Margallo cree que el referéndum griego es un error
El ministro de Exteriores piensa que la votación en Grecia cierra las puertas a un acuerdo
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo. / Emilio Naranjo (EFE)
Madrid
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha calificado de error la convocatoria de un referéndum en Grecia, porque supone "cerrar las puertas" a un acuerdo con la Unión Europea, y ha asegurado que el Gobierno griego tendría que "pensárselo y rectificar" esa decisión.
Según García Margallo, el Gobierno de Grecia "parece no querer cumplir las reglas del juego y, lo que es peor, no querer entender cuáles son las reglas del juego".
Margallo, que ha hecho estas declaraciones al ser preguntado por la crisis griega antes de asistir a la toma de posesión de Ximo Puig como presidente de la Generalitat, ha manifestado que ningún país de la UE desea que Grecia tenga dificultades, pero, cuando "uno forma parte de una colectividad", no puede tomar decisiones que "perjudiquen" al conjunto.
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El ministro ha dicho esperar que el Gobierno griego sea capaz de entender que el país pertenece a la Unión Económica y Monetaria, y eso "da derechos, da privilegios", como compartir "una de las monedas más importantes del mundo", pero formar parte de la UE también "obliga" a llevar "unas determinadas políticas".
"Aquí hay unas reglas escritas y otras no escritas, y todos tenemos que respetarlas para beneficiar al conjunto", ha señalado el ministro, que ha insistido en que espera que el Gobierno griego entienda que es eso lo que tiene que hacer.
Ha recordado que el próximo día 30 termina el paquete de ayudas y, en caso de que no se prorrogue, las dificultades para el pueblo griego van a ser "muchísimas".
El ministro ha indicado que el Fondo Monetario Internacional debe decidir qué hace, si Grecia entra en la lista de morosos y no "de golpe" en la suspensión de pagos, y, en paralelo, el Banco Central Europeo tiene que decidir si sigue inyectando liquidez al país.
Esa liquidez, ha dicho, tiene que establecerse en función de la solvencia de los bancos griegos y, si llega a la conclusión de que no lo son, la falta de inyección de liquidez provocaría "un sufrimiento infinito" al pueblo griego.
