Ocio y cultura

10 ascensiones míticas a montañas españolas

Los Pirineos, los Sistemas Béticos, la Meseta Central, el Sistema Ibérico, Sierra Morena, los Montes de Toledo, el Sistema Central, la Cordillera Cantábrica, el Teide…, España está dominada por montañas. Casi la mitad de la superficie de nuestro país está ocupada por estás grandes caprichos de la madre naturaleza que se elevan y dominan la panorámica de la península ibérica desde hace miles de años. La primavera es un momento idóneo para calzarse unas buenas botas y aventurarse por los senderos que llevan a las grandes cumbres ibéricas. He aquí una selección de 10 picos para disfrutar del placer de una ascensión alpina.

La provincia de Ávila puede presumir de contar con una de las sierras más hermosas de toda la geografía española: la Sierra de Gredos. Por encima de todas sus graníticas montañas se eleva el Almanzor (2.592 metros), un hermoso pico que corona el Circo de Gredos regalando una panorámica excepcional de la Laguna Grande y de toda la sierra abulense.

La montaña más alta del Sistema Central es una cumbre relativamente fácil de alcanzar en verano sin ningún tipo de equipo de escalada. Sin embargo, en invierno se puede convertir en una ascensión traicionera –como así lo atestiguan las placas en homenaje a algunos montañeros que dejaron su vida subiéndola – por lo que se hace necesario el uso de cuerdas, piolet y crampones. La ruta tradicional parte de la Plataforma de Gredos, en el municipio de Hoyo del Espino, desde donde siguiendo el sendero se llega hasta la Laguna Grande y al Refugio Elola, donde si se dispone de tiempo es recomendable pasar la noche para atacar la cumbre al amanecer del día siguiente. En verano, las pozas naturales de agua fresca que se forman en las faldas de la montaña son un auténtico lujo para relajarse tras una dura jornada alpina.

Perteneciente al Sistema Ibérico, el segundo pico más elevado de la Comunidad Valenciana – con el permiso del Cerro Calderón (1.839 metros) - se localiza en un macizo que lleva su mismo nombre: Peñagolosa o Penyagolosa, en valenciano. Se trata de un clásico del senderismo mediterráneo que conlleva escasa dificultad y que puede ser ascendido desde diferentes vertientes. Sin embargo, la ascensión tradicional es la que parte del Ermitorio de San Juan de Penyagolosa, en el municipio castellonense de Vistabella del Maestrazgo, y continua por la senda que atraviesa el Barranc de la Pegunta, una de las partes más salvajes de la subida, con abundancia de plantas, pinos y arbustos muy variados. Pasado el barranco se llega a la Banyadera para enfilar el camino a la cima, desde donde nos aguardan unas imponentes vistas de la provincia de Castellón y de las vecinas tierras turolenses.

La montaña más emblemática de Cataluña se localiza tan solo 50 kilómetros al noroeste de Barcelona, en la ribera derecha del río Llobregat. Se trata de un macizo único para los catalanes, una montaña sagrada en forma de sierra que surge bruscamente en las comarcas de Anoia, Bajo Llobregat y del Bages. Lo que más llama la atención de su morfología son sus características “agujas”, que son los pináculos redondeados que componen esta peculiar formación rocosa. El pico más elevado de Montserrat es el Sant Jeroni (1.236), al que se puede acceder fácilmente desde el pueblo de Monistrol de Montserrat.

En el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se localiza una de las montañas más ansiadas por los montañeros de la península ibérica. Situado en la vertiente sur del Pirineo Central, el Monte Perdido está considerado el macizo calcáreo más elevado de Europa, siendo su pico más alto el que sirve para dar nombre a todo el conjunto montañoso. La forma clásica de ascender a la cumbre es partiendo de la localidad oscense de Torla, desde la que se llega hasta el aparcamiento del Parque Nacional en coche particular o en autobús. Desde el parking se parte hasta el refugio de Góriz (2.160 metros), donde es recomendable hacer noche para acometer el ataque a la cumbre al amanecer del día siguiente. La subida y bajada desde el refugio lleva unas seis horas, pasando por la “Escupidera”, un paso o canal de infausta fama que se ha cobrado la vida de unos cuantos montañeros. El Monte Perdido es una de las montañas más bellas, pero también de las más exigentes de esta lista.

Situado en la granadina Sierra Nevada, en plena cordillera Penibética, el Mulhacén es otro de esos “sellos alpinos” que todo buen amante de la montaña desea ponerse. Alcanzar su cumbre – a 3.478,6 metros – significa estar en el punto más alto de la península ibérica, por lo que es un reto muy popular entre los montañeros. La subida desde Capileira por el valle del río Poqueira es la forma más común de hacer cima y se trata de una de las excursiones clásicas del Parque Nacional de Sierra Nevada. Las vistas desde arriba son soberbias.

Encuadrado dentro de la Sierra de Guadarrama, el macizo granítico de Peñalara sirve de frontera natural para separar las provincias de Madrid y Segovia. De entre las cinco montañas que componen el macizo, Peñalara es la más elevada y ascendida con sus 2.428 metros, aunque las otras cuatro: Hermana Mayor (2.285 metros), Hermana Menor (2.271 metros), Risco de los Claveles (2.388 metros) y el Risco de los Pájaros (2.344 metros), son asimismo montañas muy transitadas por los amantes de la montaña, y son las que han servido tradicionalmente de auténtico campo de entrenamiento para los mejores montañeros madrileños. Alcanzar la cumbre de Peñalara es una tarea relativamente sencilla y que se puede hacer siguiendo varias rutas, la más típica es la que parte del Puerto de Cotos (1.830 metros) y va siguiendo un sendero bien señalizado hasta la cima. Las poblaciones más cercanas son Rascafría y Cercedilla, en la Comunidad de Madrid, y La Granja de San Ildefonso, en Segovia.

Es de sobra conocido que el Teide es, con sus 3.718 metros, la montaña más alta de España. Sin embargo, un dato que apenas ha trascendido es que se trata del tercer volcán más elevado del mundo -midiéndolo desde su base en el lecho oceánico-, superando los 7.500 metros de altitud y siendo solo superado por los hawaianos Mauna Kea y Mauna Loa. A pesar de su gran altura, la subida al mítico volcán canario es accesible para casi todos los públicos. A su cima se puede acceder a pie desde la zona de Montaña Blanca, dentro del Parque Nacional del Teide, desde donde se toma el único sendero permitido hasta la cumbre, a la que se llega en unas seis horas de caminata. El otro modo de llegar hasta arriba es mediante el teleférico, el cual asciende hasta La Rambleta, a 3.555 metros de altitud. Desde allí no queda más remedio que cubrir los últimos 200 metros a pie.

Desde que en la década de los 80 una serie de mediciones demostrasen que el Aitxuri (Aitzuri o Atxuri) era el pico más elevado de la provincia de Guipúzcoa –en perjuicio de la hasta entonces considerada montaña más alta, el vecino Aketegi (1.549 metros)- la curiosidad por ascenderlo se ha acrecentado entre los montañeros de la zona. Situado en el macizo de Aizkorri, un gran conjunto de montañas de roca caliza, cuenta con diferentes rutas de ascenso, siendo la más popular la que parte de la localidad guipuzcoana de Arantzazu. El Aitxuri destaca por su gran prominencia (943 metros), la mayor del País Vasco.

Una excursión al Pico Ocejón justifica una visita a la desconocida provincia de Guadalajara. Situado en la vertiente sur de la Sierra de Ayllon, se trata del pico más popular para hacer senderismo en la provincia. A pesar de no contar con una altura desorbitada, su ubicación en medio de la llanura castellano-manchega acentúa su perfil puntiagudo desde la lejanía. Se trata de una montaña muy fotogénica, sobre todo cuando está cubierta de nieve en los meses más fríos. Las dos formas más comunes para ascender a su cumbre parten de las poblaciones guadalajareñas de Majaelrayo y Valverde de los Arroyos, y son rutas muy bien señalizadas con carteles, pintadas e hitos. Desde arriba hay una panorámica soberbia del valle, del Macizo de Ayllón e incluso de Guadalajara y Madrid en los días más despejados. 

De todas las elevaciones montañosas de Granada, la más célebre y visitada es, sin duda, Sierra Nevada. Sin embargo, muy pocos son los que conocen una montaña aislada y altiva, que se alza en el límite noreste de la provincia, en un rincón olvidado en el que confluyen también los términos de Murcia, Albacete y JaénLa Sagra. Con sus 2.383 metros, el pico de La Sagra es la segunda cota más elevada de toda Andalucía (su exceptuamos las cimas de Sierra Nevada), y una de las montañas más bellas de todo el territorio español. Su característica forma piramidal, surgiendo abruptamente de una altiplanicie en la que ninguna otra elevación le hace sombra, confiere a La Sagra un perfil único perfectamente reconocible en la distancia. La zona es árida y fría, con frecuentes nevadas. Es precisamente cuando los campos se tiñen de blanco cuando la sierra alcanza un rutilante esplendor. La ascensión invernal a La Sagra se ha convertido en una tradición para centenares de montañeros andaluces, murcianos y alicantinos.

 
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