

La protagonista de 'Madam Secretary' es Téa Leoni -actriz de mayor carrera en cine- que da vida a Elizabeth Faulkner McCord, que tras ser asesora de la CIA y encontrarse tranqulamente dando clases en la universidad, es requerida por el presidente de los Estados Unidos como nueva Secretaria de Estado, cargo importantísimo en un gobierno como el norteamericano en el que la política exterior es pilar fundamental.

Llega tras la muerte de su antecesor en el cargo en un misterioso accidente. Deberá hacer frente a un equipo de profesionales que, sin recibirla mal, tampoco confían en ella; se moverá en la jungla política sin haber tenido jamás aspiraciones de este tipo y en casa le aguardarán 3 hijos en ese arco de edad inaguantable (entre 12 y 20 años) y un marido culto y adorable que entiende que, ahora, su esposa acaba de casarse con la Casa Blanca. ¿Podría ser todo más típico y manido? No, pero al menos está bien hecho.

El buenismo de la nueva Secretaria de Estado y las complicaciones a la hora de conciliar vida política y familiar recuerdan bastante a lo que ocurre con la protagonista de la serie Borgen, aunque la serie danesa está muy por encima de este producto de CBS.

Los capítulos presentan una misma estructura: problema político para Elizabeth, desconfianza de sus colegas de gobierno ante la solución que propone, complicaciones y final más o menos feliz. El guion, salvo algún giro meridianamente plausible, es simple y bastante previsible. Pero la serie tiene ritmo, sabe mantener enganchado al espectador y, pese a que mira a la política con los ojos ciegos de quienes no quieren ver las cloacas del poder, lo cierto es que 'Madam Secretary' puede llegar a entretener y puede ser un plan aceptable para ponerse delante del televisor. En absoluto brillante, pero sí lograda.

'Asuntos de Estado'

El thriller de espías de NBC es de esas series con las que tras ver tres o cuatro capítulos uno se pregunta por qué la sigue viendo… y opta por dejar de verla. Es la decisión más inteligente con series que presuponen que su espectador es, de todo, menos inteligente.

Se presenta con un embalaje similar al que puede tener la reconvertida en series de espías 'Homeland' o la magnífica 'The Blacklist': acción, secretos de Estado, la CIA velando por la paz mundial y lavando la mierda de Estados Unidos… Todo bajo la responsabilidad de Charleston Charlie Tucker (interpretación bastante malograda por Katherine Heigl, antes en 'Anatomía de Grey') que desempeña una especie de cargo que consiste en ser un nexo de información diaria entre la CIA y el despacho oval. Sin embargo, Tucket posee el mismo poder que el director de la Agencia para enviar comandos americanos a cualquier país soberano mundial o dar luz verde a operaciones militares secretas.

Y todo desde la planta séptima en Langley -esa sede de la CIA omnipresente últimamente en las series americanas- y mientras toma un café siendo esa jefa enrollada y físicamente atractiva. Se puede decir que Tucket es la caña.

Los asuntos de Estado en 'Asuntos de Estado' son de lo más variopinto: Tucket lo mismo debe evitar que se propague una epidemia de viruela que dirigir la misión para liberar a una veintena de niñas secuestradas en Nigeria. Tucket en sí misma es la CIA.

Y por si esto no fuera suficiente para estropear cada hoja de guion, la protagonista de 'Asuntos de Estado' esconde un oscuro pasado que le está complicando el presente y que guarda relación -agárrense- con la muerte de su prometido que era a la vez el único hijo de la presidenta -sí, es una mujer y de color, en un loco mix de Obama y Hilary Clinton- con la que Tucket debe trabajar cada día codo con codo y con la que mantiene una relación afectuosa bastante grande, lo que condiciona también muchas de las decisiones que la presidenta toma en operaciones dirigidas por Tucket. Ahí es nada.

Después de todo este planteamiento, si se añade que la serie no posee ninguna interpretación digna de mención y que las escenas de acción son bastante vulgares para tratarse de una ficción de este tipo, lo lógico es coger el mando y cambiar de canal.

En Estados Unidos, muchos han hecho esto mismo: la serie se estrenó el 17 de noviembre con casi 8,7 millones de espectadores (2,2 en demográficos) y tras 9 episodios se ha estancado en los 4,5 millones (1,0 en demográficos). Caída de audiencia más que justificada para una serie que por momentos llega hasta aburrir.

 
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