El matrimonio gay en manos de los irlandeses

Londres

Irlanda es el primer país en el mundo que somete a referedum la aprobación del matrimonio gay. La consulta a los ciudadanos es una obligación estipulada en la constitución, que no se puede modificar sin la aprobación en las urnas. Hay 3,2 millones de irlandeses con derecho a voto y los primeros indicios apunta a una participación elevada.

Los sondeos dan la victoria al Sí con un 58% frente al 25% del No, pero se ha detectado un 17% de indecisos. El resultado final queda en suspenso hasta conocer los datos definitivos del recuento, en la tarde del sábado.

La iglesia católica, al igual que otras confesiones religiosas, grupos antiabortistas y ultraconservadores han hecho una campaña muy activa por el No. Sus argumentos se desvían hacia la futura maternidad y paternidad de esos matrimonios y los derechos de niños subrogados.

Hace tan sólo dos décadas que la homosexualidad dejó de ser un delito en Irlanda. Aquella despenalización fue muy controvertida y divisoria.

En esta ocasión la clase política ha ignorado los dictados del Vaticano que ven en la homosexualidad un pecado. Tanto el gobierno como oposición están a favor y han hecho campaña a favor de la reforma.

"Es una cuestión de igualdad el que les demos a esta gente la oportunidad de vivir la vida con la persona que aman y puedan firman el acta de matrimonio civil", ha declarado primer ministro Enda Kenny.

La iglesia católica sigue teniendo mucho poder en Irlanda, pero se ha visto sacudida por un torrente de gravísimos escándalos, desde abusos sexuales a menores, a obispos con hijos naturales o escuelas y orfanatos donde el clero imponía a los acogidos un trato inhumano. Todo ello ha contribuido a un fuerte descrédito de la institución eclesiástica.