Ocio y cultura

10 pueblos del interior de España con mucho encanto

España está llena de pueblos con historia y, sobre todo, con mucho encanto. Y eso que llevamos décadas empeñados en cargarnos todo lo "viejo" para sustituirlo por el horroroso ladrillo visto. Pero pese a la desidia, aún quedan muchísimas localidades en cualquier provincia donde la piqueta de la modernidad no ha podido acabar con la armonía de los siglos.

Si hace poco os mostramos , hoy nos vamos tierra adentro para descubrir otros 10 pueblos de interior que merece la pena visitar (obviamente, hay muchos más, pero no nos cabían). 

1. Albarracín (Teruel)

Son muchos los que señalan con el dedo a Albarracín para decir que es el pueblo más bonito de toda España. Si no están en lo cierto, sin duda se encuentran muy cerca de acertar con dicha aseveración porque estamos hablando de “un bellezón” medieval agarrado a un peñón y bien acompañado de montañas y el río Guadalviar. El color rojizo de sus casas se pierde en costanas que parten de lo más alto de su alcazaba.

Albarracín

Este conjunto histórico artístico espera entrar por la puerta grande en el catálogo del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se lo merece como pocos.

2. Covarrubias (Burgos)

Varias hileras de casas teñidas de blanco se encuentran abrazadas desde el medievo por un férreo sistema de entramados de madera con los que han llegado intactas hasta hoy. Covarrubias no sólo fue el último descanso de una princesa noruega sino que se puede decir que fue cuna sobre la que se meció Castilla durante varios siglos. El torreón de Fernán González o un sistema de murallas nada menos que del Siglo X, protegen una arquitectura popular castellana original que parece haberse detenido en el tiempo.

Covarrubias

Covarrubias es toda ella un casco histórico fascinante y sin parangón, uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Burgos y que bien vale un viaje.

3. La Alberca (Salamanca)

Esta localidad situada al norte de la Sierra de Francia fue la primera en obtener en España la denominación de Monumento Histórico-Artístico. Es una de los pueblos más antiguos y mejor conservados del país, con unas casas características de tres plantas hechas en su mayor parte de granito y con las vigas de madera quedando a la vista.

La Alberca

La Plaza mayor es el corazón de La Alberca, con sus soportales sostenidos por regias columnas por los que respira la animosidad de un pueblo tradicional como pocos. De hecho, junto al cacereño Tornavacas, en el Valle del Jerte, mantiene la costumbre religiosa del toque de ánimas cada noche.

4. Trujillo (Extremadura)

Esta localidad cacereña fue una de las que más relación de ida y vuelta tuvieron con la conquista de América. Ciudad natal de Francisco Pizarro, conquistador del Perú, y de muchos otros personajes históricos relevantes como Orellana, primer europeo en navegar por el Río Amazonas. Esta analogía con el Nuevo Mundo recargó Trujillo con un buen número de suntuosos palacios renacentistas con los que dibujar una plaza mayor realmente hermosa que queda a la vista de un castillo del tiempo de los árabes.

Trujillo

Trujillo, uno de los nombres que más se repiten en América, es uno de los grandes orgullos de Extremadura, y a través del cual se puede conocer gran parte de la historia del nuevo continente.

5. Besalú (Girona)

Una delicia medieval situada entre los imprescindibles de Cataluña y España. Besalú es fotogenia pura, un decorado que consta de puentes, murallas, torreones y templos religiosos con lo más destacado del románico catalán. Lo mejor es dejarse llevar por su trazado de piedra, asombrarse por el peso de la historia de las fachadas o enmudecer en las estrecheces de una judería excepcionalmente conservada. Todo el conjunto de Besalú es un monumento que ni a los más experimentados viajeros deja indiferente.

Besalú

6. Morella (Castellón)

Encaramado a una colina nace la antítesis del Castellón que muchos reconocemos en el litoral. Si situamos a Peñíscola entre los pueblos costeros más bellos del país, metiéndonos al interior no podría faltar este pueblo rodeado de murallas y coronado por un castillo que vio brillar la espada del Cid Campeador. Catorce torres y seis puertas dibujan un sistema defensivo extraordinario, aunque Morella tiene mucho más. Por ejemplo las casas porticadas de la Calle Blasco de Alagón, la Basílica de Santa María de estilo gótico y una magnífica portada policromada o... acariciando el paladar la cuajada morellana, probablemente la más deliciosa no sólo de España sino del mundo.

Morella

7. Frigiliana (Málaga)

Pueblos blancos en Andalucía hay muchos y muy bellos. Pero nos hemos querido detener en la comarca malagueña de La Axarquía para descubrir Frigiliana, una localidad con un casco histórico que conserva el trazado árabe y regala detalles de su fina arquitectura mudéjar. Las flores y enredaderas que emergen de balcones y ventanales enrejados hacen el resto.

Frigiliana

Cada año a finales de agosto se celebra en Frigiliana uno de los eventos culturales más interesantes de Andalucía, el Festival de las Tres Culturas, en el cual se homenajea los siglos en que convivieron judíos, musulmanes y cristianos, cuya huella sigue presente en este bonito pueblo malagueño.

8. Santillana del Mar (Cantabria)

"Ni es santa, ni llana, ni tiene mar" refleja un dicho popular referido a Santillana del Mar. Pero realmente no lo hace falta serlo porque esta villa cántabra tiene poderosísimas razones para encandilar al visitante. Las calles empedradas reflejan el pasado glorioso de Santillana del Mar, con palacetes y casas señoriales, balconadas engalanadas y un lugar especialmente bello como la Colegiata de Santa Juliana que alberga en su interior un claustro realmente maravilloso.

Santillana es de esos lugares en los que la lluvia no chafa la fiesta porque la deja aún más guapa de lo que es.

Santillana del Mar-11

9. Pedraza (Segovia)

Con un entramado urbano medieval, Pedraza nos atrapa además por el aroma proveniente de los asadores que respiran por las chimeneas que nos hacen más cálido el invierno. Esta villa segoviana con castillo del Siglo XIII y una cárcel de la época respresenta una de las escapadas preferidas de los madrileños que ansían romper su espacio y tiempo dejándose llevar por las calles de piedra y la solera de aristocráticas fachadas.

Pedraza

Una de las celebraciones más recomendables de Pedraza es la Noche de las Velas a principios de julio, en la que el pueblo se ilumina con la lumbre candorosa de cirios y candelas.

10. Ronda (Málaga)

Para el final he dejado uno de esos lugares que por población son más bien una ciudad. Pero Ronda, la malagueña que se asoma al desfiladero del Guadalevín (el famoso Tajo de Ronda), es tan hermosa que no podría faltar en esta lista. Quizás porque tiene elementos de todas las épocas, porque sus fachadas enrejadas traspasaron fronteras y el Atlántico para inspirar los nuevos sitios en América, porque la serranía le proporciona un envoltorio mágico o porque se come como se come...

Ronda

La imagen de Ronda asomada a "su tajo" con el Puente Nuevo es una de las imágenes que contienen lo mejor de los pueblos de España. Dentro de esa hilera de muros blancos y palacios mudéjares habitan sabias razones para visitar este lugar al menos una vez en la vida.

Son muchos los pueblos que merecen formar parte de esta lista tanto o más como los mostrados. Quizás no están todos los que son pero sí son todos los que están.

 

 
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