Jordi Évole: “No estamos aquí para gustar”
Entrevista con Jordi Évole, conductor del programa de laSexta 'Salvados'
Madrid
El antaño director de The Sunday Times y de The Times, Harold Evans, reflexionaba en 2009 en una entrevista con Juan Cruz en El País sobre el papel del periodismo y del periodista: "¿por qué pasó? La prensa tiene la obligación de hacerse esa pregunta. Ésa es la energía que había detrás de mi concepto del periodismo". El porqué de lo que sucede. Un motor para el periodista y una garantía para el ciudadano.
La pregunta como arma contra la impunidad de quienes detentan el poder, como método de trabajo o, simplemente, como puerta de conocimiento tranquilo de personajes a quienes la máscara de la popularidad les ha borrado los rasgos de su verdadero rostro. La pregunta para arrojar luz, remover conciencias y ser un vehículo de conocimiento compartido. Esa ha sido el arma secreta del periodista; desde el que se parte la cara en un parlamento hasta el que intenta poner el micro a un jugador de fútbol en un estadio o el que debe escribir la crónica de un desahucio. "¿Por qué pasó?"
Jordi Évole atiende esta entrevista por teléfono desde un vagón del metro de Barcelona. Como si de una metáfora de su programa se tratase, Jordi se acerca a la calle, pero en su realidad menos visible. En la charla se repasan momentos de la ya concluida temporada de 'Salvados', la mejor de su historia en audiencia (casi 3 millones de media, 14,7% de share). No le resulta sencillo responder a según qué cuestiones. Los silencios de Jordi se rompen por el pitido de cierre de puertas del metro o por un bebé que llora. Al otro lado del teléfono, tras sus palabras, se percibe la vida de la calle, del ciudadano que viaja en metro, del que Jordi procura no despegarse demasiado. Gente.
En una recordada frase, Eugenio Scalfari (fundador de La Repubblica) decía que "periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente"; después matizaba: "No todos los periodistas y no todos los periódicos tienen este sentido de la responsabilidad [periodística]". Como aunando las enseñanzas de grandes maestros, como si se tratase de un alumno aventajado delante de la cámara, Jordi Évole enciende su 'Salvados' con la vista puesta en la gente y con el peso (y el riesgo) de esa responsabilidad de la que hablaba Scalfari sin olvidar cuál es el arma más importante de todo periodista… "¿por qué?"
¿Puedes viajar en el metro sin sentir las miradas de la gente de manera continua?
[Ríe] Bueno, las miradas hay siempre, pero intento cogerlo sin problema. Además, creo que está muy bien ir. Hay un consejo que daba Enric González en su libro 'Memorias líquidas' que decía que los periodistas tenemos que comer en bares de menú, ir de vez en cuando en metro… porque si no, te acabas alejando de todo aquello de lo que tienes que hablar. Su reflexión me parece interesante.
¿Crees que hay muchos periodistas -buenos y de gran trayectoria- que han dejado de escandalizarse porque un café cueste 3 euros, ya que para ellos es algo habitual por los locales que frecuentan?
[Risas] Yo no me tomo ningún café de 3 euros, te lo puedo garantizar. Esta mañana me he tomado uno de 1,10 euros en el bar de al lado de mi casa.
No lo sé, no te puedo decir. No sé si es lo mejor cuando un periodista se convierte en experto de cosas como recomendar restaurantes en cualquier ciudad de España donde cuesta comer 40 ó 50 euros. Creo que es bueno que tengamos una orejita puesta en la calle… y lo digo por mí, que no siempre lo hago.
Sin embargo, en 'Salvados', últimamente, no abordáis temas que se estén tratando en la calle. Por ejemplo, lo de ETA no es un tema que escuches cuando entras a una cafetería… ¿por qué?
Esa es la responsabilidad del periodista -o del equipo en este caso-, que tú decidas poner sobre la mesa un tema que no está en los bares pero del que tú crees que hay que cerrarlo o hacer un balance. Por eso decidimos tirar para adelante, por ejemplo, con el 'Salvados' de Rekarte
¿Por qué ETA, por qué ahora? ¿Desde cuánto tiempo lleváis pensando esto?
Yo creo que una entrevista a alguien que haya estado dentro de ETA es algo que perseguimos, y no te exagero, igual desde hace 4 años. Cuando se ha dado la oportunidad, lo hemos hecho.
¿Crees que se hubiera dado la oportunidad si Rekarte no tuviera un libro entre manos que vender?
Sí porque Rekarte ya ha dado otras entrevistas sin libro. No creo que el libro haya sido el motivo último para conceder la entrevista.
Tú dices que te creíste su discurso de arrepentimiento. ¿Llegaste en algún momento de la entrevista a empatizar, a ver una persona detrás de ese miembro de ETA?
No sé si la palabra empatizar la utilizaría en este caso. En esta entrevista intenté mantener una distancia que, habitualmente, no mantengo. Intenté no juzgar absolutamente nada, pero, al fin y al cabo creo que todo el mundo merece una segunda oportunidad; haya hecho lo que haya hecho y, en este caso, lo que ha hecho es horroroso, como el mismo describe y reconoce.
Le preguntas sobre si sabe los nombres de las personas a las que mató [ver momento], ¿se te queda la boca más seca cuando haces la pregunta, cuando escuchas su respuesta ("no") o cuando enuncias sus nombres?
Enunciar los nombres provocaba dolor y también el pensar en las familias, que no sé cómo reaccionarían escuchando los nombres de sus familiares asesinados. La boca seca la provoca la respuesta.
Fue una entrevista que a mí me dejó una sensación fría por dentro. Yo nunca había sentido esa sensación de helor gélido que sentí en algunos momentos de la entrevista con Iñaki Rekarte.
¿Cómo se queda el cuerpo después de leer la carta de Silvia, una mujer que, siendo poco más que una adolescente, perdió a sus padres en el atentado perpetrado por Rekerte? ¿Te has puesto en contacto con ella?
Yo tuve la suerte de poder hablar con Silvia antes de la publicación de la carta. Fue una conversación muy dura y muy enriquecedora. Después, lo que leí en la carta ella ya me lo había dicho a mí directamente. Nosotros hablamos el miércoles, después de la emisión del programa.
Insisto en lo enriquecedora que fue para mí esa conversación. Eso me llevó también a mí a escribir una carta, que la escribí sin haber leído la suya (para no verme condicionado). Lo más importante es que ella pudo expresarse en esa carta, decir lo que sentía. Luego he tenido la suerte de seguir en contacto con ella y creo que le ha ido bien sacar todo ese dolor que manifestaba.
¿Te sientes en la obligación moral de hacer ahora un 'Salvados' con víctimas de ETA?
¿Sabes qué pasa? Que nosotros cuando terminamos el programa de Rekarte teníamos muy claro que era un programa que a quien más daño le hacía era a ETA. Dentro del colectivo de víctimas, ha habido muchas que han aplaudido la entrevista con Rekarte. Eso no quita que una víctima suya, como Silvia, se sienta dolida. Es algo que es muy difícil de calibrar y de confesar.
Desgraciadamente, el periodismo muchas veces choca con el dolor de los afectados en el tema que tú estás tratando. En este caso, el dolor es especialmente duro. A Silvia le dije que yo sentía mucho que ella hubiese sufrido con el programa, pero que entendiese la obligación que tiene el periodismo de intentar poner luz sobre una época nefasta, muy negra de la historia de España.
Dices que ahora estás haciendo programas que no van a gustar ni a un extremo ni a otro, ¿no supone un riesgo muy grande esto?
No creo. En la tierra en la que nos movemos también hay mucha gente que no está en los extremos. Hubo mucha gente de la izquierda abertzale que aplaudió a rabiar el programa con Lucio Urtubia y a la siguiente semana nos puso a parir por el programa de Iñaki Rekarte. Me gusta que pasen esas cosas [sonríe], me gusta que el espectador se descoloque.
Creo que muchas veces los que nos ven, los que nos oyen o nos leen, quieren que seas un poco como a ellos les gustaría. Eso es un riesgo del que hay que huir porque si no, puedes acabar haciendo aquello que tú crees que va a gustar más. Y no estamos aquí para gustar.
¿Crees que esto ha sido una evolución en 'Salvados'? ¿Crees que el programa ha madurado, que antes era más ruido que nueces y que ahora existen en el programa más pausas, más silencios que invitan a la reflexión? Creo que hacéis del silencio un elemento narrativo muy potente…
Me parece una muy buena reflexión la que haces. No tiene nada que ver el 'Salvados' de ahora con los que tú te estás refiriendo, nada que ver. En una entrevista como la de Rekarte los silencios eran fundamentales, los silencios gritaban más que hablaban.
Como en la de Zaida Cantera…
También. Creo que hay un tipo de entrevista -no todas- en las que el silencio es casi la reacción natural. Evitar eso me parecería un error.
Que tus programas más vistos en el último año o, incluso en la historia de 'Salvados', sean entrevistas a políticos como Pablo Iglesias, Esperanza Aguirre… ¿Te decepciona o lo comprendes?
Sí que lo entiendo y no me importa; sobre todo teniendo en cuenta que luego haces un programa como el de Zaida Cantera y se convierte en el segundo más visto de la temporada. Lo de Esperanza o Pablo Iglesias es más previsible, es alguien llamativo que está de actualidad y te puede dar algún titular.
Nosotros no hacemos nada buscando audiencia porque no es el objetivo último de 'Salvados'; lo que sí queremos es utilizar el hecho de tener audiencia para ganar en libertad y poder hacer aquellos temas que nosotros queremos hacer.
Hacéis un tipo de programa que parece que bebe de un estilo más propio de televisiones internacionales que españolas. ¿Os fijáis en algún programa extranjero, tenéis algún referente?
Hay muchos referentes y ninguno claro. No es que queramos ser como tal programa de la televisión inglesa o alemana, no. Lo que hay son ganas de arriesgar, de intentar dar un pasito más allá.
¿A ti te da tiempo a ver televisión de entretenimiento, series…?
No, me da muy poco tiempo. Lo último que he visto creo que ha sido 'House of cards'.
Hablando de series, el equipo de guionistas de 'Salvados' es más grande que el de muchas series. Quizá muchos espectadores piensen que tú te guisas y te comes todo solito, pero… ¿cómo funciona ese equipo que tienes detrás?
Sin ese equipo no sería posible el programa, lo que pasa que a mí me ha tocado ser la cara visible y la que contesta las entrevistas. Lo que agradezco es que, en estos tiempos que no son fáciles, en 'Salvados' podamos seguir haciendo televisión con unos medios que no todo el mundo tiene a su alcance. El hecho de tener un presupuesto e invertirlo en el programa, al final te acaba dando muy buenos resultados.
Últimamente intentas tocar temas que no estén en la agenda mediática, que no estén de inmediata actualidad, así lo has dicho en más de una entrevista. Sí que tocaste el mismo día del referéndum el tema de Cataluña. ¿Ha sido el más complicado por el hecho de ser catalán y de que haya espectadores que puedan pensar que aquí no podrías ser neutral y objetivo?
Igual sí. Tampoco lo tengo muy claro. Como en cualquier otro tema, hemos intentado darle voz a todas las partes, cosa que no siempre pasa en todos los sitios. Creo que hemos sido un programa que no hemos tenido remilgos a la hora de abordar ese tema a pesar del poder tener una implicación por el hecho de ser catalanes.
Hemos hecho programas en los que hemos tratado de trasladar una problemática que mucha gente pensaría que solo afecta a una zona del territorio del Estado y nosotros hemos intentado hacerla llegar al resto. Llevamos mucho tiempo tratando este tema del independentismo con entrevistas, cara a cara de Mas y González, la visita a Sevilla de Oriol Junqueras… Creo que hemos ido tocando el tema y darle voz a todo el mundo.
¿Es un tema difícil para nosotros? No te diré que no, pero no lo tengo muy claro. Tampoco es un tema más, pero lo abordamos igual que cualquier otro.
¿'Salvados' sería posible (o debería de ser posible) en cadenas públicas como la actual TVE o la actual TV3?
Está claro que ahora mismo no es posible, porque si no ya habría algún tipo de programa similar. Tenemos que replantearnos mucho lo que estamos haciendo con las televisiones públicas, mucho. Por ejemplo, lo de los bloques electorales en campaña me parece matar el periodismo. Es un periodismo de cronómetro y hoja de Excel.
Hay que replantearse muy mucho para qué sirven las televisiones públicas que son las que pagamos entre todos y que, muchas veces, lo que vemos solo representan a unos cuantos.
¿Qué tema de calado, por espinoso que sea, tienes previsto tocar para no tener la sensación en un futuro de que, como periodista, pudiste hacer algo más?
Si quieres que te diga la verdad, ahora mismo no hay ningún tema en cartera. Acabamos de terminar la temporada y necesitamos un poco de aire para ver hacia dónde tiramos el programa. Básicamente porque, para mí, 'Salvados' es como un ser vivo que va creciendo y evolucionando. Eres tú el que tienes que ir marcando esa evolución, por eso es importante parar, reflexionar, ver y leer otras cosas, no hacer nada -que también está muy bien- y, a partir de ahí, renovarse.
Ahora estamos ahí, en ese arranque hacia otra transición de 'Salvados' que ya veremos dónde nos lleva. Para que veas como funcionamos: la mitad del equipo nos vamos a ir a una casa rural para discutir, meternos caña, buscar alternativas, maneras con las que podríamos funcionar mejor… Para nosotros, eso es vital para mantener vivo al programa.
Lo peor que nos podría pasar es que un día te parase alguien por la calle y te dijera: "mira tío, os habéis apalancao: yo antes disfrutaba con vosotros y ahora no". Antes de que eso pase, espero que nos demos cuenta y nos marchemos.
¿Qué te pide la gente por la calle que hagáis, qué temas te comentan?
Yo creo que la gente ahora tiene ganas de descansar un poco de nosotros. Tenemos la suerte de hacer parones largos, como el de ahora -volveremos en otoño- y es lo que nos permite que el programa se vaya renovando e innovando en formatos y maneras de hacer.
Siendo un programa con alma, ¿para mantener el programa hay que mantener el alma?
Este programa tiene varias almas y es bueno que convivan entre ellas. Esa mezcla acaba provocando algo nuevo. Yo creo que 'Salvados' tiene ese punto, a veces, de intentar hacer cosas que no se habían hecho y dar ese pasito que nos permita también sentirnos satisfechos con los que hacemos.
¿A quién dirías tú que remueves o incomodas más: a políticos o periodistas? Porque viendo las reacciones en Twitter…
[Risas] Yo con los políticos no tengo mucha relación, fuera de lo que son las entrevistas en sí. Es muy agradable ver que después de un programa como el de Rekarte, alguien como Eduardo Madina se posiciona y da las gracias por un programa así. Eso es cojonudo.
No he tenido muchos rifirrafes con políticos. Y entre los periodistas, a veces tengo la sensación como de que algunos les cuesta darnos una cierta aprobación de que lo que hacemos es periodismo.