Blesa "revisaba" en persona los límites de las tarjetas opacas 'oro'
El presidente de Caja Madrid decidía quién disponía de la visa más exclusiva de Caja Madrid y el límite que podía gastar cada año
Madrid
Las tarjetas visa oro de Caja Madrid eran una especie de medida de gracia otorgada en reuniones "individuales" y "anuales" por el presidente, Miguel Blesa, quien comunicaba personalmente a sus directivos la concesión y también el límite disponible de libre disposición y para gastos personales, cada 12 meses. Ninguno de los directivos que ha comparecido hoy, según las fuentes jurídicas consultadas, ha mencionado si el alza de esa revisión anual comunicada por Blesa, dependía de su grado de adhesión y aprobación de los proyectos del expresidente de la entidad, varios de los cuales, así como la concesión de créditos de dudoso cobro, llevaron a la caja a una situación límite.
Entre los imputados que han declarado este viernes se encontraba el exjefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, quien presidió la Fundación Caja Madrid y llegó a gastar 232.000 euros. Como todos, ha aseverado que pensaba que la entidad se ocupaba del tratamiento fiscal de su 'opaca' y sostiene que nadie le daba información sobre el saldo. Todos los meses se reunía con Blesa para informarle sobre la marcha de la fundación, pero sobre las tarjetas le telefoneaba Blesa cada año para informarle de sus modificaciones personales en el límite.
Uno de los interrogatorios más polémicos ha sido el de la exdirectora de Auditoría Interna de Caja Madrid, Carmen Contreras, que llegó a gastar 277.000 euros. Contreras ha reconocido que no sabía cómo se contabilizaban las tarjetas a pesar de su cargo. Es más, a pesar de que era la jefa de los órganos de control interno, desconocía que estas 'black oro' se contabilizaban en la oscura circular 50/99 destinada a quebrantos, que pasaba desapercibida a Hacienda, según los investigadores. De hecho, Contreras ha manifestado que "ni sabía que existía" porque ella se dedicaba a "grandes magnitudes". Ante el duro interrogatorio del juez, ha llegado a confesar en un intento de eludir responsabilidades que no era "experta en contabilidad".
Estos directivos, además de las visa oro opacas, disponían de una tarjeta de gastos de representación, y al contrario que los consejeros, justificaban los gastos cada mes de estos últimos plásticos.