Cine y TV
CACHÉS A LA BAJA

¿Cuánto se cobra por salir en un reality? ¿Y por ser tertuliano?

La crisis también ha afectado a los cachés de los personajes televisivos

Debate en 'La Sexta Noche' / ATRESMEDIA

Madrid

Como en todo panorama mediático, existen las estrellas, las celebridades cuyos cachés están fuera de toda lógica y no constituyen el estándar de lo que perciben aquellos que, deambulando o trabajando en su mismo mundillo, no están tocados por la varita mágica de la fama más absoluta.

Así, pese a que en la televisión se mueven grandes cantidades de dinero, productores y cadenas -como empresas que son- intentan siempre ajustar lo más posible los presupuestos y reducir gastos allá donde pueden. De ahí que tanto repartos de series como elencos de realities se conformen a partir de dos o tres rostros muy conocidos (con alto caché) que harán de gancho mientras que después se complete con actores o concursantes de menor peso mediático.

Las diferencias salariales dentro de una serie o programa de televisión pueden ser abismales aún cuando se trate de roles similares. Muchos quedarían sorprendidos al conocer las cantidades -bastante terrenales- que perciben la mayoría de los participantes en un reality.

Según una información publicada por El País, la productora de 'Gran Hermano', Zeppelin, no suele pagar más de 500 euros semanales a los concursantes de este reality (el 'Gran Hermano VIP' es otra historia). Cantidad que se percibe mientras dure la estancia en la casa que, a lo sumo, pueden ser tres meses.

Menos recorrido puede tener incluso la carrera como protagonista de un dating show. Según esta información, a los participantes de dating shows como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' o 'Mujeres y hombres y viceversa' se les estaría abonando la cantidad de entre 70 y 90 euros por día de grabación. El programa de Cuatro se suele grabar en un mes y sus participantes tienen escasa trascendencia mediática una vez concluida la emisión. El segundo, el dating estrella de Telecinco, requiere a sus tronistas y pretendientes un máximo de tres días a la semana para la grabación del programa.

El negocio, como los propios tronistas contaban a la Cadena SER en un reportaje publicado hace unas semanas, se halla en los bolos en discotecas. Ganar cierta popularidad ante la audiencia -especialmente, jóvenes- del programa y así suscitar interés fuera de las cámaras. Concursantes de 'Gran Hermano'o tronistas de 'Mujeres y hombres y viceversa' suelen ser un reclamo efectivo para discotecas. Ellos y ellas se recorren los findes de semana la geografía entera para llegar, saludar a todos los asistentes y pasar un par de horas haciéndose fotos con todo el que quiera.

Tampoco el mundo del bolo es tan chollo como se piensa desde fuera. Las discotecas cada vez pagan menos, ellos no se llevan el total del caché -puesto que estos eventos se gestionan a través de agencias relacionadas con las productoras de los realities- y son pocos los participantes de este tipo de programas que después tienen el suficiente gancho como para ser contratados.

El golpe de suerte definitivo, el nivel superior, es haber levantado tanta notoriedad entorno a tu persona que, además de ser cotizado en discotecas, la cadena te requiera para formar parte de otros concursos o realities. Éstos se cuentan con los dedos de una mano.

El opinólogo profesional

Otra figura que siempre ha existido en la televisión de España y que está especialmente de moda en los últimos años -involucionando en lo que se requiere de ellos- es la del tertuliano. Suelen presentarse como especialistas en política y economía, pero no hay tema que el conductor del debate no ponga sobre la mesa y ellos no estén capacitados para brindar un opinativo análisis.

Es más, desde el programa tampoco se quiere ni se pretende configurar su mesa de debate en función de la competencia de sus tertulianos en los temas a tratar. Se establece una alineación y, como si se tratara de un equipo de fútbol, se va rotando evitando que las estrellas causen baja.

Dado que las tertulias se extienden a lo largo de todas las franjas televisivas, el caché de los tertulianos suele variar en función de cuándo se emita el programa. Así, una tertulia de mañana paga menos que una de prime time porque hay menos gente viendo la televisión y, por tanto, la inversión publicitaria es menor.

En los tiempos anteriores a la crisis, ser tertuliano era mejor que tener trabajo. Los cachés en un programa de prime time podían superar sin problemas los 600 euros por aparición. Habida cuenta que muchos de estos opinadores se apuntan a tres o cuatro mesas de debate semanales, echen cuentas.

No es así ahora. Los cachés se han reducido con la crisis. Entre 150 y 300 euros es la tarifa del tertuliano medio en televisión, también en función de si el programa se emite en prime time o no. Aunque como hemos empezado explicando y recuerda este artículo de El País, existen las estrellas, los Messi y Ronaldos de los debates televisivos, como Pablo Iglesias, cuyo caché supera con creces a la media.

El cobrar por hacer poco o nada en televisión sigue siendo -y será- una de las características inherentes a la pequeña pantalla. Pero ni ahora se cobra tanto como antes ni, quizá, resulte rentable a largo plazo dilapidar una carrera profesional o la privacidad personal por un par de años de maquillaje, focos, cámaras y agasajo mediático.

 
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