Sociedad

Cuando la comida es tu peor enemigo

Anorexia, bulimia y sobrepeso se han posicionado como tres de las enfermedades más alarmantes presentes en las sociedades modernas. Tres jóvenes, que padecen estos trastornos, explican su mala relación con la comida

Madrid

Carmen, María y Julia. Tres mujeres, tres vivencias diferentes y una única entrevista. Directa, contestada por el puño y letra de las usuarias. A partir de ahí, un análisis cualitativo de los discursos, una extracción de las categorías que emergían de los mismos y unas conclusiones contrastadas con la evidencia científica. Tres historias diferentes con un mismo enemigo: la comida.

¿El objetivo? Averiguar la percepción que estas jóvenes tienen sobre los trastornos de la conducta alimentaria y conocer, de primera mano, cómo éstos han influido en su vida.

Cada una de ellas ha convivido con un compañero diferente: Anorexia, bulimia y obesidad. Malos compañeros. Trastornos muy diferentes que, sin embargo, comparten muchos puntos en común. Las tres hablan de tristeza, incapacidad y, sobre todo, miedo. Miedo a no controlar la situación. Miedo al rechazo -por parte de otros y, lo peor de todo, miedo al rechazo hacia ellas mismas-.

Cuando dejas de comer, dejas de ser

“Todo comenzó por un complejo que arrastraba”. Carmen es sólo una de las más de 26.000 jóvenes que sufren anorexia nerviosa o bulimia en nuestro país -un total del 6% de la población-. Los trastornos de la conducta alimentaria se han posicionado como la tercera enfermedad crónica de la población entre 15 y 29 años. Y esta cifra no desciende. Peor aún, se extiende. Cada vez son más las personas que, una vez superada la adolescencia, padecen algún trastorno relacionado con la comida.

Algo tan básico y habitual para una chica de 18 años como estudiar o salir de compras se convertía en una dura batalla para Carmen. Cada mañana una nueva lucha en una guerra que parecía no tener fin. “Una enfermedad así frena todos los aspectos de tu vida”. Agotamiento constante, falta del periodo menstrual, caía de pelo y sangrado de encías. “Recuerdo llorar constantemente y una voz interior que me castigaba si comía. Al fin y al cabo, todo se resumía en tristeza, apatía y desgana”. Después de cuatro años, y de pasar por los mejores nutricionistas y psicólogos de Madrid, Carmen ha aprendido a convivir con la anorexia, pero no se muestra optimista: “Psicológicamente siempre está ahí”.

“La baja autoestima, consecuencia de mis malas relaciones sociales y personales, es la culpable de mi bulimia”. María se metió por primera vez los dedos para provocarse el vómito hace cuatro años. Desde entonces, sufre mareos, duerme poco y su estado emocional es malo, al igual que su autoestima. Su incapacidad para sentirse cómoda ante otros ha provocado que la mayoría de sus relaciones personales toquen fondo. María quiso cambiar su vida. Ingresó hace dos años en la Unidad Salmantina de Trastornos Alimentarios, donde permaneció cuatro meses y comenzó a someterse a un tratamiento que sigue cumpliendo a día de hoy. La joven acude a diario a realizar las comidas al centro, realiza terapias grupales, talleres y otras actividades que ayudan a controlar su conducta y a evitar los malos hábitos que arrastra.

En la otra cara de la moneda encontramos el testimonio de Julia, una joven de 19 años que ha sufrido durante toda su infancia y adolescencia las burlas por parte de sus compañeros debido a su sobrepeso. Una etapa que, “afortunadamente, pasó rápido”. Sin embargo, reconoce que “es duro crecer sin verse guapa”.

Hay muchos estigmas hacia la gente con sobrepeso. También hay mucha ignorancia. Y es que, al igual que la anorexia y la bulimia, la obesidad y el sobrepeso tienen una fuerte base psicológica. “Siempre me ha gustado comer, es más una cuestión de cómo cambia mi relación con la comida. Antes comía por hambre o gula. Ahora utilizo la comida como vía de escape. Es el refugio cuando me ocurre algo que no me gusta”. El sobrepeso no se reduce a un excesivo gusto por comer ni a una falta de afición por la actividad física. Detrás de los kilos de más, hay mucho más.

Cifras alarmantes

La historia de Carmen, María y Julia son solo tres de los más de 80.000 casos registrados en nuestro país en 2014. La mala relación con la comida puede comenzar como un juego consecuencia de diferentes factores. Estos desórdenes pueden ser de origen biológico, psicológico, sociocultural, o una combinación de éstos.

Quizás el alarmante aumento del número de jóvenes que padecen algún tipo de trastorno se deba a la excesiva importancia que la sociedad actual otorga a la delgadez, a la apariencia física y a la belleza mal entendida. También puede ser el mecanismo que emplean muchos de ellos para hacer frente a problemas personales. Sea como sea, la realidad es que anorexia, bulimia y sobrepeso son trastornos muy diferentes, pero que comparten muchos puntos en común, y que se han posicionado, en los últimos años, como los problemas de salud más alarmantes de la sociedad moderna.

 
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