Chicharito echa la puerta abajo

La octava fue la vencida para el Real Madrid. Después de siete partidos de frustración ante los de Simeone, el equipo de Ancelotti fue capaz de imponerse al Atlético de Madrid. Lo hizo con tantas dificultades como se esperaba, porque el equipo rojiblanco no da concesiones, pero lo logró. Y fue al final del encuentro, gracias a un gol de un Chicharito, uno de los mejores en el partido en el tuvo que suplir a Benzema.

Sabían los madridistas que no iba a ser un partido fácil. De hecho, se resolvió a tres minutos del 90 y cuando el Atlético se había quedado con diez hombres por la expulsión de Arda Turan, con doble amarilla. Hasta entonces, el Madrid había tenido sus ocasiones, pero casi ninguna fue tan clara como las muchas que tuvo en el Vicente Calderón.

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Los blancos buscaron a Oblak, que estuvo bien, aunque siempre atacaron con la espalda cubierta. Se había encargado de ello Ancelotti al elegir a Sergio Ramos como compañero de Kroos por la baja de Luka Modric. Ni Illarramendi ni Lucas Silva. Fue un central el encargado de blindar el centro del campo blanco ante un rival tan enrevesado como el vecino.

Tuvo siempre la bola el Madrid. El Atlético se conformó con esperar su oportunidad. Sin embargo, estas fueron casi siempre para los blancos. Chicharito supo buscarles las cosquillas a los centrales colchoneros. Fue una pesadilla, pero no acertó con la portería de Oblak... hasta el final.

Con Cristiano desenchufado y sin Isco mentalizado para ser importante, el Madrid se entregó a James. El equipo rojiblanco, a las jugadas de estrategia. A esos saques de banda que hace Gámez a las narices del portero contrario. Creó peligro, pero no el suficiente como para ganarse una semifinal de la Liga de Campeones.

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El balón estuvo casi siempre en las inmediaciones del área del Atlético y Cristiano estuvo a punto de mandar al Madrid en ventaja al vestuario. Oblak se encargó de evitarlo. En el descanso, Simeone quiso meter oxígeno metiendo a Gabi por Saúl. No funcionó. Y la segunda mitad comenzó con la mejor ocasión de los blancos en todo el encuentro, cuando Chicharito le ganó la espalda a la defensa del Atlético pero remató fuera. Estaba en posición ilegal.

El técnico del Atlético no le cogió nunca el punto al partido e intento pillarlo con Raúl García en el campo. Quitó al francés Griezmann, renunciando al jugador que más goles le ha dado esta temporada. Tampoco sirvió de nada. El partido siguió igual de trabado y solo los saques de esquina animaron a la grada.

Porque el gol parecía destinado a llegar a balón parado. El Atlético ha hecho así muchos goles. Es famoso por ello. Pero el Madrid también conoce la materia. Todo olía a resultado corto en una jugada aislada, a balón parada o cerca del final.

La acción, en cualquier caso, no llegó hasta que los rojiblancos se quedaron con diez por la segunda amarilla a Turan. La vio, quizá en un exceso de rigor del alemán Brych, al dejar la plantilla a Sergio Ramos. Quedaban solo quince minutos. Demasiados para aguantar con diez, sobre todo teniendo en cuenta que tanto aguantar solo valía para tener que aguantar media hora más hasta los penaltis.

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No hizo falta. Ya con diez, el partido estaba abocado a la victoria blanca. Esta vino en un gol del hombre que más se acercó a la portería contraria: Chicharito Hernández. Buena combinación de James y Cristiano. La bola le llegó al mexicano, único hombre capaz de batir a Oblak en 180 minutos de eliminatoria.

El Madrid puede estar satisfecho por pasar a semifinales y por sacarse la espina del Atlético, al que no había ganado en lo que va de temporada. Le gana siempre que llega la Champions, como ya ocurrió en el precedente -macabro para los rojiblancos- de Lisboa.

Los de Simeone se quedaron cortos de juego, quizá demasiado. Su estilo puede valerle para estar entre los ocho mejores de Europa, pero es muy complicado ganar así una Champions, y menos al equipo que más sabe de esta competición. El Madrid ya piensa en la próxima estación en su camino a la Undécima. En ella se verá las caras con la Juventus, el Bayern o el Barcelona.