El reto del empleo: Fernando Luengo
Hay que revertir la denominada política de devaluación interna, por ineficiente
Hay que revertir la denominada política de devaluación interna, por ineficiente –pues no ha conseguido sus objetivos– y por injusta –pues hace descargar el peso de la crisis sobre los trabajadores–. En un contexto todavía dominado por la debilidad de la demanda agregada, la represión salarial, al impactar directamente sobre el consumo e indirectamente sobre la actividad inversora, introduce a nuestra economía en un bucle recesivo y deflacionista, que agrava el problema del empleo.
Una política económica orientada a superar la crisis tiene que preservar la capacidad adquisitiva de los salarios y alinear su crecimiento con el curso seguido por la productividad del trabajo. Defiendo un aumento de la masa salarial de modo que su participación en el Producto Interior Bruto se estabilice, primero, y recupere los umbrales precrisis, después.
Creo necesario derogar la reforma laboral y, con el concurso de la activa participación de los actores sociales y las administraciones públicas, diseñar un nuevo marco de relaciones laborales que debe garantizar la negociación colectiva y el ejercicio de los derechos sindicales y ciudadanos, situándola en la perspectiva más amplia de los objetivos de política económica.
Hay que favorecer el reparto de las horas de trabajo, en el contexto de un acuerdo entre los agentes sociales y las administraciones públicas. Se trata, pues, de recorrer el camino inverso al seguido por un buen número de empresas, que no ha sido otro que alargar la jornada laboral e intensificar los ritmos de trabajo.
Es necesaria una decidida intervención cuyo objetivo sea la equidad y la cohesión social. Para preservar, proteger y ampliar derechos de la ciudadanía; para garantizar niveles de vida dignos a todas aquellas personas que se encuentran fuera de los circuitos productivos y laborales, que han sido castigados con mayor dureza por la crisis o que se encuentran en posiciones especialmente vulnerables. Esta política de rentas, selectiva, contribuirá a corregir la extrema desigualdad que se ha instalado en nuestra economía, a empoderar a los más débiles y a impulsar la demanda; y, además, abrirá el debate político y económico sobre la posible implantación de una renta básica ciudadana universal.
Fernando Luengo es profesor de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, e Investigador del Instituto Complutense de Estudios Internacionales. Miembro del grupo de economistas críticos EconoNuestra. Especialista en globalización (deslocalización y financiarización de la economía) y mercado de trabajo