Diálogo, unidad y patriotismo renovado: las armas de Pedro Sánchez contra el discurso del miedo
El líder socialista garantiza a los suyos que mantendrá la esencia del PSOE pese a los pactos que son, según ha defendido, una "necesidad funcional"
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Madrid
Llevan ya dos semanas en el PP alertando de que Pedro Sánchez es un temerario que está entregando a los socialistas a "grupos radicales" (así se refirió Mariano Rajoy a Podemos en el Congreso) así que el líder socialista ha querido espantar esos temores y neutralizar la estrategia del miedo del PP con el fondo y con la forma de su primer discurso como candidato del PSOE a la Moncloa. Ha sido este domingo, en su proclamación oficial en el Teatro Circo Price de Madrid.
Por lo que respecta al fondo, Sánchez se ha ofrecido a los ciudadanos como el "presidente" del diálogo, reconociendo la "dignidad moral al adversario", arriesgando a la hora de negociar, pero preservando la esencia socialista que ha pasado de generación en generación. Éste último era un mensaje lanzado en clave interna a un PSOE que sigue todavía cerrando pactos con Podemos en comunidades autónomas en condiciones inéditas hasta ahora: "Mantendremos la autonomía de nuestro proyecto para entregarlo a las siguientes generaciones tan libre como lo recibimos", ha garantizado con apelaciones directas Pérez Rubalcaba o Rodríguez Zapatero, sentados en primera fila junto Alfonso Guerra o Cándido Méndez, pasado y presente del socialismo unido en torno a la figura del nuevo líder.
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Unidos porque "el cambio que une" es el lema de la precampaña. Unidos también se han mostrado los dirigentes territoriales, todos, incluida la reticente Susana Díaz, que ha garantizado que trabajará por que el PSOE vuelva a la Moncloa con Sánchez como presidente. Su apoyo en las primarias a la Secretaría General del PSOE fue decisivo, pero le había negado en los últimos meses la bendición para llegar a esta proclamación como candidato. Otros nombres propios como el asturiano Javier Fernández son ahora valedores de un Pedro Sánchez a quienes "a la chita callando", palabras textuales de Emiliano García Page, ven con posibilidades a ocupar la Moncloa.
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Ésa impresión es la que Sánchez ha querido reforzar con la forma de su acto de proclamación. Chaqueta y corbata, nada de aspecto mitinero, e intervención delante de una gran bandera de España proyectada a su espalda. Dicen en su equipo que la idea fue suya, convencido de que se puede alejar el miedo a ofender a algunos territorios y dar por hecho que ésta es una España dividida. Sánchez ha hablado hoy de un concepto de patriotismo vinculado a la prosperidad de la gente y de una España que es más que un territorio, según ha dicho, es "una idea de igualdad de oportunidades". Ha vuelto a defender la España federal tras una larga reflexión sobre lo ocurrido en Cataluña: "No es aceptable que dos gobiernos democráticos hayan vivido durante casi cuatro años se espaldas, calculando réditos del conflicto".
Ha sido muy crítico con el Gobierno de Mariano Rajoy, que "gobierna sólo y contra todos" y que siempre "sacrifica a los mismos", pero ha evitado el cuerpo a cuerpo o la descalificación. Su objetivo hoy era situarse un escalón por encima, con ademanes de hombre de Estado, que está por encima de la pelea política cotidiana: "Llegó la hora de reconocer que la mayoría de los militantes de los partidos con los que competimos políticamente son honestos y yo lo reconozco. Otra cosa es que sus líderes hayan traicionado su confianza". En esa línea ha apostado por desterrar de la vida política el insulto, apelando incluso a la "revolución del respeto" de Fernando de los Ríos que hoy Pedro Sánchez considera pendiente. La otra cita ha sido de José Saramago y le ha servido para hacer un llamamiento a la participación cívica: "Tomemos, ciudadanos comunes, la palabra y la iniciativa".
Su gran batalla será, según ha dicho, la del paro. A la recuperación económica y las condiciones en las que ésta se produce después de años de recortes ha dedicado gran parte de su intervención, que ha sido especialmente aplaudida cuando ha recitado todo aquello a lo que el PSOE dice no. A las empresas que despiden mientras los directivos se reparten beneficios, a los salarios de miseria y también a los poderosos, ha enfatizado ante unas dos mil personas. Entre ellas aplaudía con fuerza su esposa, Begoña Gómez, que hoy ha adquirido un protagonismo también inédito en el PSOE para las parejas de los candidatos. Sólo ella ha subido al escenario al final para acompañar a Sánchez. Por ella, por su "sonrisa" y por las de sus hijas, había dicho el líder socialista al principio de su intervención, había podido llegar a esta meta.
Recuerdo a Pedro Zerolo
Uno de los momentos más emocionantes ha sido el recuerdo de Sánchez al luchador socialista Pedro Zerolo, fallecido el pasado 9 de junio.
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Los casi dos mil asistentes se han levantado y han aplaudido.