Juntos, pero no revueltos

Comunidad de Madrid

Por el despacho del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, han pasado ya todos los barones a excepción de los responsables socialsitas de Canarias, Asturias y Andalucía, que lo harán antes del comité federal del sábado. Sánchez quiere llegar a esa cita con unos principios comunes en materia de alianzas que luego habrá que adaptar a la realidad de cada territorio. Fuentes de Ferraz sí que aseguran ya que la preferencia pasa por lograr la gobernabilidad a través de acuerdos de investidura o compromisos de legislatura sin amarrar gobiernos de coalición. Juntos, pero no revueltos. Sería una fórmula menos comprometida que permitiría al PSOE compatibilizar sus alianzas con distintos partidos con menos ataduras, sobre todo, en un escenario previo a las elecciones generales.

A día de hoy, la dirección federal socialista evita decantarse en público por Podemos o Ciudadanos como aliados preferentes. Su prioridad, dice, son las políticas progresistas que blinden el Estado del Bienestar. En torno a esas premisas, aseguró ayer Patxi López, secretario de Política Federal, se negociará. Por lo pronto, Pedro Sánchez ya ha habaldo por teléfono para establecer líneas de contacto con Cayo Lara (IU), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos). Con este último, a quien no había visto nunca, tuvo unos 15 minutos de charla el miércoles sobre "la situación política general". En una entrevista en Cuatro, Iglesias desveló más claves de esa conversación y aseguro que le había pedido a Sánchez un "giro" de sus políticas para, juntos, poder acabar con los gobiernos del PP que, según Iglesias, es la prioridad de Podemos.

El nuevo tablero político puede dar opciones al PSOE para gobernar en siete comunidades autónomas. Hasta ahora, sólo el valenciano Ximo Puig ha expresado su intención de formar gobierno de coalición. Su prioridad es hacerlo con Compromis en la Comunidad Valenciana, un pacto que tendría su correlato en el ayuntamiento de la capital. Necesitaría contar al menos con la abstención de Podemos aunque fuentes de los socialistas valencianos sostienen que, llegado el caso, tener a Podemos en el Gobierno sería ventajoso para el proyecto.

Es el único caso. En Castilla La Mancha, donde el PSOE aspira a desbancar a María Dolores de Cospedal, descartan un gobierno bicolor. La opción de Emiliano García Page pasa por acuerdos de investidura o de legislatura, sobre la base del programa. Contenidos pactados que se sacan adelante desde el Parlamento pero gestionada por un gobierno monocolor.

Más complicados son los escenarios de Baleares y Aragón, donde la mayoría solo se suma con tres fuerzas políticas. Fuentes socialistas sostienen que conformar mayorías de progreso en esas comunidades en posible, siempre sobre la base de acuerdos programáticos. Hay socialistas que observan con preocupación escenarios en los que el PSOE comparta gobierno con otras dos fuerzas políticas, desdibujando sus siglas en una coalición que desgastando a los socialistas, como ocurrió con los tripartitos de Galicia o Cataluña.

En la Comunidad de Madrid, donde Cristina Cifuentes puede gobernar con el apoyo de Ciudadanos, el PSOE no tira la toalla para que Ángel Gabilondo sea presidente de la Comunidad. Su estrategia pasa por hacer ver a Ciudadanos que apuntalar a Cifuentes es apostar por la continuidad frente al cambio que representa Gabilondo, según fuentes de Ferraz.

La ronda de contactos de Pedro Sánchez con los barones continúa hasta el viernes, cuando se verá con los únicos presidentes socialistas en funciones, Javier Fernández y Susana Díaz. La dirigente andaluza, según fuentes socialistas, llegará a Ferraz con un mensaje en materia de pactos: hay que poner las luces largas. La prioridad de desbancar al PP no puede hacer que el PSOE pacte a cualquier precio, aseguran en el PSOE andaluz. Díaz reclama prudencia y cautela.