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CHAMPIONS LEAGUE | REAL MADRID 3 - SCHALKE 4

El Real Madrid roza un ridículo histórico

Un Real Madrid desastroso roza el rídiculo y acaba pidiendo la hora ante un Schalke que se paseó en el Bernabéu. La afición blanca despidió a los suyos con la mayor pitada en los últimos años

MADRID, SPAIN - MARCH 10: Cristiano Ronaldo of Real Madrid CF leaves the pitch after loosing the UEFA Champions League round of 16 second leg match between Real Madrid CF and FC Schalke 04 at Estadio Santiago Bernabeu on March 10, 2015 in Madrid, Spain. / Gonzalo Arroyo Moreno (Getty Images)

Hay partidos que parece que llegan para curar heridas y recuperar sensaciones. Es lo que indicaba el duelo del Real Madrid ante el Schalke. El idilio del Real Madrid con la Champions, el Bernabéu y una victoria holgada en la ida hacían prever una gran noche para el Real Madrid en Chamartín.

Todo lo contrario, el partido ante el Schalke sirvió para agravar aún más la crisis que atraviesa el equipo blanco. El Schalke, quinto en la Bundesliga y a 23 puntos del líder, campó a sus anchas por el Santiago Bernabéu, sacando la pelota con criterio y jugando con muchas facilidades ante la mirada pasiva del entramado defensivo blanco. El peor Real Madrid del año acabó pidiendo la hora ante el Schalke. El actual camepón estuvo a un paso de quedarse fuera de la Champions en los octavos de final.

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Ancelotti apostó por Khedira y por Coentrao en el once inicial y mantuvo su apuesta por Bale, Cristiano y Benzema en ataque. El resultado fue que el esfuerzo defensivo del Real Madrid brilló por su ausencia y que el Schalke encontró dos autopistas en las bandas. Di Matteo colocó a Barnetta y a Fuchs de carrileros y nadie les siguió. Arbeloa y Coentrao no aguantaron las embestidas de sus rivales.

Una jugada por la banda derecha de Barnetta terminó en las botas de Fuchs, que fusiló a Casillas, que tocó el balón pero sin la fuerza suficiente como para evitar el gol. Ahí empezó el runrún de la grada del Bernabéu, que comenzaba a ver problemas cuando esperaban espectáculo.

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El Real Madrid estaba desbordado, aturdido y desquiciado. Escenificó la tensión que respira el vestuario blanco estos días Cristiano Ronaldo. El luso se echó el equipo a la espalda. Sin fútbol, el balón parado se presentó como la solución para el Madrid. Kroos puso un córner que Ronaldo remató con la cabeza para poner el empate. Ronaldo celebró con enfado y con gestos el gol.

Poco importó el gol al Schalke, sin presión y crecido en el Santiago Bernabéu. Los alemanes siguieron avasallando al Real Madrid a través de la posesión. Liderados por un gran Meyer, el equipo tuvo tres ocasiones clarísimas en menos de dos minutos. Como dice el refrán, a la tercera fue la vencida y Huntelaar marcó el segundo.

Otro centro de Barnetta acabó con el disparo de Meyer, que despejó al centro Casillas y Huntelaar, cazador de goles, empujó el balón al fondo de la red. El Bernabéu estalló con música de viento, la eliminatoria estaba a solo un gol de perderse y recordar fantasmas del pasado, cuando los octavos parecían un muro infranqueable.

MADRID, SPAIN - MARCH 10: goalkeeper Iker Casillas (2ndL) of Real Madrid CF holds his teammate Francisco Roman Alarcon alias Isco (R) in order to greets the audience close to Raphael Varane (L) after loosing the UEFA Champions League round of 16 second le

MADRID, SPAIN - MARCH 10: goalkeeper Iker Casillas (2ndL) of Real Madrid CF holds his teammate Francisco Roman Alarcon alias Isco (R) in order to greets the audience close to Raphael Varane (L) after loosing the UEFA Champions League round of 16 second le / Gonzalo Arroyo Moreno

El partido apuntaba al descanso con un resultado pésimo para el Real Madrid, pero los grandes jugadores aparecen cuando más los necesita su equipo y Cristiano cazó en el aire un centro de Coentrao, más acertado en ataque que en defensa, donde estuvo desastroso, y puso el empate antes del descanso.

El Schalke hizo la primera parte soñada por cualquier equipo en el Bernabéu pero se fue con un triste empate.

La segunda parte bajó en revoluciones. La entrada de Modric, que volvía tras la lesión, dio un poco más de empaque a los blancos y oxígeno a un Kroos muy necesitado de ayuda y de descanso.

El gol de Benzema parecía el de la tranquilidad, el que saciaría la sed del Schalke de hacer algo grande, pero ni mucho menos. El orgullo germano y las facilidades merengues hicieron que Sané volviera a empatar el partido (3-3). El joven jugador del Schalke bailó al Real Madrid como quiso durante toda la segunda parte.

Terminó de llevar el infarto a la grada Huntelaar, que volvió a aprovechar un regalo defensivo para encarar a Casillas y fusilar, previo toque en el larguero, la red. Era el cuarto gol a falta de seis minutos. Un solo gol más hubiera convertido un trámite en un ridículo histórico para el Real Madrid. Todo el mundo veía que el Real Madrid necesitaba apuntalar aún más su centro del campo para cerrar el partido, todo el mundo menos quien lo tenía que ver.

Solo Casillas, más acertado en la recta final, evitó la debacle blanca, que terminó pidiendo la hora y achicando balones ante el Schalke, un equipo al que el año pasado ganó 9-2 en el global. Un partido que apuntaba a reconciliación terminó en pelea y divorcio con la afición, que sigue sin entender que le pasa a su equipo.

Alejandro Rodríguez

Alejandro Rodríguez

De Tenerife a Madrid. Trabaja en la Cadena SER desde 2010

 
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