Sor Lucía Caram denuncia presiones del Gobierno porque su "discurso molesta"
El Vaticano ha examinado la postura activista de la monja dominica y la actitud política de la religiosa Teresa Forcades, cabeza de candidatura de Procés Constituent
Madrid
La catalana del año, Sor Lucía Caram, ha asegurado haber recibido "muchas presiones por parte del Gobierno porque mi discurso molesta mucho". De esta manera se ha entrevistado en una entrevista realizada en RAC1, donde además ha revelado el descontento que existe en El Vaticano por su intensa actividad pública y mediática. "En Roma hay un dossier enorme con cartas que piden mi cabeza y se dedican a atacar", ha afirmado.
Caram, ha querido recalcar el descontento generado en personas pertenecientes a las altas esferas del Partido Popular y del Ejecutivo Central, como el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, y al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. "Yo no recibo dinero del Gobierno y si los señores Floriano, Hernando y Fernández Díaz les molesta, lo siento, pero yo no me debo a ellos sino al Evangelio y a la Iglesia. Hay cosas que no pueden amordazar".
Además ha asegurado haber recibido numerosas críticas por parte de grupos de presión propios al ámbito religioso, que "se resisten al efecto Francisco". Críticas que se han convertido en amenzas. Sor Lucía ha asegurado que antes del 9-N una persona le dijo que "si no callaba me llenaría la cabeza de plomo".
Estas presiones son las que han obligado a la Santa Sede en España a alertar a la monja dominica sobre su discurso, citándola en el Vaticano, donde le trasladaron sus quejas. Sor Lucía Caram se ha defendido asegurando que "lo que realmente molesta es lo que digo y se agarran a una tontería como es la clausura" para evitarlo.
El papel activista que protagoniza la monja Teresa Forcades en la vida política también ha sido examinado por el Vaticano, según publica La Vanguardia. La religiosa, cabeza de candidatura de Procés Constituent, se ha replanteado en varias ocasiones dejar a un lado su status de monja para dedicarse plenamente a la actividad política.