Sin cura y sin procesión

Cuenca

En la Serranía de Cuenca, en Valdemeca, un pueblo de menos de cien habitantes, el artista local Luis Zafrilla ha creado un recorrido a base de esculturas metálicas y después pintadas, en el que recoge escenas de la vida rural “en peligro de extinción” como los juegos infantiles de antaño, el trabajo en la era o el acarreo de productos del campo con el burro del ramal. ‘El paisaje ilustrado’ se llama el paseo escultórico, e incluye la escena de una procesión, con el cura y los vecinos portando en andas una imagen. Pues bien, esta estampa está desapareciendo también de los pueblos más pequeños. En Ribatajada, un pueblo de poco más de cien habitantes de la comarca del Campichuelo conquense, hace dos años que no salen las procesiones en Semana Santa. “Tengo cuatro hijos y no hay ninguno en el pueblo”, nos cuenta Trinidad, de 75 años. “Igual que mis hijos, muchos se fueron a estudiar y ya no han vuelto”. Y aunque sí vuelven algunos estos días de Semana Santa, “no se acercan a la iglesia”. “La gente mayor ya no puede y la gente joven no va a misa”, dice Trinidad.

Algo parecido ocurre en el pueblo de al lado, Ribatajadilla, más pequeño aún. Las iglesias tienen las imágenes, pero la gente mayor no puede cargar el peso de las andas y no las sacan en procesión. “Si acaso el Domingo de Resurrección sacarán a la Virgen”, nos dice Josefa, de 81 años, “pero Jueves y Viernes Santo no salen”.

No muy lejos de estos pueblos nos encontramos con José Luis Gabaldón, de 27 años, un sacerdote joven que tiene a su cargo hasta siete parroquias. “Olmedilla de Eliz, Castillo-Albaráñez, Arrancacepas, Cañaveras, Villaconejos, Torralba y Albalate de las Nogueras”, va enumerando de carrerilla. Se los conoce bien. Todos están en un entorno de 30 kilómetros en la comarca de la Alcarria de Cuenca y suman apenas mil habitantes. En invierno ni eso. Durante el año dice misa un par de veces en los pueblos más grandes y a los otros solo acude el fin de semana. En algunos la misa dominical es el sábado por la tarde. Ahora en Semana Santa recibe la ayuda “de otro sacerdote”, dice, “yo solo no podría decir siete misas el Jueves Santo”. Este año le ayudará Juan Pablo Moreno, un sacerdote ahora sin parroquias porque se está preparando para ir a las misiones. “En el Seminario de Cuenca hay estudiando solo cuatro seminaristas y en toda la diócesis hay más de 200 parroquias. Echa la cuenta”, dice el joven sacerdote.

En estos pueblos también tienen el mismo problema a la hora de sacar las imágenes en procesión. “En Castillo-Albaráñez hace unos años que no salen las procesiones”, nos cuenta Gabaldón. “En otros sacan una sola imagen y la otra la dejan en la iglesia porque no hay gente para portar dos santos”. También nos cuenta que las imágenes se han sacado “en un carrillo con ruedas”, como alternativa para, al menos, tener procesión.

Esta es una realidad que encontramos en los pueblos más pequeños de Cuenca, una provincia que ha perdido 12.000 habitantes desde 2012, un 5 por ciento de población, y similar a otros de parecidas características del resto de España en los que, como dice Josefa, “rezaremos en la iglesia, escucharemos misa y a casa, sin procesión”. Trinidad también sabe definirlo: “en estos pueblos estamos cuatro gatos y los santos en la iglesia”.