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Juncker: "Hemos pecado contra la dignidad de Grecia, Portugal e Irlanda"

El presidente de la Comisión ha intervenido ante el Comité Económico y Social donde ha defendido que la ‘troika’ no es democrática

El presidente de la Comisión europea Jean-Claude Juncker. / EMMANUEL DUNAND (AFP)

El presidente de la Comisión europea Jean-Claude Juncker.

Bruselas

Con las negociaciones estancadas porque Alemania exige leer con letra clara que Grecia pide la prórroga del programa firmado por Samaras, el presidente de la Comisión ha tomado esta tarde la palabra. "Hemos pecado contra la dignidad de los pueblos. Especialmente en Grecia, en Portugal y a menudo en Irlanda. Yo era presidente del Eurogrupo o sea que parezco tonto diciendo esto pero hay que sacar las conclusiones del pasado y ponernos de acuerdo para no repetirlas".

Juncker ha intervenido ante el Comité Económico y Social donde ha defendido que la ‘troika’ no es democrática: "la troika es poco democrática, carece de legitimidad y deberemos planearnos revisarla". El presidente de la Comisión, que ha eludido referirse a Alemania, ha admitido que está intentado actuar como mediador en la negociación: "No diré nada sobre Grecia porque estoy negociando pero les puedo asegurar que en mi colegio de comisarios hablamos mucho de Grecia y descubro con sorpresa que el anterior nunca evocaba el problema porque confiaba ciegamente en las posiciones de la troika".

Juncker quiere impulsar un cambio en el funcionamiento de vigilancia y control de los programas de austeridad que se han aprobado como contrapartida al dinero prestado por los gobiernos de la Unión Europea, la Comisión y el FMI. Una modificación que elimina la "visita" de los "hombres de negro" a los Estados bajo programa y permita que las revisiones necesarias sean analizadas entre ministros y comisarios.

Cambio que Grecia podría presentar como contrapartida a la extensión del programa actual pero que Alemania y los gobiernos más duros de la Unión, entre ellos también el español, rechazan, argumentando que las normas lo han sido para todos y que Tsipras debe aceptarlas.

Un problema que de momento ha impedido el acuerdo mínimo para que Grecia enviara la petición que espera el Eurogrupo, petición necesaria para negociar las ayudas futuras a este país cuyo programa finaliza el día 28 de Febrero.

El gobierno de Tsipras ofrece congelar las decisiones unilaterales a cambio de que le entreguen los beneficios obtenidos por los Bancos Centrales Nacionales con la compra de bonos griegos el año 2010, un total de 1.900 millones. Dinero que junto a la liquidez de su Banco Central es imprescindible para afrontar sin miedos financieros los meses de futuras negociaciones.

 
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