Enganchados al pasado

Panamá

Estados Unidos contra todos. O por lo menos, Estados Unidos, con el apoyo más o menos cierto de unos cuantos aliados, contra todos. Ésa era tradicionalmente la sensación que quedaba tras escuchar los discursos de las Cumbres de las Américas. El esquema, por lo escuchado hoy en Ciudad de Panamá, no ha cambiado sustancialmente. La novedad es que esta vez, entre ese grupo de aliados se podría incluir al debutante, Cuba.

Porque como apoyo más que cierto se pueden interpretar las palabras de Raúl Castro, que reconoció su admiración por Obama, ensalzó su origen humilde, le exculpó de cualquier responsabilidad en los males de Cuba y lo calificó a modo de conclusión como "un hombre honesto". Sonaba a indulto, a borrón y cuenta nueva, a permiso para dar un giro completo a la situación, a la Historia. No es poco, sobre todo viniendo de donde venimos.

Obama, por su parte, también estuvo más que afable con el líder cubano. Le dijo que ya había dado la orden al Congreso para que trabaje en el levantamiento del bloqueo, reconoció diferencias pero insistió en que si se buscan las oportunidades comunes se crearán oportunidades de interés para toda la región y desde una posición de humildad poco frecuente en otras épocas, planteó que cuando EEUU habla de derechos humanos no quiere decir que sientan que son perfectos. Tampoco es poco.

Fuera de esas dos intervenciones, muchos de los discursos que escuchamos, sonaban igual que los que los mismos dirigentes pudieron hacer en años anteriores. EEUU mantiene su intención colonizadora, el esquema sigue siendo el de cazador y presa, para Washington la región sigue siendo el patio trasero.... No diré que dijeron que EEUU mató a Kennedy aunque la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pareció sugerirlo al recordar que ése es un asunto aún no aclarado, pero sí que quedo la sensación de que bastantes líderes latinoamericanos siguen considerando a Estados Unidos como es el culpable de todos los males que afectan al mundo.

Entre ellos, el más incisivo fue Nicolás Maduro (doy por hecho que el Maduro que habló en el plenario era el de verdad, no ese doble que según cuentan algunos medios trajo a Panamá el servicio secreto venezolano para confundir a la prensa que tanto critica). Su "Señor Obama, le respeto pero no confío en Usted" sonó como un jarro de agua fría para esos "nuevos tiempos de paz" de los que muchos, incluso él, han venido hablando estos días. Cada cual es muy libre de confiar en quien quiera, pero acusar abiertamente a EEUU de mantener una maquinaria de guerra contra su país y de organizar a través de su embajada golpes de Estado contra él, sin aportar ni una sola prueba, no contribuye a fomentar la confianza. Me vino a la cabeza aquella rueda de prensa en la que anunció la muerte de Hugo Chávez y dijo tener pruebas de que había sido envenenado. La verdad, no recuerdo en qué quedó aquella acusación. Ya no confío en mi memoria.

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