La Organización Internacional del Trabajo ha querido profundizar en su análisis sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres y para ello ha medido qué parte de esta brecha tiene detrás lo que llaman “factores explicables” (diferencias en experiencia laboral, nivel educativo o sector industrial que podrían determinar distintos niveles salariales entre dos colectivos) y qué parte no tiene explicación (lo que llaman “factores no explicables”), y por tanto se puede atribuir netamente a la discriminación. Y los resultados son muy reveladores: En España, las mujeres cobran un 17% que los hombres, pero si se eliminasen esos “factores no explicables”, tendrían que cobrar un 2% más. Las cifras salen de una investigación econométrica de la OIT que cifra y pondera todos aquellos factores que, de alguna forma, pueden explicar una diferencia salarial entre dos colectivos (edad, experiencia, educación, ocupación, tiempo de trabajo...). La parte de la brecha que no se explica por esos factores -la más claramente relacionada con la discriminación de género- se atribuye a lo que la OIT llama “factores no explicables”. Y el resultado es ése: si quitamos la discriminación y nos quedamos sólo con los factores explicables, las mujeres deberían cobrar más que los hombres, sobre todo porque su nivel educativo es superior. El resultado de España es muy similar al del conjunto de Europa: en el continente, la brecha salarial es más amplia que en España (de un 19%), pero si se eliminasen esos motivos no explicables, las mujeres deberían cobrar, como en España, un 2% más. El análisis de la OIT muestra además que la brecha salarial se ensancha a medida que se asciende en la escala salarial; dicho de otro modo, que la discriminación es más aguda cuanto mayores son los salarios. La investigación divide a la población en deciles: 10 grupos del mismo número de personas, de forma que en el 1 están los que menos cobran y se va subiendo hasta el 10, que incluye al 10% de la población que percibe los salarios más altos. En los deciles más bajos, los hombres cobran unos 175 euros más al mes que las mujeres, de los cuales 25 serían por “factores explicables« (más experiencia, formación, etcetera) y el resto, no explicables. Pues bien, en los niveles más altos las diferencias son de hasta 500 euros al mes, cuando por formación, experiencia, etc., las mujeres tendrían que estar cobrando sensiblemente más que los hombres. Las madres cobran menos La OIT ha presentado además otro informe, en este caso sobre la brecha salarial relacionada con la maternidad. Lo que en él se compara es el salario de las mujeres que tienen hijos dependientes (es decir, que hay que ocuparse de ellos, no mayores de edad) con las que no los tienen. Y aquí se aprecia también una diferencia salarial, que en España se sitúa en el 5% para las mujeres con dos hijos respecto a las que no tienen ninguno. La de España es una brecha comparable a la de Irlanda; hay países donde la diferencia es mucho mayor, como Alemania (15%) o Reino Unido (donde llega hasta el 25%); en estos dos últimos casos se trata de países con una regulación laboral más favorable al empresario, según la investigación de la OIT. El estudio señala que hay otros factores que agrandan la brecha: por ejemplo, la edad (cuanto más joven es la madre, más brecha) la edad de los niños (cuanto más pequeños, más brecha), o el tiempo que se tarda a volver al trabajo (más brecha cuanto más se tarde). El texto revela también que, así como en la mayoría de los casos tener hijos penaliza salarialmente a la madre, pasa lo contrario con el padre: a más hijos, más ingresos salariales.