Más juego que goles

España terminó este largo curso de fútbol con una victoria en Bielorrusia con una primera parte completa y muy seria de los hombres de Del Bosque -el seleccionador cumplía hoy cien partidos al frente de la selección española- y una segunda algo más gris y en la que le faltó acierto de cara a gol.

Salió España voraz. Con ganas de terminar pronto con este partido incómodo, por estar en tiempo de vaciones ya, y de conseguir tres puntos necesarios para no perder de vista a Eslovaquia, con la que lucha por el primer puesto del grupo.

Era más fiero el rival de lo que lo pintaban. Y es que los gigantones bielorrusos no escatimaron en golpes. Dieron por arriba, con agarrones y con los codos por alto en cada salto, y por abajo, con zancadillas y patadas a destiempo, mientras el árbitro, el austriaco Robert Schörgenhofer, miraba a uno y otro lado.

Se asentó la Roja pronto en territorio rival, tocó a un lado y al otro, dominó el juego y las ocasiones de gol. Las tuvo de todos los tipos y colores. La tuvo primero Morata, que cruzó demasiado la bola. Después fue un cabezazo de Sergio Ramos. Y más tarde una volea de Jordi Alba… Así hasta once remates en el primer acto, cinco de ellos entre los tres palos. También pidió Silva penalti en el minuto 26 de partido que el árbitro no señaló.

No fue hasta un minuto antes del descanso cuando se hizo diana. Nació en una falta muy escorada a la izquierda botada por Fàbregas al segundo palo. Salió el portero bielorruso a por uvas y ahí esperaban Ramos y Silva. Fue el canario el que la controló y la empujó con la izquierda para firmar el primero de la Roja.

El inicio del segundo acto tuvo como protagonista a uno al que ni se le vio en la primera, Casillas. El guardameta madridista, que cumplió esta noche su partido 162 como internacional, despejó con su pie derecho un tiro a bocajarro de Kornilenko, que se había quedado solo después de un buen pase al hueco del exazulgrana Hleb.

Esa ocasión dio alas a los bielorrusos, que se vinieron arriba. Debieron pensar que si la renta de los españoles era tan mínima después del vendaval que fue España en el primer acto por qué no intentarlo. Y tuvo otra Malevski, que con un disparo lejano hizo volar a Casillas.

Lo siguieron intentando los españoles a pesar del evidente cansacio. Y lo hizo más aún con la entrada de Isco, que puso temple cuando más lo necesitaba España. Aún tuvieron ocasiones de sobra -una de Silva, dos de Morata…- para aumentar la renta en un marcador que no muestra la superioridad esta noche de España.

Ampliar