El FMI revisa al alza sus perspectivas de crecimiento para España
El Fondo calcula un crecimiento en 2015 del 2,5%, cinco décimas más de lo que calculaba en enero
Madrid
El Fondo Monetario Internacional ha dado a conocer este martes sus perspectivas económicas de primavera, y traen buenas noticias para España, mientras que el enfoque global es menos optimista. En el caso de España, el Fondo mejora su estimación de crecimiento para 2015 en cinco décimas (la sube hasta el 2,5%), y la de 2016 en dos décimas (hasta el 2%). En cambio, deja prácticamente igual su previsión de crecimiento mundial para 2015 (3,8%) y 2016 (esta última sube una décima, hasta el 3,8%). La mejora de las economías avanzadas se ha visto compensado por un peor pronóstico para varios países emergentes grandes.
La nueva previsión de crecimiento para España alinea al FMI con lo que piensa el Gobierno (que espera en todo caso conseguir un resultado de crecimiento mejor, más cercano al 3%). El informe del Fondo destaca que España, junto con Alemania e Irlanda, son la excepción en una zona euro en la que la inversión privada es débil. En todo caso, las cifras del FMI siguen anticipando una situación difícil: calculan para 2016 una tasa de paro del 21,1% por ciento, ligeramente superior a la que había en 2010, en plena crisis.
En cuanto al diagnóstico global que hace el Fondo, es cauteloso: “el crecimiento global sigue siendo moderado, con perspectivas desiguales entre los principales países y regiones”. La institución constata una mejora en las economías avanzadas, pero calcula un crecimiento más flojo del previsible para economías como la china, la rusa, la brasileña y para países exportadores de petróleo, afectados por los bajos precios de esta materia prima.
Según el Fondo, los riesgos para el crecimiento global están mejor distribuidos que cuando se hicieron las perspectivas de otoño, el pasado mes de Octubre, pero siguen siendo básicamente los mismos: tensiones geopolíticas (una alusión a conflictos como los de Ucrania), cambios súbitos en los precios de los activos en los mercados financieros, y –singularmente en las economías avanzadas- el peligro de estancamiento y baja inflación siguen presentes.