Castigos físicos y maltrato psicológico en el CIE de Murcia

Murcia

"Los malos nos gritan, nos tratan mal. Nos cierran con llave la puerta de la habitación de fumadores y apagan el extractor de humos. Nos suben el aire acondicionado para conseguir un ambiente gélido. Por las noches nos dejan encerrados sin posibilidad de ir al baño y cuando llamas para avisar, no abren, mientras oyes las risas al otro lado de la puerta". Es el fragmento textual de una de las mil historias que hay detrás de los muros del Centro de internamiento de extranjeros de Murcia. Las han recogido -una por una, en el último año- los trabajadores sociales de la asociación murciana 'Convivir sin racismo'. En Octubre de 2013 consiguieron que un juez les permitiera el paso dos veces por semana al controvertido centro después de numerosas peticiones y intentos frustrados de entrar. Desde entonces han visitado el centro y han recopilado, en un informe que se va a presentar a la fiscalía, estas historias que narran un panorama de "frecuentes castigos físicos e insalubridad".

Según la asociación, "las agresiones físicas son habituales por parte de algunos policías" que, además "rehusan llevar identificación" a la vista de los inmigrantes. Según los testimonios de estas personas, los malos tratos y las vejaciones verbales son muy habituales y ya hay una denuncia en trámite de uno de los inmigrantes al que "le pisaron la cabeza y golpearon por tratar de evitar que pegaran a otros" compañeros que estaban siendo reprendidos por los agentes "porque no entendían el idioma"

Convivir sin racismo ha constatado también la presencia de menores dentro, a pesar de que la ley lo prohíbe. Además han denunciado que "no hay médico 24 horas" y sólo "una empresa privada se encarga de los múltiples enfermos que hay en el interior, unas horas al día". La asociación ha contado los casos de "discapacitados sin atención" y, particularizando en uno de ellos, "una persona, con un 65% de discapacidad mental que fue expulsada a Marruecos sin previo aviso y sin ningún tipo de tratamiento". Dos trabajadoras sociales han contado que "como el chico no entendía nada, ni se lo explicaban, tuvimos que ser nosotras las que le contaran qué pasaba y que la ley era así".

En el interior del centro, "no hay teléfono para comunicarse con sus familias", "no hay lavadora para limpiar la ropa", "ni se les facilita abrigo" y, tal y como ha contado otro trabajador, "este invierno muchos de los que llegaron en patera el verano pasado lo han tenido que pasar con chanclas".

Todos estos hechos, en una memoria amplia, van a ser trasladados en breve a la fiscalía de Murcia para que se abra una investigación.

Únete al canal de WhatsApp de la SER