Este ordenador sólo cuesta 30 euros (y es mejor que los de hace 10 años)
Cabe en la palma de una mano, tiene cuatro veces más potencia que los PC de principios de los 2000, cuesta 60 veces menos y es perfecto para todas estas cosas que te contamos
Madrid
Cuesta solo 35 dólares y es capaz de reproducir películas y ser nuestro media center, o convertirse en el corazón de los gadgets más sorprendentes. Podría desde accionar un pequeño motor que suba nuestras persianas hasta incrustarse en un dron para tomar fotografías o datos. Sus usos no tienen límites.
Se llama Raspberry Pi, sus usos son muy variados y su tamaño es tan pequeño como su precio. Desde que este mes lanzara su segunda versión, con más procesador y memoria, hemos hablado con algunos expertos en la materia para conocer cómo de práctico sería tener uno de estos en casa. Y, si nos gusta la informática y queremos investigar cosas nuevas, podemos decir que es una buena opción.
Al igual que los aficionados al bricolaje pueden tener su pequeño taller, tú también puedes tener tu pequeño ordenador en miniatura con el que probar cosas nuevas. La Raspberry Pi se vende como un circuito de 10 centímetros de largo, por 5 de ancho y 3 de alto. Una auténtica miniatura en comparación con las habituales torres de los PC, pero no tanto como los componentes integrados de los ‘smartphones’.
- Especificaciones técnicas
Viene equipada con una sola placa, al descubierto, a la que podemos añadir teclado, ratón o cualquier dispositivo que funcione por USB, y conectarlo a un monitor o a una pantalla de televisión. Su disco duro es el que el usuario quiera ponerle, bien por USB o con una tarjeta SD de los móviles. Su precio ha bajado mucho en los últimos años, y eso ha hecho que muchos se atrevan a montarse un mini ordenador en casa.
Juan de Dios es uno de los integrantes de la web RaspiPC, dedicada a la venta de componentes para Raspberry. Empezaron en 2011 y han notado un aumento de los adeptos. "Yo tengo una Raspberry en cada televisor de mi casa", confiesa. "Teniéndola encendida los 365 días del año no llega a gastar ni 12 euros y es su capacidad multimedia la que la ha puesto en boca de todos".
Sin embargo, este tentador consumo, por lo bajo que es, no debe despistarnos. "Una Raspberry no es un ordenador que pueda sustituir nuestra torre o portátil, porque no nos serviría para usar Facebook con fluidez o instalar Skype en una versión de escritorio de Windows", explica.
Claro que en un mundo donde ya no solo las personas nos conectamos, sino que nuestros aparatos necesitan un apoyo para funcionar, iniciativas como Raspberry se convierten en imprescindibles. "Sin placas como Raspberry o Arduino no podría existir el llamado 'Internet de las cosas' porque esos aparatos por sí solos no pueden tener conexión, necesitan algo que se lo proporcione", explica.
"Estamos hablando realmente del futuro de la informática con estos dispositivos tan pequeños, un sobremesa que consume 200 W es cosa del pasado".
Un banco de pruebas perfecto para estudiantes
Nos cuenta Juan de Dios que estos dispositivos tenían en sus inicios una orientación educativa. Por ello buscamos en nuestras universidades los usos más habituales de los ordenadores incrustados. Alejandro Calderón es profesor de Arquitectura y Tecnología de los Computadores de la Universidad Carlos III de Madrid.
“La fundación Raspberry no buscaba hacer un ordenador barato. Ese era el medio, no el fin”. En este sentido, en su departamento en la universidad, este tipo de dispositivos se utilizan para enseñar a los alumnos la forma en la que trabajan los ordenadores. Es un “banco de pruebas” para que los alumnos puedan experimentar cómo sería montar su propio sistema, de la forma más fiel posible a los smartphones pero totalmente manipulable. “Es como el cartón y el celo que usábamos en el colegio”, explica.
Pero lo que más le sigue sorprendiendo es su precio. “Para que te hagas una idea, hace 10 años mi primer portátil, mientras desarrollaba la tesis, que tenía un solo procesador y la mitad de memoria RAM. Esto que ha salido ahora, 10 años después, tiene cuatro veces más capacidad de procesar. A mí me costó cerca de 2000 euros y ahora cuesta 35 dólares”, recuerda. No es solo algo curioso, también es una evidencia de la reducción de costes “espectacular” en informática, y con mejora de prestaciones.
Daniel, sin embargo, durante su época de estudiante en Madrid, adquirió el anterior modelo de Raspberry. Ahora lo utiliza como ‘media center’, es decir, para ver películas en el salón. “Es uno de los usos domésticos más comunes”, cuenta Calderón. “Nos permitiría por ejemplo olvidarnos de los engorrosos mandos a distancia para ver contenidos en el televisor, si sabemos instalar las aplicaciones adecuadas”.
- Usos que puedes darle en casa a una raspberry pi
Su precio, idóneo para mercados emergentes
Raspberry Pi es un ordenador pensado para países como la India, mercados emergentes donde hay tradición de buenos matemáticos e informáticos. Es allí, donde su precio lo hace idóneo para que sus estudiantes se vuelvan genios de la computación. No solo en las universidades, sino también en otros entornos donde las personas puedan acceder a un ordenador para hacer trabajos, o consultar información en Internet.
Las desventajas
Claro está que Raspberry Pi no es un ordenador para cualquiera, ya lo hemos mencionado antes. Es para aficionados a la informática, pero no con conocimientos necesariamente avanzados. Todo el mundo puede aprender. Es un equipo hecho para “trastear”.
Viene “desnudo”. Esto quiere decir que no es un aparato como los que nos venden empresas como HP, Dell o Apple, con su carcasa y todo listo para funcionar. Es solo un circuito, al que el usuario debe añadir el resto de los componentes, poner una tarjeta de memoria o disco duro, instalar el software.
Todo hay que decirlo: algunos de sus usuarios domésticos nos cuentan que, con unos conocimientos mínimos y los asistentes de instalación que proporciona la Fundación Raspberry, solo hace falta un poco de paciencia y ganas de aprender. El resto sale solo.
Windows 10, gratis con Raspberry Pi
Microsoft está cambiando de parecer. Frente a los costes irrenunciables de licencias de hace más de 10 años, la empresa de Redmond ha decidido dar el salto al mercado educativo ofreciendo gratis sus productos para fines de investigación y experimentación. Raspberry Pi 2 es el caso: Windows 10 para procesadores ARM será totalmente gratis.
La realidad es que existe un ordenador por menos de lo que cuesta una cesta de la compra en el supermercado. “Si con 35 dólares tenemos esto, la rentabilidad ya no está en el hardware, ni en el software que ya regalan con los equipos, sino en la información y en las apps, y todo esto se mueve a través de Internet”. El negocio está en los servicios. “El usuario quiere una caja que le resuelva problemas. Hay que darle esos servicios, y las empresas tienen que buscar la forma de hacerlo”.
Lo que está claro es que los tiempos están cambiando, y el cambio de modelo terminará de ser una realidad en pocos años. “Las grandes empresas siguen imaginando un escritorio de los 80, con su máquina de escribir, el globo terráqueo... Ahora el globo terráqueo es Google Maps, la máquina de escribir el ordenador, el diccionario el móvil..., y están tardando en darse cuenta”, concluye el profesor. La idea de Raspberry Pi como una solución asequible para formarse y el desarrollo de apps y servicios como el sustento económico de sus actuales alumnos, a día de hoy, va cobrando mucha fuerza.