Rajoy se enfrenta a la realidad en su primer incidente de campaña

Desde que llegó a Barcelona, se barruntó la tormenta. Mariano Rajoy fue a visitar un centro de formación profesional y, a la entrada, un joven de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca trató de entregarle una carta de protesta, pero los de seguridad se lo impidieron. Al final, la recogió Jorge Moragas, su jefe de gabinete en la Moncloa.

Pero en la puerta del acto, ya le esperaba todo un grupo. Algunos de sus integrantes se colaron en el mitin y hasta en dos ocasiones interrumpieron el discurso del presidente del Gobierno. Así que los populares los echaron de inmediato entre empujones y golpes con los palos de los banderines. Mientras, el Partido Popular arropaba a su líder con aplausos y gritos de “presidente, presidente”.

Rajoy ni se inmutó con lo ocurrido: “Vamos a continuar que yo ya estoy muy acostumbrado a estas cosas. Al final, lo que va a pasar es que el PP va a ganar las elecciones municipales y autonómicas en toda España”, comentó a sus militantes. El jefe del Ejecutivo dijo que el mundo va en contra de quienes quieren crear fronteras pero también de aquellos que, como los antidesahucios, tratan de “liquidar libertades”.

Tras el incidente, Rajoy retomó su intervención y lanzó el mensaje político que llevaba preparado contra Xavier Trias y Adau Colau. El presidente rompió una lanza por Ayuntamientos que trabajen por el bienestar de la gente y no que se utilicen por “los enemigos de la libertad que están instalados en un extremismo arcaico” ni tampoco por plataformas que defienden “posiciones independentistas”.

Nadie se salvó de la quema. Rajoy también comentó que en esta campaña, estaba oyendo discursos como los de "los viejos doctrinarios de su etapa universitaria”. Le parecían “cortos de miras” porque eran personas que llevaban cinco minutos en política pero parecían del siglo XIX.

Un PP que responde “sin fisuras” y ataque a Ciudadanos

Fuentes de la dirección del PP aseguran que la campaña está yendo bien, porque el partido está respondiendo “sin fisuras”. Y atacan al resto de formaciones políticas. Primero, a los partidos de izquierda. A su juicio, su “nivel de crispación” es “impropio” porque sólo se dedican “a insultar”. Segundo, el objetivo Ciudadanos. Los conservadores dicen que están escondiendo a sus candidatos por toda España porque están “débiles”.

En el PP catalán van más allá. Destacan que Albert Rivera no va a llegar “virgen a las generales” porque va a ser “bastante incoherente” que pacte en Andalucía con los socialistas y, también, en Madrid con los populares. Además, comentan que CIU aupó a esta formación para perjudicar a PP y PSOE y, al final, se les va a volver en contra porque terminarán por desplazarles a ellos del Parlamento nacional.

En el partido de Alicia Sánchez Camacho opinan que hay que esperar cómo sale de estos comicios el proceso soberanista para saber si Artur Mas convoca finalmente elecciones en Cataluña para el próximo 27 de septiembre. Piensan que si convocara Rajoy las generales, el president no movería ficha. Aunque sostienen que lo que más conviene al jefe del Ejecutivo es hacerlo lo más tarde posible, para que la recuperación económica se note más.