Al Madrid se le escapa la Liga

Madrid

Cuatro días antes de la remontada que necesita para pasar a la final de la Champions, el Real Madrid no fue capaz de remontar un partido que le ha dejado casi sin posibilidades de ganar la Liga. Los blancos tuvieron un partido difícil desde sus primeros compases, lo que les obligó a hacer un desgaste que les puede pasar factura en el encuentro ante la Juve, pero la imposibilidad de tirar el título les obligaba a darlo todo sin pensar en el mañana.

El equipo de Ancelotti saltó al campo consciente de que se lo jugaba todo. El Barcelona acababa de imponerse por 2-0 a la Real Sociedad para ratificar su primer puesto en el campeonato. Y salió con casi todo. Solo dejó en el banco a sus laterales titulares, de los que tiró Ancelotti cuando las cosas se pusieron feas.

Porque el partido nunca fue fácil para el Madrid. El acierto del Valencia, los palos y las estiradas de Dani Alves le hicieron pasar por una de sus noches más complicadas en el Bernabéu.

No tardaron en presentarse las dificultades para los blancos. Primero, con la caída que hizo que Kroos tuviera que retirarse minutos después del campo. Después, con dos balones al larguero. Y por último, con dos goles del Valencia en solo seis minutos.

Todo ocurrió así. De corrido. Porque después de dos ocasiones claras de los blancos, el Valencia se puso 0-2 en el marcador. El primero en marcar fue Paco Alcácer. Aprovechó un centro desde la izquierda que no pudo rechazar Pepe. Delante de Casillas, el delantero tocó lo justo para hacer el 0-1. Primeros pitos del Bernabéu para su portero.

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Inmediatamente después, el Valencia amplió su ventaja. Fue en un remate de cabeza de Javi Fuego. Estaba solo en la zona más caliente del área blanca. Libre de marca, alojó el balón en la portería de Casillas, que volvió a escuchar la música de viento de su parroquia.

Y es que los porteros fueron protagonistas durante casi todo el encuentro. Porque en el otro lado, Diego Alves hizo una de esas actuaciones con la que ha construido su prestigio como uno de los mejores guardametas de la Liga. Atajó un gran disparo de Bale con la izquierda y, nada más comenzar la segunda mitad, paró un penalti a Cristiano Ronaldo. Como si fuera fácil.

El 0-2 que reflejaba el marcador no terminaba de ser justo. Aunque el Madrid estaba echando de menos a Isco y a James, estaba creando peligro. Pero sus ocasiones se estaban estrellando en los palos y en Alves. El Valencia era un equipo solvente, pero el resultado estaba siendo especialmente generóso con sus méritos.

Pepe se encargó de igualar un poco la contienda. Solo unos instantes después de hacer méritos para ver la segunda amarilla, el central se elevó en un córner para marcar un gol que cambiaba todas las cuotas en las apuestas del partido.

Con 35 minutos por delante, el Madrid sabía que tenía que hacer lo que lleva haciendo más de cien años -empujar sin descanso hasta lograr la remontada- para reengancharse a una Liga que en ese momento estaba más que perdida.

Lo intentó sin descanso espoleado en parte por el picante que aporta Chicharito y por el peligro que tiene a balón parado. Marcó Pepe en un córner y Ramos estuvo a punto de hacerlo en una falta botada desde la izquierda por James Rodríguez. Se elevó de forma magistral el defensa, pero su remate se encontró de nuevo con el portero valencianista. Gran noche de Alves.

El brasileño, sin embargo, tuvo que trabajar mucho hasta el final del partido. No pudo hacer nada para evitar el gol del empate del Real Madrid. Golazo de Isco. Un tanto marca de la casa para hacer que el Bernabéu creyera más que nunca no solo en la remontada ante el Valencia, sino también ante la Juve.

Porque cuando Isco marcó, el Bernabéu se convenció de que, como en tantas ocasiones, el Madrid es capaz de darle la vuelta a cualquier partido.

A punto estuvo de hacerlo en una recta final -con cinco minutos de descuento- que fue de una portería a otra. Porque con el Madrid volcado en ataque, el Valencia también tuvo ocasión para sentenciar. No lo lograron ni Piatti ni Negredo. Y casi lo pagan caro, ya que el equipo blanco no paró de empujar... hasta el pitido final.

El empate hace que casi no le salgan las cuentas para ganar la Liga. Tiene que ganar sus dos partidos y que el Barcelona pinche dos veces. Si el equipo de Luis Enrique gana en el Calderón podrá celebrar el título. Eso sí, antes de eso está la Champions. Un partido ante la Juve en el que el Madrid también tiene que remontar. Pero la Champions es un torneo que está en el ADN de los blancos más que en el de ningún otro equipo. Y, aunque ya casi sin opciones de ganar la Liga, el Madrid llega a ese partido consciente de que su mejor virtud es que nunca se rinde.