De los pitos a la ovación en dos semanas

Madrid

Cuando Mourinho decidió dejar en el banquillo a Iker Casillas por una “cuestión técnica” en el partido que su equipo jugó ante el Málaga en el en diciembre de 2012, el técnico abrió una polémica que ninguno de los implicados ha sabido cerrar dos años y medio después.

A partir de ese momento, la figura del capitán blanco ha sido el epicentro de un terremoto que ha sacudido a todas las instancias del club y que tiene al Bernabéu no solo dividido, sino sumido en un estado difícil de definir, ya que está entre la división y la confusión. Las últimas citas en el feudo blanco lo han ratificado.

Hace solo dos semanas, el portero pareció explotar en una pitada más de parte de la afición. Fue en un encuentro ante el Valencia que terminó con 2-2 en el marcador. Su gesto se produjo después del primer tanto del choque, obra del valencianista Paco Alcácer.

En ese momento, el guardameta se giró hacia la grada y pronunció unas palabras que posteriormente fueron descifradas por alguna televisión. “Ya está bien”, parece que dijo en una ocasión. “Pitad lo que os dé la gana”, señaló en otra. Su malestar se hizo evidente más de una vez, como constataron en ‘Carrusel’ Antonio Romero y Mario Torrejón.

Casillas fue también protagonista en el partido en el que el Real Madrid se despidió de la Champions al empatar en el Bernabéu ante la Juventus (1-1). Primero, en la rueda de prensa del portero de la Juventus, el legendario Buffon, en la víspera del encuentro: “Los pitos son algo inaudito para un profesional como él, que siempre ha dado el máximo, por lo menos durante 20 años, para la camiseta del Madrid”, señaló. “Algunos iconos no merecen este tipo de actitudes”, sentenció.

El partido arrancó con una pancarta de apoyo al portero en la grada. “Respeto para Iker”, decía. La ahora llamada mayoría silenciosa –acallada hasta ahora por los que pitaban- empezaba a decir algo sobre el caso dos años después. La actuación del portero fue notable, pero tuvo la mala fortuna de que un gesto suyo fue de lo más recordado en el encuentro que supuso la eliminación del Real Madrid.

En el descuento, con el Madrid intentándolo a la desesperada, el portero intentó ganar tiempo efectuando un saque de banda. Las prisas, los nervios o la falta de costumbre hicieron que el lanzamiento fuera más que defectuoso y que el colegiado Jonas Eriksson le pitara falta de saque.

El Bernabéu se desesperó y las redes sociales se llenaron de imágenes que ridiculizaban el momento. Los montajes con Casillas tirando el trofeo de la Champions se contaron por miles en las jornadas siguientes. Esos, y aquellos en los que aparecía sosteniendo a Simba (protagonista de ‘El Rey León’) o simulando que tiraba a una canasta de baloncesto.

El último encuentro en casa fue algo diferente para Iker Casillas. Porque aunque siguió escuchando los silbidos habituales de parte de sus ‘seguidores’ se dio cuenta por primera vez en mucho tiempo de que hay una gran parte de la afición blanca que está con él.

Ese día, el Barcelona despedía a Xavi con todos los honores. Quizá eso hizo que los partidarios del portero se levantaran para darle el apoyo que otras veces le negaron. Y aunque tras los tres goles del Getafe se escuchó tímidamente la música de viento, lo más sonoro del choque fue la ovación que recibió el portero en una gran parada a disparo de Sarabia.

Todo en solo quince días para Casillas. Pitos, runrún, pancartas y ovación. Un terremoto de emociones que viven el portero y el Bernabéu desde que Mourinho quitó al guardameta de su portería de forma temporal y luego fichó a Diego López para hacer definitiva su suplencia.

El capitán tiene dos años más de contrato con el Real Madrid y ha señalado que quiere cumplirlos. El club, por su parte, le ha manifestado que quiere que siga aunque todo el mundo da por hecho que quiere sumar a David de Gea a su plantilla la próxima temporada, lo que complicaría de nuevo la titularidad de Casillas. El Bernabéu, como siempre, dictará sentencia.